066-Curso de autoestima. Para ver en video: https://www.youtube.com/watch?v=fmjR2IVrqoI
66. La Prosperidad
Autoestima 066- La prosperidad – Curso de autoestima – Podcast en iVoox
Nada es verdad, ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.
Refrán popular
Definiendo La Prosperidad.
La prosperidad es básicamente un proceso de sanación. O sea, mucha gente cree que prosperar es tener dinero, nada más simple y erróneo. El dinero es una de las facetas de la prosperidad. En pocas palabras, prosperidad es tener buenas relaciones, salud, una buena vida y todo el efectivo que se pueda gastar. Pero acceder a la prosperidad es un proceso en el cual vamos renunciando a nuestras ideas de limitación y de carencias y vamos reemplazando esas ideas viejas por nuevas, que nos permiten ir disfrutando desde ahora.
Tengo un caso que es increíble. Se trata de un muchacho joven de 33 años que ha ganado algo así como tres millones de dólares, y es una persona miserable. Lo ves y está deprimido, triste, siempre está solo. Y eso me llamó la atención. Uno cree que prosperidad es acumular dinero. Si uno no está sano por dentro no puede prosperar.
Esto nos lleva entonces a la siguiente pregunta: ¿Y el éxito?. El éxito es parecido a la prosperidad; significa lograr el objetivo que uno se va proponiendo. El éxito no es un acto sino que es un proceso cuando uno alcanza un objetivo determinado. Por ejemplo, para mí tener éxito es haber publicado un libro. Lo logré, pero inmediatamente mi mente empieza a querer otras cosas.
Si tenemos que describir el éxito, es básicamente lograr lo que mi espíritu me está dictando que debo hacer. Y aquí hay que hacer una gran diferencia, porque nosotros tenemos lo que deberíamos hacer y lo que realmente queremos hacer; entonces el éxito es lo que uno de corazón quiere hacer. Éxito no es sobresalir. La gente cree que éxito es ser famoso, publicar un libro o grabar un disco; a veces tiene que ver con nuestra carrera, pero éxito también es tener buenos hijos, una buena pareja, una vida como uno quiere. En definitiva, el éxito es lograr lo que de corazón uno quiere.
Entonces seguro usted se está preguntando entonces ¿A qué se atribuye la carencia de dinero? Tiene que ver básicamente con una idea muy fuerte de que hay poco dinero, o de que el dinero a mí no me corresponde. Cuando hay una carencia de dinero es que desde mi mente subconsciente yo no estoy aceptando la abundancia ni la riqueza; es como que a otros les puede pasar y a mí no.
Esto viene básicamente por ideas que hemos escuchado de nuestros adultos desde niños. Por ejemplo, pudimos haber crecido en un ambiente muy religioso donde hemos escuchado que «los ricos no van al cielo«, «el dinero es pecaminoso» y entonces, si uno cree todo eso, en el fondo nunca va a querer tener dinero porque no quiere ir al infierno o no quiere ser pecaminoso. Por eso, dinero que venga lo va a hacer correr.
Esa es una de las maneras en que alejamos nuestra posibilidad de tener dinero.
Hay algo muy curioso. Yo siempre digo que si en este momento se repartiera todo el dinero del mundo entre todas las personas en forma pareja, al poquito tiempo habría de nuevo ricos y pobres, porque la riqueza y la pobreza dependen de nuestra mente, no del trabajo ni del esfuerzo sino de nuestra sensación de recibir lo que merecemos.
Yo creo que me merezco algo y en base a eso el Universo me provee; si yo creo que no merezco vivir bien entonces el Universo no me lo da. Una de las razones por las cuales la gente pobre sigue siendo pobre es por el resentimiento que ellos tienen hacia los ricos. El pobre siempre se victimiza y se pone en la posición de que hay otro que le roba, que el jefe siempre se queda con el dinero o se aprovecha; o sea que los ricos son malos, estafan, y entonces frente a todo ese resentimiento jamás van a ser ricos, al menos hasta que empiezan a ver el lado bueno, a asociar que también los ricos son buenos. Yo siempre digo que hay gente pobre que es malísima como hay gente pobre que es buenísima; lo mismo pasa con los ricos. La riqueza o la falta de ella no hace a las personas.
Los ricos son ricos porque tienen conciencia de abundancia; el rico siente que se merece, que ese es su nivel y lo va logrando. Uno de los conceptos más difíciles que a mí me ha tocado aprender es que el dinero es mental. O sea, el dinero no depende del trabajo, del nivel cultural o del esfuerzo que yo haga. Hay gente que trabaja muchísimas horas por día o tienen dos y hasta tres trabajos y en suma no les alcanza el dinero y tienen vidas miserables, no ven a sus hijos, no tienen tiempo para sus amigos. Eso no es prosperidad. Hay gente que trabaja cuatro o cinco horas por día y gana diez veces más que el otro; entonces, hay que ponerse a pensar qué es lo que hace uno y qué es lo que hace otro.
Uno tiene la idea de que «me tengo que sacrificar», «el dinero cuesta», entonces se la pasa en trabajos donde siempre va a ganar poco; el otro tiene una idea de «más suerte», o sea «lo mío vale», «lo mío sirve», «yo soy importante», entonces la vida le da eso.
Básicamente, cuando no tenemos esas ideas de abundancia y de prosperidad las tenemos que fabricar, las tenemos que crear. Yo tuve que hacer un trabajo bastante grande en eso porque yo vengo de la provincia de Corrientes, nací en una de las ciudades pobres del país; vi mucha pobreza y tenía la conciencia de humildad y de carencia. De pronto aprendí que yo también podía ser rico, que podía vivir bien. La idea produjo un cortocircuito dentro de mí pero empecé a practicar y vi resultados.
Una de las ideas que más me costó aceptar es que el dinero es mental. Cuando mi primera profesora me dijo eso, yo no podía aceptarlo; pensaba «qué disparate me está diciendo esta mujer». Un ejercicio tan simple como escribir en un papel cuánto merezco ganar, cuánto quiero ganar, y al cabo de cuatro meses ya lo estaba ganando.
En el proceso de prosperidad no basta con hacer mi mapa del tesoro, o con escribir en un papel o hacer los ejercicios que son muy lindos porque son símbolos; son símbolos prácticos. Es un proceso de sanación que consiste en poner ideas nuevas. Yo tengo que reemplazar todo lo viejo, tengo que decirle a mi mente que antes la idea para mí era ser pobre y ahora elijo probar una cosa distinta. Y hasta que de la mente no baje al corazón, no se manifiesta.
Para destrabar de nuestra mente las pautas de merecimiento hay varias cosas que hay que trabajar en prosperidad pero si voy a trabajar el merecimiento, éste está relacionado con la autoestima. Es decir, me tengo que sentir valioso, tengo que sentir que me corresponde que Dios también se acuerde de mí y que a mí me toca lo bueno.
Si trabajo la autoestima (lo que significa quererme más), entonces el Universo empieza a proveerme más, pero en prosperidad el paso más importante es la aceptación. Aceptación significa que tengo que poner en mi mente la idea de que A MÍ TAMBIÉN ME TOCA LO BUENO; que YO ME MEREZCO, y lo tengo que reclamar al Universo. Yo también quiero vivir bien, a mí también me corresponde, y cuando yo siento que realmente me corresponde, ahí lo tengo.
Pareciera que tenemos un conflicto en la compatibilidad entre espíritu y economía.
Se presenta como conflicto con la gente que trabaja con temas espirituales, si tienen que ganar dinero o no, siendo muchas veces criticados por esto. Entonces varios grupos religiosos era importante la renunciación, teníamos que renunciar a los bienes materiales para empezar a buscar lo espiritual. Entonces era como un principio, como un despertar en la conciencia humana; era la Era de la renunciación. Por eso tenemos esa idea, es la idea vieja.
Ahora, con una nueva conciencia el mensaje es totalmente distinto; tenemos que encontrar a Dios en la materia. Antes, si decíamos «esta mesa es Dios» era blasfemia. Ahora tenemos que reconocer que estos son átomos, que esto está formado por el cuerpo y la mente de Dios, que Dios está en la materia; tenemos que aprender a encontrar que en el dinero también está Dios en acción; porque es básicamente una energía de intercambio, y tenemos que aprender a encontrar eso. Por esa razón ahora es importante incorporar el dinero en todo esto, por eso ya no es más pecado.
Nos sentimos a veces en ese conflicto porque estamos reemplazando una idea vieja por una nueva. Otra idea nueva de esta era de Acuario que comenzó en la década del ’60 es que «nosotros creamos nuestra propia realidad». Nuestros padres y abuelos no hablaban de eso; a nadie se le ocurría pensar que uno estaba atrayendo determinadas circunstancias. Ahora que esta información es masiva nos estamos dando cuenta que nuestro destino lo estamos fabricando nosotros. De alguna manera se nos está enseñando a usar un instrumento que antes no estábamos listos para usar que es el poder creador de nuestra mente.
Dentro de las cosas nuevas que tenemos que aprender es que el dinero también es espiritual y depende de nosotros; por eso es importante cada vez que uno va a pagar algo bendecir el dinero: poner entre las manos el billete o el cheque y bendecirlo. Cuando ponemos nuestro amor, nuestra energía o nuestra bendición, ese dinero vuelve multiplicado.
Las personas que se quejan de las cuentas o de los impuestos, cada vez les cuesta más pagar, porque están generando una energía negativa que va a hacer que eso crezca y se reproduzca; pero si yo voy pagando con amor mis cuentas y las voy bendiciendo, es distinto. Si yo tengo que pagar el teléfono, tengo que agradecer a una compañía que por un mes ha confiado en mí, me ha brindado un servicio que yo he aceptado.
Las personas que no pueden cumplir sus objetivos, ¿están haciendo bien las acciones que los llevan al objetivo?. Con esto quiero decir, si yo tuviera que cocinar algo, tengo todos los ingredientes y los pongo al horno. Si el horno estuviera frío, no se cocina. Eso quiere decir que la persona ha hecho todos los pasos necesarios pero le está faltando el ingrediente principal que es el combustible, la energía.
Las personas que no logran sus objetivos es porque tienen su espíritu atrapado en una situación. Por ejemplo, puedo estar invirtiendo mucho mi energía personal en un rencor con alguien. Entonces, parte de mi energía que tiene que cocinar lo que estoy pidiendo está puesta en el pasado. También puedo estar pensando en cómo voy a pagar mis cuentas en el futuro y entonces tampoco puedo cocinar lo que quiero en el presente.
Lo que habría que revisar es de qué manera estamos distribuyendo nuestra energía. Hay que empezar a traer el espíritu al presente y ahí es cuando se materializan nuestros deseos. Se produce la sanación. Tenemos que tener además un deseo fuerte para generar energía. Si yo digo de la boca para afuera: «quiero tener más dinero», ahí no pasa nada. Tengo que desearlo, quererlo, verme teniéndolo. En general se confunde deseo con ansiedad y hay una gran diferencia. Ansiedad significa que quiero ver el resultado hoy mismo.
Es querer acelerar el proceso porque en el fondo significa miedo.
Deseo en cambio, quiere decir que aquello que estoy pidiendo voy a empezar a disfrutarlo a hoy, como si ya fuera una realidad. Entiendo que estos conceptos son difíciles de aplicar porque no estamos solos. Si pudiéramos estar solos con nuestros pensamientos sería mucho más fácil. Vivimos en un medio en donde estamos bombardeados de información, gente que no es muy positiva alrededor nuestro. Entonces, en el proceso de prosperar, también debemos seleccionar a la gente que tenemos cerca; así como también a quién debemos escuchar y a quien no.
La energía del espíritu radica en “Vivir en el presente”. Otra de las razones que son se cumplen los objetivos es porque a veces lo que está asociado en la mente subconsciente con respecto al resultado es negativa. Por ejemplo, si quisiera ser famoso y además tengo el concepto que serlo significa estar solo, tener una vida afectiva desastrosa, amigos envidiosos, etc. puedo tener una serie de ideas que me anuncian peligro, entonces mi mente no va a querer nunca cumplir ese objetivo.
Se pueden lograr los objetivos de la persona si:
Tengo un muchacho conocido que estaba trabado en su prosperidad. Hacía sus ejercicios y le sugerí que invocara a los ángeles, porque contamos con ayudas espirituales. Entonces me decía que no podía creer en algo que no veía. No sabía realmente qué decirle, pero le sugerí igualmente que pidiera y que viera qué pasaba. Por supuesto con toda la desconfianza del mundo dijo que lo iba a intentar. En su caso, hacía 5 meses que había pedido un aumento de sueldo y no se lo habían dado. Se lo pidió a los ángeles sin creer. Al día siguiente fue al trabajo y no solamente le aumentaron el sueldo, sino que le pagaron los 5 meses anteriores disculpándose por el descuido.
Me gustaría decir a todos los lectores que me han pasado cosas muy lindas aplicando los principios de la prosperidad, los cuales no he inventado, son universales. Los he estudiado y con mucha desconfianza al principio. Creía que algunos tenían suerte y otros no. No sabía que esto se podía estudiar. Entonces les diría a todas las personas que estén pasando por una situación de carencia, que pueden salir de esa situación. Exige un trabajo, un esfuerzo, pero cuando revertimos las cosas el universo muestra la abundancia. Y es para todos. No es un privilegio de nadie. El primer paso es tener el deseo. Renunciar a la situación de carencia ahora mismo. Aunque no tengamos la menor idea de lo que tengamos que hacer.
Cuando diga basta de carencia y elijo ser feliz, ahí todo el universo se pone a mi favor y me empieza a dar señales.
Pensar con prosperidad es el inicio la forma de tener ¡Emoción por Existir!