288-Curso de autoestima. Para ver en video: https://www.youtube.com/watch?v=7PONJbzeLZ0
288. Liberándonos del Sufrimiento
Autoestima 288- Liberándonos del sufrimiento – Curso de autoestima – Podcast en iVoox
Personaje extraño es el hombre: nacer no pide, vivir no sabe, morir no quiere
-Edward Balser
l. El ego y el espejismo del éxito
¿QUÉ ES EL EGO? UN BREVE ANÁLISIS
La palabra «ego» proviene del latín ego que significa yo. Aunque para entender científicamente qué es el ego, debo citar a uno de los personajes más importantes de la historia de la medicina y la psicología, Sigmund Freud, padre del psicoanálisis. A este célebre médico, lo que más le intrigó desde siempre fue la comprensión de la mente humana o psique, y fue así que se adentró profundamente en el campo de la psicología. Quienes en algún momento de nuestra vida estudiamos a Freud, sabemos que formuló muchas hipótesis acerca de la mente humana, siendo cinco de ellas las que más fama le dieron: hipótesis topográfica, estructural, dinámica, económica y genética. Para el estudio del presente libro, hablaremos de las dos primeras, las hipótesis topográfica y estructural de la mente humana.
En la hipótesis topográfica, Freud considera que los contenidos del aparato mental -imágenes, pensamientos y afectos- varían en cuanto a la facilidad en que éstos pueden ser traídos a la memoria, o, en otras palabras, al consciente. Divide el aparato mental en tres estratos.
En términos muy resumidos Freud estima que el aparato mental está separado en tres niveles horizontales o en tres estratos arreglados conforme o de acuerdo a la accesibilidad de sus contenidos al nivel de la conciencia o de «darse cuenta». Así, según Freud, en esta estructura se encuentra Íntimamente relacionado al cuerpo, y que actúa de acuerdo al principio primario de gratificación inmediata o «principio del placer». Otro de sus componentes es el ego, quien es el ejecutor de la personalidad, el que media entre las demandas del y el ambiente.
El ego opera de acuerdo al proceso secundario o «principio de realidad». Esto es lo que compete a nuestro estudio del ego, la relación que tú tienes con «una» realidad. Y sólo para terminar este brevísimo análisis de la hipótesis, el tercer componente es el superego, que es el lugar o sitio donde están alojadas las figuras de autoridad, los valores y las normas. Aquí en el superyo hay dos procesos de identidad, uno es el «yo ideal», los valores e ideales positivos aprendidos de los padres; y el otro es la «conciencia», la terrible conciencia, aquel conjunto de valores negativos y prohibiciones de los padres, que están sumergidos principalmente en el inconsciente, y que cuando caemos en la cuenta de haber desobedecido, nos sentimos mal.
Un buen maestro de psiquiatría que tuve hace muchos años me explicaba esto con una sencilla metáfora: el «ello» era ese animalito que todos llevamos dentro y que sólo busca el placer de gratificar sus instintos e impulsos más bajos; el «superyo» era el policía que también todos llevamos dentro, o ese angelito que nos habla al oído diciéndonos si hicimos bien o mal; y el «ego» era yo debatiéndome entre los primeros dos y las circunstancias, era yo mismo, muchas veces, eludiendo mi verdadero ser. Por cierto, me dijo, el ego suele estar muy confundido aunque él crea estar siempre en lo correcto.
No se trata de darte una clase de psicología, pero pienso que es importante que sepas de dónde proviene el uso de la palabra ego y lo que significa en una hipótesis de estructura mental. Hoy en día, existen cientos de psicólogos que desacreditan las hipótesis de Freud, incluso yo mismo no estoy de acuerdo con algunas de ellas y sé perfectamente que hay mucho más de lo que este gran genio nos aportó; sin embargo, es menester por justicia de evolución mencionar que las aportaciones del maestro Freud fueron y serán por siempre de extrema valía para la incipiente comprensión de la mente humana.
De esta forma, quise explicarte que el ego es parte de tu estructura mental, de tu personalidad, así será mientras sigamos siendo humanos. Es parte de lo que todos traemos en este «paquete» llamado persona. El ego es esa parte de nosotros que quiere estar en contacto con una realidad, «una». Pero verás que a lo largo de este libro podremos damos cuenta de que hay «otra» realidad y que todos las vivimos al mismo tiempo, sólo es cuestión de que nos demos cuenta.
Para explicarme mejor, imagina que tú y yo como humanos siempre nos estamos debatiendo para decidir entre dos personajes interiores que quieren opinar acerca de lo que hacemos, decimos o pensamos: el ego y el espíritu. Tal corno en la metáfora que muestro en la introducción de este libro. Ahora bien, parte de tu aventura diaria de vivir es con cuál de ellos dos te «identificas». Es cuestión de identidad. En el libro Un Curso de Milagros, se usa la palabra Identidad con «I» mayúscula para hacer alusión a tu relación con el ser espiritual que todos llevamos dentro, y se usa la palabra identidad con «i» minúscula para asociarla al ego. Todos tenemos ambas identidades, el problema surge cuando nos acostumbramos sólo a la del ego y sólo a través de ésa vivimos. Las consecuencias siempre son funestas, lo analizaremos más adelante. Aquí lo más curioso es que la mayoría de los seres humanos no nos damos cuenta de hasta qué punto nos identificamos con el ego. Necesitamos comprender que el ego no es nuestro verdadero ser, sino sólo una máscara.
A lo largo de los años he observado que las personas con menos autoestima son las que más se refugian detrás de la máscara del ego. Y esas personas suelen ignorar quiénes son en realidad. Es por eso que se esconden tras las máscaras del ego y buscan caretas que los hagan sentirse importantes, famosos, literalmente con la imagen del éxito, atractivos o atractivas, jóvenes, siempre con la imagen de estar por arriba de todos los demás, de ser muy diferentes.
Vivir cayendo diariamente en las trampas del ego, nos hace sentir el espejismo del éxito por el momentáneo placer de que ganamos, logramos y alcanzamos metas, pero «siempre demostrando» a los demás que somos mejores que ellos. No es que esté mal ganar o lograr metas, sino que una cosa es alcanzadas y otra es sentir la necesidad de demostrado a los demás para reafirmar nuestro encumbrado lugar en el organigrama social. Si has sentido alguna vez esta necesidad de demostrar que eres el más guapo o la más guapa, el más atractivo o la más atractiva, el o la más inteligente, quien tiene más dinero y poder, si has sentido la necesidad de usar ropa de determinada marca para sentirte bien mostrándola a los demás, si siempre quieres tener la razón en todo y para todo, si alguna vez has guardado odio o rencor en tu corazón, si siempre te gusta mandar y que los demás hagan lo que tú dices, si mientes para lograr tus objetivos ocultos, entonces, sin la más mínima duda, ya conoces lo que es el ego.
Si ya te has dado cuenta en tu propia vida de lo que es el ego y el espejismo de su éxito, también ya debes de haberte dado cuenta de cuáles son las consecuencias; si no, no tardarás en sufridas. De todas maneras, aquí te presento un cuadro con las principales diferencias que experimentarás cuando te identificas con tu ego o con tu espíritu:
Tu Identidad con el Ego | Tu Identidad con el Espíritu |
Conciencia Individual | Conciencia Universal. |
Actos condicionados a ganar. Necesita demostrar que es mejor en algún área de afectación | Actos puros, experimenta paz. No necesita nada. |
Percepción del tiempo lineal | Percepción del tiempo sincrónico. |
Actúa en el tiempo, espacio y casualidad. | Actúa fuera del tiempo, espacio y causalidad. |
Autopercepción temporal y limitada. | Autopercepción intemporal e infinita. |
Mente racional. | Mente intuitiva y creativa |
Mente condicionada a pensamientos y comportamientos habituales, forjada por las experiencias individuales y/o colectivas. | Mente no condicionada, infinitamente correlacionada, infinitamente creativa. |
Divide | Une |
Dialogo interno; esto soy yo y esto es mío. | Dialogo interno: todo esto soy yo y todo esto es de todos. |
Dominada por el temor. | Dominada por el amor. |
Requiere energía | Es energía |
Necesita aprobación. | Inmune a la crítica y/o adulación. |
Interpreta su yo como algo distinto a lo observado. | Sabe que el yo observador y lo observado es lo mismo. |
Algorítmica. | No algorítmica |
Activa cuando los sentidos están activos porque la experiencia sensorial es lo único en lo que cree. | Siempre activa, incluso más accesible cuando los sentidos se han suspendido o se han desplazado (p. ej. Al dormir y durante el sueño, meditación, sopor, trance, oración). |
Se expresa a través del sistema nervioso intencionado (elección individual). | Se expresa a través del sistema nervioso autónomo y del sistema endócrino, y sobre todo a través de la sincronía de estos dos sistemas. |
Quien vive bajo las máscaras del ego, es quien siempre necesita demostrar que es mejor que los demás en determinada área. Y precisamente esa necesidad se transforma en su propia prisión en la vida. Al igual que cualquier otro humano que se encuentra en evolución, yo también he pasado por estas trampas. Hoy me queda claro porqué cambió la temática de mis conferencias en los últimos años. Y es que los apasionantes temas de liderazgo, fe cómo ser mejor, y temas afines, ya no resuenan en mi interior desde hace algún tiempo. En su momento me los creí, incluso se me catalogó como uno de los mejores conferenciantes en esas áreas, hasta llegué a dar clases en una afamada institución que me hacía sentir importante. Hoy veo tan claro por qué ya no estoy ahí. Ya no pertenezco. Ya no creo en las cosas que hace años dije y hasta me di cuenta del error humano que predicaba. Quizá por ello sigo escribiendo, porque algunas cosas que expresé en mis primeros libros dejaron de resonar en mí, en esta etapa de mi vida, y por eso escribo otra obra con la que vibro hoy. He llegado a darme cuenta de que hay algo más allá del ego y me ha gustado.
Hoy en día, en mis conferencias ya no es mi interés primario y fundamental el que la gente sea líder o que sea mejor, o que logre ser el número uno en ventas de su empresa. No. Ya no. Hoy en día, gracias a una Nueva Conciencia, lo que me interesa es que la gente sea feliz, así, tal como es. Que aprenda que todos venimos con una misión y que cumplida debe ser una de las experiencias más agradables del mundo. En esto creo hoy. No estoy en contra de la superación personal, lo que te quiero decir, es que hoy en día veo con igual respeto y amor a un líder que a un seguidor, a un empresario que a un empleado, a un intelectual que a la servidumbre en su dimensión de humanos. Hoy sé que todos están bien, básicamente bien. Y lo más irónico: me he dado cuenta de que cuando una persona es feliz así, tal como es, como consecuencia vive el éxito, el verdadero éxito en la vida.
Éste es el tipo de éxito del que hablo en este capítulo, del verdadero, del que es como una mariposa en el jardín, aquella que cuando con esfuerzo la quieres atrapar, se te escabulle entre sus giros por el aire, pero cuando estás en paz contigo mismo, la mariposa vuela hacia ti y se posa en tu hombro.
Quise escribir acerca de esta Nueva Conciencia del éxito cuando me percaté de que hace años admiraba a la gente que ostentaba títulos y me impactaba por sus triunfos; en cambio hoy, admiro mucho más a la gente que es buena. Ya desde mi libro anterior, Siempre hay otra opción, empezaba a vislumbrar esta gran verdad; en él escribí un breve capítulo llamado «¿Qué recuerdas?» en donde comparto con mis lectores un breve cuestionario, para que al final lleguemos juntos a la gran conclusión: ayudar es mucho más importante que ganar. Llega un momento en que despiertas y te das cuenta de esto.
Con el paso del tiempo, cuando descubrí que el ego favorecía mi conciencia de separación, me aislaba de la gente, encontrando tantas y tantas diferencias que discriminaba, y así lo que logré fue sentirme solo. Pasó el tiempo y gracias a Nueva Conciencia descubrí mi identidad espiritual y que ésta me fundía con todo y con todos siendo Uno con ellos en todo momento; así me empecé a sentir completo, unido, en paz. Pero cuando descubrí que yo podría elegir con quién identificarme, con el ego o con el espíritu, con una gran emoción me di cuenta de …
EL DESAFÍO MÁS GRANDE DE TU VIDA: TOMAR LA DECISIÓN DE SER VERDADERAMENTE LIBRE Y FELIZ
Mi ego muchas veces me dijo que la fuente de felicidad consistía en atesorar cada vez más bienes materiales. Pero … ¿es real esa felicidad? Éstos son de los momentos en donde mis cuestionamientos empezaron a ser como los de los hermanos Wachowsky en su afamada y extraordinaria película «The Matrix». Yo también ya opté por tomar la píldora roja. Así, me di cuenta de que hay algo más. Existe una felicidad que no se compara a la que me dio el ego en su momento, es la felicidad que genera tu espiritualidad, y una vez que la conoces, ya no te causa tanta alegría la primera versión de la felicidad. Cuando hablo de espiritualidad y de ser espiritual, me refiero a una actitud hacia Dios, a un apasionante viaje de iluminación. Hablo de desarrollar con toda conciencia facultades divinas en el terreno humano: amor, perdón, bondad, y verdad que todos llevamos dentro. La espiritualidad no es cuestión de dogmas o de reglas. Es algo mucho más allá, es júbilo y concentración en la experiencia del amor en cualquiera de sus manifestaciones y la búsqueda de la dimensión espiritual es el desafío más grande de la vida y, a la vez, el más reconfortante.
La energía fundamental que ha alimentado tu vida viene del exterior, del sol, de los alimentos que consumes, de ciertas bebidas, del ejercicio que haces, etc. Pero esta energía no alcanza a proporcionarte la sensación de plenitud y éxtasis que anhelamos, no te lleva al verdadero éxito en la vida. Éste es un fenómeno interior. Es el resultado de una energía que viene de dentro. Tienes en tu interior el enorme poder de trascendencia sobre la superficial vida del ego. Sólo es cuestión de que pases por esa puerta que se abre precisamente hacia dentro. Entra y hallarás cosas verdaderamente fascinantes. Si decides entrar, en ese momento habrás tomado el desafío más grande de la vida. Ahí tomarás la decisión de ser verdaderamente libre y feliz. Ahí es donde empieza la aventura de saber qué anda uno haciendo en este cuerpo, caminando por este mundo y en esta época de la vida.
Desde hace muchos años he venido explicando que decidir es renunciar. La palabra decidir proviene de la raíz latina decídere que significa cortar. Y eso es precisamente lo que tenemos que hacer cuando decidimos abrir la puerta y pasar al Iado de la luz. Renunciamos al lado oscuro, a la dimensión donde se mueve el ego. Y es entonces cuando las cosas se empiezan a ver más claras, empezamos a comprender e iniciamos el camino de sabiduría. Lo primero que suele pasar es que te das cuenta de que tu aparición en este mundo y la relación que tienes con el Universo entero no es fortuita. Te empiezan a suceder cosas que hasta ese momento ni siquiera considerabas, y que ahora te sorprenden por la magia que hay en la sincronía de los eventos y el cómo todo sucede por algo superior.
Diariamente te asombras al darte cabal cuenta de que no existen las coincidencias, sino que alcanzas a ver cómo se va tejiendo la tela mientras tú mismo eres un hilo de ella. Esto es una fuente de felicidad y asombro incomparables con cualquiera otra. Cada encuentro con nuevas personas, cada relación, cada libro que llega a ti, cada suceso que te acontece, todo, empieza a cobrar un sentido que antes no lo tenía en absoluto. Luego, empiezas a intuir que ese sentido tiene un destino maravilloso y te lanzas a la búsqueda de dicho destino. La mera búsqueda ya es algo fascinante por la cantidad de cosas mágicas que te suceden en el proceso. Y luego, encontrar el sentido de tu turno en la tela que se va tejiendo mientras que al mismo tiempo intuyes a donde va todo, eso amigo, eso es tremendamente liberador y enormemente extasiante. Esta dimensión donde ya se es realmente libre y feliz es lo que te abre la puerta al verdadero éxito en la vida. Cualquier otra opción de éxito es solamente un émulo de él. Son las trampas del ego.
El ego nos hace experimentar felicidad de muchas formas, pero nos pasa una factura. La factura de lo infinito en su dimensión. Me explicaré mejor. El ego se mueve en una línea temporal, donde todo empieza y todo acaba. De esa forma, el ego nunca se satisface, siempre quiere más, de hecho está condenado a nunca satisfacerse porque siempre quiere más y más y más. No existe fortuna, no existe abundancia tal que lo satisfaga plenamente, no existe placer camal o material que lo deje tranquilo para siempre. En su dimensión temporal siempre se quiere más y más rápido por la finitud del tiempo en que se puede disfrutar.
En cambio, el espíritu, tu ser espiritual, ¡nunca ha muerto y nunca va a morir! Simplemente es, y ya. Ésta es una de las lecciones espirituales más difíciles de comprender y, luego, de aceptar. Hemos estado acostumbra¬’:05 durante tanto tiempo a ver las cosas con principio y final, viendo con los ojos del ego, que cuando se nos plantea que algo es eterno, que algo nunca empezó y nunca va a terminar, puede amedrentamos. Detente a pensar profundamente en esto y lo empezarás a sentir.
Si tu ser espiritual es eterno, no se mueve en ninguna línea temporal, ¿qué prisa tiene? En esta dimensión ni existe el concepto prisa. Simplemente es. Y ahí es en donde se encuentra tu verdadero yo. Ahí está tu espíritu. Nada le inquieta, nada le apura, nada. Vivir momentos como humano en los que tocas tu dimensión espiritual es una de las más poderosas fuentes de paz que he conocido en mi vida. Y ya estando ahí, aunque sea solamente por unos instantes, es una fuente maravillosa de felicidad con una tremenda e indescriptible sensación de libertad. Conocer esto que te estoy diciendo constituye el desafío más grande de tu vida, conocer quién eres realmente, sin máscaras, sino en tu esencia, conocer e identificarte con tu ser espiritual. ¡Es sublime!
Es muy posible que nunca le hayas dedicado tiempo a conocer este aspecto de tu yo, tu dimensión espiritual, y que lógicamente por eso todo esto te suene extraño. Pero, ¿sabes una cosa?, llegó tu momento, por eso estás leyendo esto aquí y ahora. No es coincidencia. Sogyal Rinpoche, en El libro tibetano de la vida y de la muerte, expresa hermosas palabras que quiero compartir contigo:
En el mundo moderno, hay pocos ejemplos de seres humanos que encarnan las cualidades que derivan de la comprensión de la naturaleza de la mente. Así que nos resulta difícil imaginar una iluminación o la percepción de un ser iluminado, y más difícil todavía comenzar a pensar en que nosotros mismos podemos convertimos en iluminados.
.. . Aun en el caso de que pudiéramos pensar en la posibilidad de una iluminación, una sola mirada a lo que compone nuestra mente -enojo, codicia, celos, desprecio, crueldad, lujuria, miedo, ansiedad y agitación- minaría para siempre la esperanza de conseguida .
.. . La iluminación… es real; y cada uno de nosotros puede, quienquiera que seamos, en las circunstancias correctas y con la preparación apropiada, comprender la naturaleza de la mente y conocer por tanto lo que es inmortal y eternamente puro en nosotros. Ésta es la promesa de todas las tradiciones místicas del mundo, y ha sido cumplida en incontables millares de vidas humanas.
Tú puedes ser uno de esos millares de seres humanos iluminados, y de hecho, se necesita en el mundo de un ser así. ¿Te suena absurdo mi planteamiento? Te entiendo. A mí también me pasó igual al principio. Pero debo advertirte con toda pasión que es divino cuando te das cuenta de que en verdad lo puedes ser, y suele suceder cuando de hecho, ya lo estás siendo.
Desde los primeros capítulos, ya empezaba a dar atisbas de esta verdad, desde aquella época me interesaba compartir con la gente lo que ahora te digo a ti: tú no eres tu nombre, no eres tu sexo, no eres tu ocupación, ni tu número de afiliación al Seguro Social. Tú no eres nada de eso, vamos, ¡ni eres tu cuerpo! La verdad, tú eres luz eterna y un don divino con total independencia de lo que hayas hecho o vayas a hacer. Con total independencia de tu familia o de tu raza o condición social, o cualquier etiqueta que te hayan colgado o te hayas puesto. En la infinita inteligencia de Dios, tú eres divino y tiene un sentido el que hayas entrado momentáneamente al cuerpo que usas. Y ese sentido nunca lo encontrarás en el mundo físico. Cuando dejes de buscar la satisfacción en el mundo externo, la totalidad de tu ser reflejará tu divinidad.
Creo que la verdadera definición de la propia conciencia es el descubrimiento de tu ser espiritual con su jubilosa vida. Es tu conciencia dándose cuenta de quién eres realmente, es tu conexión con todo lo divino y eterno. Esta conciencia está dentro de ti desde siempre.
¿Qué crees que suceda cuando creas en lo que aquí te planteo? ¿Te gustaría echarle un vistazo? Pues mira, cuando abres la puerta hacia dentro y empiezas a mirar hacia tu interior, afuera no habrá ningún cambio. Todo seguirá exactamente igual; pero lo que alcances a ver será totalmente distinto. Me encanta lo que mi maestro y guía espiritual, Wayne Dyer, me enseñó desde hace muchos años cuando me compartía un proverbio zen que dice: «Antes de la iluminación cortaba leña y acarreaba agua; luego de la iluminación corté leña y acarreé agua». ¿Qué quiere decir? Pues que afuera no pasa nada, todo el cambio sucede en el interior y ese cambio es lo que yo identifico como el verdadero éxito en la vida.
Tu Nueva Conciencia espiritual te permitirá ver cosas que antes estaban ocultas para ti. Tendrás una nueva comprensión de las cosas que te generará una sensación de paz y satisfacción interior que antes no conocías. Empezarás a ver que el mundo físico no cambia, pero tus interacciones con el mundo físico se empezarán a alterar de una forma difícil de describir, verás milagros cada rato, literalmente hablando. Y también empezarás a manifestar exactamente lo que necesitas en el mundo físico para cumplir con tu misión. Verás con tus propios ojos cómo se materializa un deseo que realmente proviene de tu dimensión espiritual. Gran fuente de tu verdadera libertad y felicidad en la vida es cuando decides entrar a tu mundo espiritual porque se suceden los siguientes cambios y pronto los verás en tu vida cotidiana:
1. Se incrementa tu estado de conciencia de las cosas. Como ya te dije, empiezas a ver que nada es por accidente y que todo tiene un sentido, todo lo que te pase, todas las personas que conozcas, todo libro que llegue a ti, toda película que veas, toda música que escuches, cobra un sentido extraordinario que cualquier otra persona juraría que exageras. Tú sabrás que no es así.
2. Descubrirás la existencia de una fuente inagotable de energía. Te sorprenderás de cómo todo lo que verdaderamente necesitas, llega a ti sin gran esfuerzo. Las cosas, literalmente, empiezan a fluir hacia ti. Y es que te has convertido en una fuente a su vez para muchas personas, y tengo la idea de que el Universo siempre provee en un sistema perfecto a quienes deciden dar. Esto nunca falla.
3. Te sentirás amado y amarás. Sí, increíblemente te sentirás muy querido y para colmo sin la necesidad de que una pareja o alguien en específico te procure. Verás que a donde vayas, habrá gente que se acerque a ti y quiera conversar un rato contigo. Y con cada persona que se te acerque, sentirás un irrefrenable impulso por ayudarla y percibirás amor por todas ellas. Y es que te sentirás unido con todos. Durante un tiempo de mi vida me pregunté por qué Jesucristo, Buda, Mahoma y grandes líderes espirituales nunca tuvieron una novia o una pareja. Hoy sé por qué y pronto tú también lo sabrás.
4. Desarrollarás tu capacidad de apreciar la belleza y el arte. En más de una ocasión te podrás quedar cautivado frente a un paisaje como nunca antes lo habías sentido. Te detendrás a observar lo que antes nunca habías visto, donde quizá ni siquiera sabías que existía tanta belleza. En algún momento podrán correr lágrimas por tus mejillas, sin otro motivo que un júbilo que estalla dentro de ti cuando presencias maravillas de la naturaleza o estás frente a una obra de arte. No podrás contener tu emoción cuando escuches la interpretación de algún cantante o la magistral ejecución de algún instrumento por un artista. No te quiero decir qué sucederá cuando veas la caracterización y el juego de varios humanos en una sublime puesta en escena. Conocerás lo que es la verdadera emoción.
5. Se incrementará tu capacidad de disfrute como nunca antes. Cada comida, por simple que sea, la sentirás como un banquete inolvidable y digno de fiesta. Los alimentos y bebidas te sabrán más exquisitos que nunca antes. Todos los placeres mundanos en general, caminar, dormir, acariciar, y más, serán percibido s con una indescriptible intensidad. Hasta un apretón de manos lo disfrutarás como nunca. Juro que notarás este cambio como uno de los más notables. Todo lo disfrutarás intensamente.
6. Experimentarás tolerancia y aceptación. Así se conoce la paz y la armonía. Todas aquellas personas, cosas o circunstancias que antes te molestaban, llegará un momento en donde ni siquiera tendrán la más mínima importancia y todo estará bien con ellas. Los enojos y pleitos que antes eran tan comunes, empezarán a desaparecer como por arte de magia. Dejarás de juzgar, porque habrás comprendido que todo es por algo yeso te mantendrá en paz.
7. Soñarás despierto. En pleno estado de vigilia empezarás a albergar ideas fascinantes, irán y vendrán ideas de proyectos de ayuda y crecimiento. Verás cómo pronto se te empiezan a aparecer personas que resultan ser las indicadas para ayudarte a la construcción de tu sueño. Despierto lo podrás ver todo. Es cuando tu ego se sorprende de cómo estás logrando tantas cosas sin esfuerzo, mientras que él estaba acostumbrado a verte sufrir para merecer. Tú sabrás que esto ya no es así.
8. Disfrutarás y procurarás el silencio. Descubrirás que cuando «guardas silencio» abres la puerta para entrar a uno de los lugares más sagrados que pueden existir. Un minuto de silencio es el más alto honor que podemos conferir a alguien. Descubrirás que también es el más alto honor que puedes conferirte a ti mismo. Pronto te darás cuenta de que en ese silencio es en donde más te comunicas con Dios. Te apasionará tanto este tipo de momentos que los procurarás con gran frecuencia y, con todo respeto y amor, rehuirás de las personas bulliciosas y escandalosas.
9. Pasarás de competir a cooperar. El gozo que antes encontrabas en ganar, no se compara con el enorme placer que ahora experimentarás al ayudar. Ya no te interesará ser el mejor, tan sólo disfrutarás de ayudar a quien tu corazón te indique y ahí experimentarás el verdadero éxito en la vida. Ya no estarás interesado en atesorar, sino en disfrutar con lo que tienes. Y aquí sucede una paradoja: mientras menos te interesa tener, más abundancia fluye hacia ti. Así pasa.
10. Vivirás de manera más auténtica. Cada vez te costará más trabajo mentir. Ni siquiera con una «mentira piadosa» alcanzarás a sentirte bien. Empezarás a amar tu estado natural donde no hay nada que ocultar, nada, y esto es verdadera libertad. No tendrás ninguna dificultad para ser tú mismo, tanto en tu forma de vestir, como en tu forma de ser, como en tu manera de hablar. Con todo lo que hayas vivido o hecho, hayan sido actos destructivo s o inmorales, de pronto podrás decir «Soy lo que soy» y nada más. Aceptándote tal cual eres y ahí, sucederá una mágica transformación. Dejarás todo aquello que te hacía daño; y por otra parte, dejarás de hacer daño. Pero no lo harás conscientemente, simplemente sucederá, la renuncia es automática. Algo que te sorprenderá es que cada vez podrás escuchar más sin estar a la defensiva; y te impactarás cuando veas a personas que todo el tiempo creen que una frase es para atacarlas y reaccionan a la defensiva constantemente. Dirás: » … yo era así», y no lo creerás cuando tengas un ejemplo frente a ti. Bendecirás el cambio.
11. La alegría y la emoción por existir serán tu estado natural. Tu alegría muchos la identificarán como un estado de gracia y tú también lo sentirás así. Habrá un sinnúmero de ocasiones en que te sentirás feliz sin ninguna causa aparente. Simplemente te sentirás feliz en muchos momentos. Algo divino fluye a través de ti y eso lo llegarás a identificar como la más posible fuente de tu constante alegría. Gran parte de tu alegría diaria de vivir es que experimentarás un estado de autosuficiencia donde no perseguirás nada. En todo momento te sentirás pleno, con la agradable sensación de que no te falta nada y lo sabrás. Tendrás una conexión directa con Dios.
Los 11 elementos que acabo de nombrarte corresponden a un estado de conciencia superior en el que tú eliges identificarte con tu ser espiritual. Ahora sólo a ti te corresponde elegidos y vivir una auténtica libertad personal.
La libertad que se llega a experimentar en este estado de gracia espiritual no es muy difícil de describir. Sin embargo, haciendo un intento, te puedo decir que esta libertad aparece cuando surge dentro de ti la capacidad para salir de donde siempre has estado. Pensarlo es motivante, hacerla es indescriptible. Cuando tomas la opción de ser verdaderamente libre, te das cuenta de que hay algo más de lo que tu familia o costumbres te dijeron que se podía. Cuando tomas la decisión de ser auténticamente libre, te transformas en el único responsable de lo que te sucede y dejas de culpar a otros para siempre. De repente te encuentras con un enorme poder sobre ti mismo y ese enorme poder es auténtico, viene de dentro.
El célebre escritor Schopenhauer anotó alguna vez:
«Todos tomamos los límites de nuestra visión como los límites del mundo». Pero una persona que ha optado por identificarse con su ser espiritual, sabe perfectamente que esto no así. Sabe que hay algo más y que es tremendamente espectacular. Entonces tiende hacia ello.
Por una anécdota de mi maestro Dyer, conocí uno de sus libros predilectos que luego pude adquirir: Being-in-dreaming («Vivir en sueños») de Florinda Donner. Citaré aquí un fragmento:
-¿Cuánto cuesta la libertad?
-La libertad te costará la máscara que llevas puesta
-dijo ella-, la máscara que te hace sentir tan cómodo y tanto cuesta desechar, no porque se adapte muy bien sino porque la has llevado durante mucho tiempo. -Ella dejó de pasearse y se detuvo ante la mesa de cartas.
-¿Sabes qué es la libertad? -preguntó retóricamente-o La libertad es la total ausencia de preocupación por ti mismo -continuó al tiempo que se sentaba junto a mí, sobre la cama-o Y la mejor manera de dejar de preocuparte por ti mismo es preocuparte por otros.
¡¿Te imaginas pasar todo un día sin pensar en ti?! Para que por lo mismo nada te ofenda, nada te afecte, nada te trastorne. ¿Será posible alcanzar a ver el mundo así, tal cual es, sin enjuiciar? ¿Es posible despreocuparse de uno mismo a ese grado? ¿Podrás dar algo a alguien sin esperar nada, absolutamente nada a cambio; sino simplemente regocijándote en vivir la experiencia y dar? De ser afirmativa la respuesta, entonces ¡eres verdaderamente libre!
Sí se puede vivir con esta Nueva Conciencia que propongo. Aquí quiero decirte cómo lograrIo por lo menos para empezar:
• Cada día, trata de ayudar a alguien y no se lo digas a nadie. Es algo tuyo. Desde hace algunos años tengo en mi escritorio una frase que leo con frecuencia y que me ha ayudado mucho: «Cuando busques felicidad para ti mismo, siempre te eludirá. Cuando busques felicidad para los demás, la encontrarás para ti mismo». Verás que cuando das, una importante sensación de suficiencia emana dentro de ti. Sabrás que siempre tendrás lo necesario para ti y más para compartir.
• Practica la atención a las coincidencias significativas. Cultiva el hábito de darte cuenta de cómo pasan las cosas. Detente a analizarIas y alcanzarás a ver que nada es accidental. Te maravillarás conforme más avances en esta habilidad.
• Mantén un diálogo personal con Dios. Por favor, créeme en esto: tú puedes tener un contacto directo con Dios, sin necesidad de ningún intermediario. El día que lo decidas, Él estará ahí. De hecho, siempre lo ha estado, sólo esperaba a que te dieras cuenta. ¡No necesitas hacer nada especial para merecer este divino diálogo! Ni mandas, ni actos de penitencia, ni nada por el estilo. Solamente necesitas un profundo y auténtico deseo de plática, con Él. Créeme, te responderá de la manera en que menos te lo esperas y comenzarás a caminar por un sendero que antes nunca habías transitado Aquí uno se siente tan acompañado … ¡y mira nada más por Quién!
• Date tiempo para estar en silencio. Será un alimento para tu yo espiritual. Cuando desarrolles eI hábito de estar «diario» unos momentos en silencio, ya nunca lo querrás dejar. Será tu santuario donde irás a refugiarte para no caer en las trampas, del ego. En ese silencio vivirás una experiencia que mis palabras no me alcanzan para describírtela.
Todo lo anterior se puede lograr. Me consta. Lo único que necesitas es un profundo deseo de cruzar esa puerta de la que te vengo hablando a lo largo de este libro Pero hay algo que te detiene: lo que aprendiste ante Todo lo que se te dijo a lo largo de los años que he vivido, todos los condicionamientos por los que has pasado, son tu principal obstáculo para evolucionar a un estado superior de tu yo. Llegó el momento de …
EL RETO DE ABANDONAR TUS VIEJAS CREENCIAS PARA ACCEDER A LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL DEL SER
Tema de nuestro siguiente capítulo.