232-Curso de autoestima

232-Curso de autoestima. Para ver en video: https://www.youtube.com/watch?v=rKX-gAXkLyU

232. LOS DISTINTOS GRADOS DE LA ESCALA DE TU GUÍA EMOCIONAL

Autoestima 232- Los distintos grados de la escala emocional – Curso de autoestima – Podcast en iVoox

‘Quien domina sus emociones controla su vida, puede ejercer influencia positiva en el desarrollo de sus relaciones, de sus proyectos e incluso de sus éxitos económicos’

Anthony Robbins

Cabe decir que cada emoción emite una frecuencia vibratoria distinta, pero sería más exacto decir: Tus emociones son indicadores de tu frecuencia vibratoria. Cuando tengas en cuenta que tus emociones indican tu grado de alineación con la Fuente de Energía y que cuanto mejor te sientes más favorecerás tu alineación con las cosas que deseas, comprenderás sin mayores problemas cómo debes responder a tus emociones.

Una alineación perfecta con tu Fuente de Energía significa que sabes que:

•       Eres libre.

•       Eres poderoso.

•       Eres bueno.

•       Eres amor.

•       Eres valioso.

•       Tienes un propósito.

•       Todo está bien.

Te alineas con quien eres cuando te centras en los pensamientos que te permiten conocer tu auténtica naturaleza, pues entonces te hallas en un estado de alineación absoluta. Y la sensación que te producen esos pensamientos constituye la emoción última de la conexión. Para retomar la analogía con el indicador de combustible de un vehículo, ese estado de alineación equivale a un depósito lleno.

Dicho de otro modo, imagina un indicador o una escala graduada que indica tu mayor disposición (depósito lleno) a permitir tu alineación con la Fuente de Energía y tu menor disposición o resistencia (depósito vacío) a alinearte con tu Fuente de Energía.

Podemos describir así tu escala de emociones:

1. Alegría/ Conocimiento/ Poder Personal/ Libertad/ Amor/ Gratitud

2. Pasión

3. Entusiasmo/ Ilusión/ Felicidad

4. Expectativas Positivas/ Creencia

5. Optimismo

6. Esperanza

7. Satisfacción

8. Aburrimiento

9.  Pesimismo

10. Frustración/ Irritación/ Impaciencia

11. Agobio

12. Decepción

13. Dudas

14. Inquietud

15. Culpabilidad

16. Desánimo

17. Ira

18. Venganza

19. Odio/ Rabia

20. Celos

21. Inseguridad/ Remordimientos/ Falta de autoestima

22. Temor/ Desconsuelo/ Depresión/ Desesperación/ Impotencia

Puesto que a menudo se utilizan las mismas palabras para describir cosas distintas o se utilizan distintas palabras para describir las mismas cosas, estas palabras para etiquetar tus emociones no se ajustan exactamente a cada persona que sienta determinada emoción. Es más, el hecho de etiquetar las emociones con palabras puede confundirte y distraerte del auténtico propósito de tu Guía Emocional

Lo importante es que trates conscientemente de mejorar la forma en que te sientes. La palabra que describa lo que sientes es lo de menos.

Un ejemplo de cómo ascender conscientemente en la escala de tu Guía Emocional

En tu experiencia ha ocurrido algo que hace que te sientas fatal. Nada te satisface, nada te parece bien, tienes la sensación de que te asfixias y cada pensamiento es tan doloroso como el anterior. La mejor palabra para describir el estado emocional más frecuente en ti es «depresión».

Si pudieras tomar la iniciativa posiblemente te sentirías mejor; si pudieras eliminar de tu mente lo que te preocupa y centrarte en tu trabajo, te sentirías mejor. Podrías centrarte en muchos pensamientos que te librarían de la depresión. Ahora bien, en estos momentos, desde el punto de vista vibratorio, no tienes acceso a buena parte de ellos. Pero si estás decidido a dar con un pensamiento, cualquier pensamiento, que te haga sentir mejor y eres consciente de la sensación que te producirá ese pensamiento, puedes empezar a ascender de inmediato por la escala de tu Guía Emocional. Se trata de un sistema que consiste en centrarte en un pensamiento, cualquier pensamiento, y valorar de manera consciente si ese nuevo pensamiento te proporciona una sensación de alivio del malestar que padecías anteriormente. Así pues, piensas y sientes y piensas y sientes con un único propósito: experimentar siquiera un pequeño alivio.

Pongamos que alguien te ha dicho algo que te ha enojado, o que alguien no ha cumplido su palabra. Cuando te centras en este desagradable tema, notas que sientes cierto alivio de tu depresión. Dicho de otro modo, pese a la ira que te invade cuando te centras en este pensamiento, ya no te cuesta respirar. La sensación de claustrofobia ha remitido y te sientes mejor.

Ahora bien, el paso crucial consiste en utilizar de manera eficaz tu Guía Emocional: detenerte y reconocer conscientemente que el pensamiento de ira que has elegido hace que te sientas mejor que la asfixiante depresión que ha sustituido. En el reconocimiento consciente de que tu vibración ha mejorado, tu sentimiento de impotencia disminuye y comienzas a ascender en la escala de tu Guía Emocional, para conectarte de nuevo con la persona que eres.

¿Por qué se empeñan en impedir que sienta este grato sentimiento de ira?

En muchos casos, a partir de una vibración muy resistente como la depresión o el temor, descubres instintivamente, o incluso inconscientemente, que el pensamiento de ira alivia tu malestar. Pero como muchas personas te han convencido de que la ira es un sentimiento negativo —no están dentro de ti, así que no pueden experimentar la mejoría que te produce tu pensamiento de ira—, por lo general te aconsejan que no alimentes la ira… para dejar que caigas de nuevo en tu anterior estado depresivo. Pero si sabes de manera consciente que has elegido un pensamiento de ira y que éste te aporta una sensación de alivio, sabes que puedes pasar del pensamiento de ira a un pensamiento menos resistente como el de frustración, y ascender en la escala de tu Guía Emocional para volver a alinearte con tu Fuente de Bienestar.

Por qué hasta la más leve mejoría tiene una gran importancia

Cuando eres consciente de dónde te encuentras y sabes dónde deseas estar, y tienes los medios para saber si te diriges allí o no, nada puede impedirte que llegues. La supuesta falta de control sobre tu experiencia vital se debe sobre todo a que no sabes hacia dónde te diriges. Si no comprendes de manera consciente tus emociones y lo que significan, a menudo te alejas del lugar donde deseas estar.

Existen muchas palabras para describir las emociones, pero en rigor existen tan sólo dos emociones: La que hace que te sientas bien y la que hace que te sientas mal. Cada grado a lo largo de la escala emocional indica tan sólo la medida en que permites que fluya a través de ti la poderosa, pura y positiva Fuente de Energía. El estado de conexión total, que te produce una sensación de alegría, amor, apreciación, libertad o conocimiento, invoca tu sensación de poder personal. Y el estado de máxima desconexión, que te produce la sensación de desesperación, dolor, temor o depresión, propicia tu sensación de falta de poder personal.

El que seas capaz de alcanzar siquiera una pequeña mejoría en tu estado tiene una gran importancia, pues incluso una mínima mejoría emocional puede hacer que recuperes en cierta medida el control. Y aunque no hayas ejercido todo tu control para volver a conectarte con tu poder personal, ya no te sientes impotente. Así pues, ahora no sólo puedes volver a ascender por tu escala emocional, sino que te resulta relativamente sencillo.

Sólo tú sabes si te conviene optar por la ira.

Si una persona que padece una grave depresión pudiera descubrir de manera consciente el alivio que le produciría un pensamiento de ira y, lo que es más importante, si pudiera reconocer que ha elegido a propósito ese pensamiento de ira, recuperaría de inmediato la sensación de poder personal y su depresión remitiría. Ahora bien, es importante que no permanezca sumida en la ira. Pero desde esa posición de ira podrá acceder a los pensamientos menos resistentes de frustración.

Muchos no comprenden todavía el contenido vibratorio de las emociones (ni en qué consiste una emoción ni su razón de ser) y por eso desaconsejan con gran contundencia la proyección de ira. Por lo general, a las personas no les gusta estar en presencia de alguien que está enojado, y la mayoría de ellas preferiría egoístamente que la persona enojada vuelva a su anterior estado depresivo, porque la depresión es un estado de ánimo que suele proyectarse hacia adentro, mientras que la ira suele proyectarse hacia fuera, contra la persona que está más próxima.

Los demás no saben si el pensamiento de ira que has elegido te aportan una mejoría o no; sólo tú sabes –por el alivio que te ofrece– si has  acertado al optar por un determinado pensamiento. Hasta que no decidas guiarte por la forma en que te sientes, no conseguirás avanzar sistemáticamente hacia tus deseos.

«Hago lo que puedo por mejorar mi situación»

Las personas que te observan tal vez se sentirían aliviadas si supieran que no te propones permanecer en tu actual estado de ira. Si supieran que te has trazado un ambicioso plan consistente en superar tu ira, tu frustración y tu agobio para pasar al optimismo, a la creencia y seguir ascendiendo por la escala emocional hasta comprender que todo está bien, quizá se mostrarían más pacientes con tu actual estado anímico.

Muchas personas se alejan de forma natural de la sensación de impotencia que produce la depresión o el temor para sumergirse en la ira como un mecanismo de supervivencia, pero cuando se topan con la intensa desaprobación de la familia, los amigos y los consejeros, por lo nocivo de su ira, vuelven a caer en una sensación de impotencia y el ciclo se repite una y otra vez: de la depresión a la ira, de la depresión a la ira, de la depresión a la ira…

La clave para recuperar tu maravillosa sensación de poder personal y control es tomar ahora mismo la decisión, al margen de lo bien o mal que te sientas, de esforzarte en mejorar tu situación. Procura centrarte en el pensamiento que te produzca una sensación más placentera en estos momentos, y a medida que lo hagas reiteradamente, al cabo de poco tiempo te sentirás estupendamente. ¡Te lo aseguramos!

«Si consigo llegar allí emocionalmente, puedo llegar adonde sea»

«Voy a tratar de centrarme ahora mismo en el pensamiento que me produzca una sensación más placentera. Voy a procurar sentirme mucho mejor, mucho mejor, mucho mejor.»

Recuerda que:

•           La rabia te ofrece una sensación de alivio de la depresión, el dolor,

     la desesperación, el temor, el sentimiento de culpa o de impotencia.

•           La venganza te ofrece una sensación de alivio de la rabia.

•           La ira te ofrece una sensación de alivio de la venganza.

•           La culpabilidad te da una sensación de alivio de la ira.

•           El agobio te ofrece una sensación de alivio del sentimiento de culpa.

•           La irritación te ofrece una sensación de alivio del agobio.

•           El pesimismo te ofrece una sensación de alivio de la irritación.

•           La esperanza te ofrece una sensación de alivio del pesimismo.

•      El optimismo te ofrece una sensación de alivio de la esperanza.

•           Las expectativas positivas te ofrecen una sensación de alivio del optimismo.

•           La alegría te ofrece una sensación de alivio de las expectativas positivas.

Con el tiempo y la práctica llegarás a comprender lo que tu Guía Emocional te indica. Cuando hayas tomado la decisión de tratar siempre de experimentar la sensación de alivio que te aporta una emoción mejorada, te sentirás bien la mayor parte del tiempo, y dejarás que todas las cosas que deseas fluyan hacia tu experiencia.

Es necesario que prestes atención a cómo te sientes para comprender todo lo que te sucede. La forma en que te sientes —y la sensación de alivio que descubres al centrarte en pensamientos más agradables— es tu única pauta con respecto a lo que atraes a tu experiencia.

«Pero ¿y los que desean no desear?»

Nosotros describimos la sensación de deseo como el ser deliciosamente consciente de nuevas posibilidades. El deseo es la sensación fresca y estimulante de esperar que se produzca una maravillosa expansión. La sensación de deseo equivale a la sensación de que la vida fluya a través de ti. Pero muchas personas, cuando utilizan la palabra deseo sienten algo muy distinto. Para ellas, el deseo se resume en el ansia de desear algo, porque es cierto que se concentran en algo que desean experimentar o tener, pero al mismo tiempo son conscientes de su ausencia. Por consiguiente, aunque utilizan palabras de deseo, ofrecen una vibración de la ausencia de lo que desean. Piensan que la sensación de deseo es ambicionar algo que no tienen. Pero el deseo puro no encierra una sensación de ausencia.

Por tanto, si tienes presente que cada vez que formulas una petición siempre es atendida, cada uno de tus deseos será un deseo puro que no ofrecerá resistencia.

Muchas personas desean cosas que en estos momento no viven plenamente, y en algunos casos llevan mucho tiempo deseándolas. Por tanto, piensan en lo que desean y luego piensan en que no lo tienen. Al cabo del tiempo, llegan a la conclusión de que la forma en que se sienten (cuando piensan en lo que desean y son conscientes de que no lo tienen, pero no saben cómo conseguirlo) equivale a la sensación que produce el desear algo. Pero no se hallan en un estado de deseo puro, sino en un estado de resistencia al deseo. Con frecuencia su vibración se refiere a la falta o ausencia de lo que desean más que a su deseo.

Sin que se percaten de ello, sus vibraciones les mantienen alejados de sus deseos, de forma que al cabo del tiempo llegan a convencerse de que la sensación machacona e ingrata que les produce no conseguir lo que quieren la produce el propio deseo.

Algunas personas nos dicen: «Abraham, a mí me han enseñado que no conviene que tenga deseos. Me han enseñado que el estado de desear me impedirá convertirme en el Ser espiritual que debo ser y que mi estado de felicidad depende de mi facultad de despojarme de todos mis deseos». Nosotros respondemos: «¿Pero acaso tu estado de felicidad o tu estado de espiritualidad no es un deseo?»

No estamos aquí para guiarte hacia un deseo o desviarte de él. Nuestra misión consiste en ayudarte a comprender que eres el creador de tu propia experiencia y que tus deseos nacen de forma natural de tu experiencia en este medio, en este cuerpo. Deseamos ayudarte a alcanzar una alineación perfecta con la Fuente, a fin de que puedas crear tus deseos.

Entendemos por qué algunos te dicen que si te despojas de tus deseos te sentirás mejor, porque la emoción negativa que sientes se debe a la diferencia vibratoria entre tu presente vibración y la vibración de tu deseo. Pero despojarse de los deseos es un proceso muy duro para alcanzar la alineación, porque todo el Universo está dispuesto a ayudarte a generar un nuevo deseo. Así pues, el sistema más sencillo de alinearte con tu Fuente, y de esta forma sentirte mejor, es tratar de despojarte de tu resistencia.

¿Crees que tu deseo es lógicamente el siguiente paso?

Tu capacidad de imaginar contribuirá a que se produzcan más rápidamente los siguientes y lógicos pasos. Puedes descifrar los pormenores en tu imaginación; no tienes que construir cosas insignificantes e importantes, puedes hacerlo todo mentalmente. No nos referimos al paso siguiente y lógico «de acción». Nos referimos a que utilices tu imaginación hasta que tu gran sueño te resulte tan familiar que su manifestación se convierta, lógicamente, en el siguiente paso.

Por ejemplo, una madre y su hija adulta piensan en adquirir una bonita casa en una elegante zona y crear un magnífico hotelito con derecho a alojamiento y desayuno. La hija dice a su madre: «Si hallamos el medio de conseguirlo, me sentiré feliz el resto de mi vida. Hacerlo realidad me resarcirá de todas las cosas que he deseado y no he conseguido».

Nosotros le explicamos que la vibración de su deseo no se hallaba aún en el lugar puro que debía estar para permitir que esta experiencia se manifestara. Cuando tu deseo es tan ambicioso que te parece inalcanzable, significa que no está maduro para manifestarse. Cuando tu deseo te parece el siguiente y lógico paso, significa que está apunto de manifestarse.

Cuando controles cómo te sientes, gozarás de toda tu experiencia

La forma en que te sientes te indica si tu vibración es la adecuada para permitir que las Fuerzas Universales te proporcionen en estos momentos tu deseo… o no. Con la práctica, sabrás si te hallas a punto de experimentar una manifestación o si ésta se halla aún en la fase de desarrollo, pero, más importante aún, cuando controles cómo te sientes, gozarás de toda tu experiencia.

•  Gozarás de la variedad y el contraste que te ayudan a identificar tu deseo, y gozarás de la sensación que te produce tu deseo, el cual lanzas desde tu valiosa perspectiva y fluye de ti.

• Gozarás de la sensación de ser consciente cuando tu vibración no se corresponde con la de tu deseo, y gozarás de la sensación de tratar deliberadamente de recuperar la alineación vibratoria con tu deseo.

• Experimentará s una sensación de alivio cuando las dudas se disipen y una sensación de Bienestar las sustituyan.

• Gozarás intuyendo que están a punto de producirse ciertos acontecimientos, gozarás comprobando cómo todo se desarrolla según lo previsto y te deleitarás asistiendo a la manifestación de tus deseos.

• Gozarás siendo consciente de que has moldeado a propósito tus deseos para hacerlos realidad, como si hubieras creado una estatua moldeando con tus propias manos la arcilla.

• Te encantará la sensación que experimentará s al alinearte, una y otra vez, con los frutos de tu experiencia.

El Universo existe para producir en ti nuevos deseos que te darán vida, y cuando sigas la corriente de tus deseos te sentirás auténticamente vivo y vivirás con plenitud.

Una apostilla

Tomas esto con calma. Tiendes a tomar la vida demasiado en serio. Debes plantearte la vida con alegría.

Nuestro poderoso deseo es que regreses a tu estado de autoestima. Deseamos que ames tu vida, a las personas de tu mundo y, ante todo, a ti mismo.