149-Curso de autoestima
149. Siete Pasos para Convertir tus Sueños en Realidad
Observa tus resultados; si no te gustan, entonces tú tienes que cambiar. Para tener el control de los resultados es necesario tener el control de tí mismo. Si no puedes cambiar tus resultados, seguramente porque no estas haciendo nada para tí. El hombre moderno ha tenido la creencia de que sus resultados son fruto de muchas cosas ajenas a él, y por eso no ha podido asumir el control de los mismos. Es tiempo de mirar hacia nuestro interior y buscar una respuesta de compromiso y de vida. Nosotros creamos nuestros resultados.
–Baltasar Gracia
Quizá uno de los hábitos más importantes para lograr el éxito, pero que se practica con menos frecuencia, es escribir los objetivos. Una persona debería tener sus metas personales, profesionales, sociales y financieras muy bien definidas. Los objetivos pueden clasificarse en función del tiempo que necesitamos para alcanzarlos. Así, podemos tener proyectos de corto, mediano y/o largo plazo.
Primer paso
¿Hacia donde vas?
El primer paso para alcanzar tus objetivos con éxito es definir hacia dónde vas. Este es el momento de determinar lo que deseas, lo que es realmente importante para ti. ¿Cuáles son tus sueños? ¿Qué es aquello que verdaderamente anhelas conseguir? Por absurdo que parezca, para muchas personas no existe más que un círculo vicioso en su vida, en una rutina que ofrece pocas variantes y que termina por apagar el fuego, la pasión y el entusiasmo con el que iniciaron sus vidas.
A la pregunta: ¿Por qué usted va a trabajar hoy? La gente contestó, en una encuesta realizada hace algunos años:
• Porque necesito comer y pagar la renta.
• Porque ¿qué me quedo haciendo en casa?
En un mundo que ofrece miles de oportunidades, más del 95% de las personas se levantarán mañana para ir a trabajar, para tener con qué comer y poder así seguir viviendo, para luego levantarse al día siguiente, ir de nuevo a su trabajo y continuar con ese círculo vicioso.
El éxito personal comienza tomando un lápiz, un papel y tu decisión de escribir y elaborar un plan de acción, que no es más que el mapa que te conducirá por tu camino hacia la cumbre del éxito. Invierte algunas horas en ello; el tiempo que emplees en realizar este ejercicio será la mejor inversión que hayas hecho en tu vida.
La primera lección en tu camino hacia el éxito, es descubrir hacia dónde vas. Esta es, sin lugar a dudas, la pregunta más importante que deberás hacerte. La respuesta debe ser clara y certera porque si no sabes hacia dónde vas ¿cómo desarrollarás un plan que te permita llegar allí?
Visualiza por un momento: ¿Dónde desearías encontrarte dentro de cinco o diez años y qué desearías estar haciendo? ¿Qué clase de trabajo estarás desempeñando? ¿En dónde vivirás? ¿Cómo será tu casa? ¿Qué clase de automóvil tendrás? ¿Qué clase de actividad recreativa desearás estar practicando? ¿Qué nueva habilidad anhelas adquirir? ¿En qué clase de actividades comunitarias quisieras participar? ¿A dónde añoras viajar? ¿Qué actividades desearías disfrutar en compañía de tu familia? A todo esto muchas personas las llaman metas, objetivos, aspiraciones, ilusiones, deseos; pero en el fondo son sinónimos de aquello que verdaderamente deseas alcanzar, y por las cuales estás dispuesto a trabajar.
Entonces:
– Elabora una lista de todo aquello que deseas lograr a corto y largo plazo. Incluye tus sueños materiales, profesionales y espirituales.
– Escribe cuáles te gustarían que fueran tus logros en veinte o treinta años.
– Piensa que sólo tienes diez años de vida. Escribe aquello que quisieras alcanzar en ese tiempo que es tuyo y cómo lo invertirías.
– O simplemente escribe: «He aquí una lista de todo lo que quisiera lograr con mi vida si tuviera el dinero, el tiempo, el talento y el apoyo de mi familia de manera ilimitada».
Tus sueños son la fuerza que motiva todas tus acciones; son la razón por la cual te levantas en la mañana y te vas a trabajar; son el combustible que mantiene ágil tu andar, te dan la energía y la disciplina para desarrollar los nuevos hábitos que necesitas adquirir para triunfar. Infortunadamente sólo un pequeño número de personas se toman el tiempo para dar este paso y, como resultado, la mayoría de las personas admiten no tener una dirección clara en su vidas; de ahí el circulo sin fin en el que viven.
Revisa tus objetivos a nivel personal, profesional, familiar y no permitas que nada ni nadie entorpezca el plan de acción que te has forjado en la vida. Comunícale a los tuyos la necesidad de caminar con ellos a tu lado para que te acompañen y te apoyen por el camino de la sabiduría, que únicamente llega a quienes saben qué es lo que desean en sus vidas; a aquellos que están dispuestos a pagar el precio por conseguir lo que quieren; a quienes tienen fe, coraje y persistencia y que, armados de estas virtudes, han salido en busca de sus sueños, y han adquirido la experiencia para usar este conocimiento y multiplicar el uso de su tiempo y de sus habilidades.
Segundo paso.
¿Por qué deseas llegar a donde te has propuesto?
El Dr. Robert H. Shuller en su libro: Serás lo que Quieras Ser, dice que:
«La mayoría de la gente fracasa no por falta de talento, dinero u oportunidad; fracasa porque nunca planifica por escrito» En otras palabras, la gente fracasa porque en lugar de avanzar en línea recta hacia sus objetivos, lo hace en grandes círculos y hace ésto por falta de una brújula, algo que le indique qué hacer y por dónde ir.
El primer paso para alcanzar tus objetivos con éxito es definir hacia dónde vas. Este es el momento de determinar lo que deseas, lo que es realmente importante para ti. ¿Cuáles son tus sueños? ¿Qué es aquello que verdaderamente anhelas conseguir?
Una vez que hayas dado este paso, tendrás que profundizar un poco más y descubrir las razones por las cuales estos sueños que has logrado identificar, son importantes para ti. Al responder la pregunta: ¿por qué quieres llegar allí? encontrarás algo más que una simple respuesta o justificación; encontrarás los valores y principios que gobiernan tu vida.
Si no encuentras una razón más profunda para justificar el esfuerzo que requerirá el alcanzar tus sueños, no tendrás la fuerza necesaria para poder empezar. Si logras identificar esa razón que justifique tu esfuerzo, todos los obstáculos que encuentres a lo largo del camino, no serán suficientemente grandes para impedir que llegues a donde has decidido. Este segundo paso también te suministrará el aspecto emocional de lo que ese sueño significa para ti.
Todas tus acciones, actividades, hábitos, metas y aspiraciones están influenciadas por los valores que posees. Estos, moldean todas y cada una de las expresiones de tu ser. No obstante, no hemos nacido con un conjunto fijo de principios y valores morales; éstos empezaron como un simple pensamiento al que hemos dado albergue en nuestra mente y le hemos permitido madurar hasta convertirse en una firme creencia.
Los pensamientos que ocupan tu mente, se convertirán, con el tiempo, en convicciones firmes y pronto encontrarás que tus acciones diarias y tu comportamiento son consistentes con estas creencias. Todo aquello en lo que pienses constantemente llega a convertirse en tu realidad. Lo que valoras de verdad y en lo cual crees fervientemente, suele siempre manifestarse en cada una de tus acciones.
De ahí que nuestra tarea sea el convertirnos en los triunfadores que fuimos destinados a ser. Nuestra responsabilidad primordial es la de crear el equivalente mental de la realidad física que queremos experimentar. Si deseamos ser felices, debemos crear una fotografía mental de lo que esto significa en nuestras vidas. Sólo cuando hayamos creado esta imagen mental de nuestras aspiraciones, podremos rodar continuamente esta película en el telón de nuestra mente subconsciente.
¿Cuál es la relación que hay entre tus sueños y tus valores? Si has elaborado tu propia lista de sueños y aspiraciones, probablemente incluiste el poder tener tu propio negocio. Posteriormente, al tratar de identificar el por qué de ese sueño; al tratar de descubrir aquellos valores responsables de crear en ti el deseo de poseer tu propia empresa, descubres que existen varias razones por las cuales esta meta en particular es importante para ti.
¿Ves la dimensión que este segundo paso da al sueño que habías identificado previamente? El llegar a tener tu propio negocio es una gran meta, un gran sueño; pero si no descubres la razón por la cual cada uno de tus sueños y aspiraciones son importantes para ti, es probable que al primer obstáculo, comiences a cuestionar el precio que debes pagar por alcanzarlo, e incluso a interrogarte por tener este sueño como una de tus metas. Después de todo, ya has vivido hasta el momento sin esta meta y podrás seguir viviendo, aún si renuncias a ella.
Convertir los sueños en realidad demanda un compromiso emocional que sólo podrás encontrar cuando identifiques las verdaderas razones que te llevaron a tomar cualquier determinación. Pregúntate si:
• ¿Estarías dispuesto a dedicar el resto de tu vida a la meta escogida?
• ¿Estarías dispuesto a dedicar el resto de tu vida al logro de un mejor estilo de vida para ti y tu familia, y a establecer las condiciones que te proporcionen paz interior, seguridad y satisfacción personal?
Las acciones de una persona muestran claramente cuáles son sus verdaderas convicciones. Si tus motivos para querer obtener algo son buenos y nobles, descubrirás la fuerza para salir adelante; si tus intenciones son egoístas y mal intencionadas, puedes estar seguro que nunca alcanzarás el éxito verdadero. Es posible que encuentres alguna satisfacción inicial en lo referente a retribuciones materiales, pero nunca alcanzarás el éxito.
El proceso de identificar y dar prioridad a los principios que gobiernan tu vida incluye los siguientes tres pasos:
1. Aclara los valores que gobiernan tu vida.
2. Ordenarlos de acuerdo con la prioridad que des a cada uno de ellos.
3. Escribe un pequeño párrafo en tiempo presente acerca de lo que cada uno de esos valores significa para ti.
Te sugerimos que:
• Identifiques los valores que gobiernan tu vida.
• Escríbelos en una hoja y explica lo que significan para ti.
• Asígnales prioridades.
Acuérdate de escribir siempre en tiempo presente, siendo claro y concreto, de tal manera que tus valores no se queden simplemente en generalidades.
Los grandes triunfadores y las organizaciones de éxito tienen su fundamento en un grupo de valores y principios que definen su filosofía de vida.
Emerson decía:
«No hay nada que dé más dirección a la vida de una persona que un gran conjunto de principios».
Tercer paso
¿Cuándo esperas lograr tus metas?
El primer síntoma para saber que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo. Las personas más ocupadas que he conocido en la vida siempre tenían tiempo para todo. Las que nada hacían estaban siempre cansadas, o conseguían realizar el poco trabajo que tenían y se quejaban constantemente que el día era demasiado corto. En verdad, tenían miedo de enfrentarse con el cumplimiento de sus metas.
El tercer paso consiste en determinar el período de tiempo en el cual piensas que lograrás tus metas. Ese período debe tener en cuenta dónde te encuentras con respecto a ellas y qué necesitas hacer para alcanzarlas. Cuando asignas una fecha determinada para el logro de cierto sueño, habrás llevado este sueño un paso más cerca de convertirse en realidad.
Una meta es simplemente un sueño con una fecha frente a él. Podríamos decir que desde este punto en adelante es cuando el tiempo se convierte en factor definitivo. El período de tiempo que fijes para alcanzar tus metas es crucial. Este debe ser tal, que exija de ti un esfuerzo mayor; que demande el máximo de tu potencial, que requiera el desarrollo de una disciplina fuera de lo común para lograr tus metas. Sin embargo, debe ser realista y flexible, debes tener en cuenta los obstáculos a los que debes sobreponerte, y los nuevos hábitos o habilidades que debes adquirir.
El punto de partida para aprender a administrar tu tiempo es desarrollar una visión clara de tus metas y objetivos. Quizás el peor enemigo de tu tiempo es poseer metas borrosas; no saber exactamente qué es lo que pretendes alcanzar; olvidar cuáles son tus aspiraciones y metas a largo y corto plazo. Ambrose Bierce en su Diccionario Siniestro, describía que el verdadero fanatismo consistía en redoblar nuestro esfuerzo una vez que hayamos olvidado qué es lo que perseguimos. De igual manera, muchas personas trabajan arduamente sin tener idea alguna de qué es lo que verdaderamente desean lograr en sus vidas.
Saber administrar nuestro tiempo es, sobre todo, organizar nuestras actividades de tal manera que podamos alcanzar nuestras metas más importantes de la manera más rápida posible.
Asignar el período de tiempo apropiado para el logro de una meta específica es uno de los pasos más importantes. La fecha que colocas frente a cada uno de tus sueños como límite para su consecución, determinará el paso y la rapidez con la cual tendrás que trabajar tu plan. No existen sueños irreales, sino plazos de tiempo irreales para el logro de dichos sueños. El plazo de tiempo que separas para el logro de determinada meta debe considerar no sólo la magnitud de dicha meta, sino también qué tan lejos te encuentres de ella y qué necesitas aprender para llegar allí. Saber que tienes una meta que cumplir te ayudará a dar prioridad a aquellas actividades que te permitirán materializar tu meta. Finalmente, saber que cuentas con un lapso de tiempo específico te dará singularidad de propósito y una actitud positiva hacia las actividades y trabajos que tengas que realizar, ya que sabes por qué estás haciendo lo que estás haciendo.
Recuerda que toda meta realmente digna de alcanzar tomará tiempo. No te desanimes si ves que el poder alcanzar tus metas puede tomar varios años. Si sientas esa meta, podrás darte cuenta que, a lo largo del camino tu compromiso con ese sueño te traerá muchos beneficios adicionales.
El aspecto más importante de asignar una fecha fija para el logro de nuestras metas, es que crea en nuestra mente una actitud diferente hacia el significado de la palabra tiempo. Esta nueva apreciación nos permite tomar control de nuestras actividades diarias para asegurarnos que éstas van de acuerdo con nuestras metas a largo plazo.
Si ya has dado los dos pasos anteriores, en este momento tu lista contiene muchos de tus sueños y aspiraciones. Al examinar la importancia de cada una de estas metas y que tan lejos te encuentras de ellas, asigna una fecha específica en la cual te gustaría ver cada meta realizada. Ten presente las habilidades y hábitos que debes desarrollar para poder alcanzarlas.
Por ahora no tienes que hacer esto con todos y cada uno de tus sueños. Selecciona aquellos que por su importancia y trascendencia deseas llevar a cabo en primera instancia y concéntrate en ellos. Más adelante, en la medida en que alcances estas metas, vuelve a tu lista maestra y selecciona nuevas metas en las cuales trabajar.
Al sentar prioridades entre tus actividades diarias asegúrate que todo paso que des te conduzca hacia la realización de tus sueños.
Cuarto paso
¿Con qué cuentas y qué necesitas aprender?
Persigue agresivamente la educación continua, particularmente en las áreas de conocimiento y habilidad que has identificado como transferibles a otros trabajos o carreras. Nada de lo que hagas para avanzar en tu carrera, es tan importante como mantener el hábito de aprender nuevas habilidades.
Tú eres quien eres en este momento, y te encuentras donde estás, como resultado de todas tus vivencias, tus hábitos, y las habilidades y conocimientos que has adquirido a lo largo de tu vida. Todo aquello que forma parte de tu historial personal ha forjado la persona en la que te has convertido. Muchas de esas experiencias son positivas, han ayudado a formar tu carácter y a reafianzar tu potencial. Seguramente, este historial contiene también vivencias o hábitos negativos, que igualmente han contribuido a que te encuentres en tu situación actual. Todas estas experiencias de una u otra forma son responsables por tus circunstancias presentes.
Muchas personas emplean la mayor parte de su vida culpando a su pasado por la mediocridad de su presente. Otras, deciden romper las cadenas que las atan a un pasado que no ha sido benevolente con ellas y logran forjarse un futuro mejor, sobreponiéndose a las circunstancias que puedan estar experimentando.
Independientemente que tus vivencias hayan sacado a relucir el máximo de tu potencial, o que hayan sido contraproducentes en tu vida, lo único cierto es que son gran parte de aquello con lo que cuentas para empezar tu camino hacia el logro de tus sueños. Una parte importante ya ha forjado la persona que hoy eres. Sin embargo, aún más importante que estas experiencias es la manera como veas tu futuro.
Este paso esencialmente consiste en determinar exactamente dónde te encuentras ahora, con qué cuentas y qué necesitas aprender para llegar a donde quieres ir. Es fundamental que determines dónde te encuentras actualmente en relación con el lugar al cual deseas llegar. En este paso responderás a las preguntas: ¿Con qué cuentas, y qué necesitas aprender?
Empecemos entonces por determinar donde te encuentras en este momento en relación con las metas que deseas alcanzar y el precio que estás dispuesto a pagar a cambio de tus sueños. El responder a las siguientes preguntas te dará una base para que puedas determinar dónde te encuentras con relación a tus metas.
Este paso te permitirá descubrir el precio que debes pagar para alcanzar tus metas. Si no estás dispuesto a aprender todo lo que necesites, o a escuchar a aquellos que han venido antes que tú y han triunfado; si no estás dispuesto a prepararte, debes examinar de nuevo si la lista que has preparado previamente contiene sueños que realmente deseas realizar, o son simples fantasías con las cuales entretienes tu mente.
Este paso requiere que examinemos de cerca tres áreas diferentes: La educación especializada, el continuo mejoramiento profesional, y el desarrollo personal.
La primera área es la de la educación especializada. ¿Necesitas adquirir algún tipo de educación especializada para llegar a donde quieres ir? Sólo podrás determinar la clase de conocimientos especializados que necesitas adquirir, una vez hayas determinado el lugar al cual deseas llegar. Por esta razón, debes dar los tres primeros pasos antes de llegar a este punto.
Recuerda que educación especializada no necesariamente significa cuatro o cinco años de educación universitaria. Ella simplemente significa aprender la profesión o el oficio que has elegido como el vehículo que te ayudará a materializar tus sueños. Este aprendizaje puede hacerse a través de un programa educativo, experiencia práctica, seminarios o cursos especializados.
¿Cómo puedes determinar el tipo de programa educativo que necesitas? Primero debes determinar el campo en el cual deseas trabajar, ya sea que éste sea el mismo en el que actualmente te desempeñas o uno diferente. Asegúrate que este sea un campo que puedas aprender a querer y disfrutar. Invierte el tiempo suficiente en seleccionar la institución y el programa educativo que mejor se ajuste a tus necesidades.
El segundo aspecto es el continuo mejoramiento profesional. Los grandes triunfadores, los líderes más reconocidos del planeta y las corporaciones líderes en sus campos, han descubierto que el éxito y la excelencia personal y empresarial, requieren estudio, preparación y mejoramiento constante. Las empresas de éxito saben que todo lo que una compañía hace, todo producto, servicio o proceso organizativo puede y debe ser mejorado constantemente.
Entre las personas de éxito no existe el Statu Quo, no existe la idea de simplemente mantener las cosas como están. La persona que no está avanzando, que no está al tanto de los nuevos avances en su profesión; la empresa que no está siempre a la vanguardia de todo nuevo descubrimiento en su campo; esta persona o empresa, está retrocediendo. La excelencia requiere un compromiso constante, si no nos estamos acercando hacia el logro de nuestras metas personales, profesionales o empresariales, entonces nos estamos alejando de ellas. La razón es muy sencilla, el tiempo pasa. Cada día que pase sin que trabajes hacia el logro de tus metas es un día menos con el que cuentas para hacer de ellas una realidad.
Este cuarto paso realmente representa tu compromiso personal con el constante estudio del éxito. Cuando digo estudio, no sólo me refiero a la capacitación, sino también al compromiso que los grandes triunfadores tienen hacia su desarrollo personal, hacia el mantenimiento de un alto grado de motivación constante. Ellos saben que el verdadero líder, que la persona de éxito, debe poseer un sistema de formación constante. Ellos han comprendido que en un mundo en donde la persona promedio está sometida a un sinnúmero de influencias negativas, es fundamental poder desarrollar una actitud positiva y mantener siempre un alto grado de motivación.
Para aumentar tu productividad, simplemente tienes que aprender más. En otras palabras, todos nosotros, en este preciso instante, estamos ganando el máximo, con lo que ahora sabemos.
He aquí cuatro sugerencias que te ayudarán a convertirte en un gran estudiante del éxito:
– Invierte en tu propio desarrollo personal.
– Lee por lo menos 30 minutos diarios en tu campo de interés profesional.
– Escucha programas en audiocasete mientras realizas otras actividades.
– Asiste a seminarios y conferencias que contribuyan a tu desarrollo personal y
profesional.
Si deseas triunfar, debes estar dispuesto a pagar el precio en términos de lo que debes leer, escuchar, aprender y asimilar. Lo más probable es que en este preciso momento hayas llegado lo más lejos posible con el conocimiento con que ahora cuentas. Si deseas ir aún más lejos de donde ahora te encuentras, sólo lo podrás lograr, obteniendo y asimilando nueva información.
Quinto paso
¿A quién acudir en busca de ayuda?
Persevere hasta el final para poder lograr los frutos. No haga caso de los pesimistas y de la gente negativa. Busque personas que sientan algo parecido a lo de usted, y deje todo lo que impida la realización de su ideal. Recuerde que los mediocres han sido infieles a sus ideales y por lo tanto, han traicionado a la humanidad; que los más críticos son los que no hacen nada, gente sin ideal. El que más hace, menos tiempo tiene para criticar.
¿A quién ir en busca de ayuda? En caso de que aún no te hayas dado cuenta, no soy partidario de la doctrina, «Lo haré a mi manera». Imagínate que acabas de despertar y descubres que durante la noche ha caído una fuerte tormenta de nieve y se han acumulado 30 centímetros de nieve, y tienes que caminar 200 metros para poder tomar el autobús. ¿No seguirías los pasos o las huellas de alguien que haya caminado la misma trayectoria antes que tú? ¿No sería esto mucho más fácil? Por supuesto que sí.
Aprender de la experiencia de los demás es una manera más eficiente de adquirir sabiduría, ya que elimina la necesidad de invertir tiempo, esfuerzo y energía en el aprendizaje directo por medio de nuestras propias experiencias. Sin embargo, ten cuidado de asegurarte que la persona que estás siguiendo va en la misma dirección en la cual tú quieres ir. Recuerda que al final del camino no podrás culpar a nadie del sitio donde hayas terminado, ya que tú has escogido el camino.
No se trata simplemente de imitar a otros, o seguir caminos ya recorridos. Este paso va mucho más allá de ello. Se trata de convertirnos en estudiantes del éxito; de buscar qué ha llevado a aquellas personas que han triunfado a alcanzar el éxito, y basados en esta información escribir nuestra propia historia. El general Patton leyó y estudió sobre Alejandro el Grande. Norman Vincent Peale encontró inspiración en la vida y obra de Emerson, y a su vez, su obra ha servido de gran inspiración y guía en mi propia vida.
Sin embargo, este paso es mucho más que seguir ciegamente las enseñanzas de otras personas. Es aprender de su vida, sus triunfos y sus derrotas; y escribir nuestra propia historia.
La segunda parte de este paso es el desarrollo de un grupo de apoyo. Antes de partir en una gran expedición, el capitán del barco toma suficiente tiempo para seleccionar a su tripulación. Él sabe cuán importante es elegir a un grupo de individuos que compartan su entusiasmo y compromiso hacia dicha expedición. El primer paso que el presidente de una nación toma, una vez es elegido, es escoger su gabinete de ministros y consejeros. Él o ella entiende la importancia de tener un equipo cuya opinión él valore y al cual pueda consultar antes de tomar sus decisiones. Él o ella no seleccionarían una persona que no desea su éxito, o una persona cuya filosofía de vida está en total discrepancia con la suya; es esencial construir un equipo ganador.
Ahora te encuentras a punto de empezar. Este es el comienzo del resto de tu vida. Tú eres el capitán de esta gran expedición que te conducirá hacia la realización de tus metas más ambiciosas. Tú eres el presidente a cargo de tomar todas las decisiones y tú eres el obrero a cargo de ejecutarlas. Sin embargo, también necesitas conseguir un grupo de apoyo, un grupo que te servirá como comité asesor en diferentes puntos durante el desarrollo de tu plan de acción.
Este grupo debe estar formado por personas que respetes y admires. Personas que también se estén moviendo hacia el logro de sus propios sueños. Personas que apoyan tus planes y que están genuinamente entusiasmadas acerca de tu decisión de salir tras tus sueños. Tú puedes escoger este grupo entre tus amigos, líderes comunitarios que puedas conocer, maestros, colegas y otras personas que respetas y en quienes confías.
Un tercer aspecto de gran importancia en este paso es tener un modelo. Un modelo es una persona que ha salido adelante y ha triunfado en aquellas áreas en las cuales tú quieres salir adelante y triunfar. Una persona por quien sientes sincera admiración y respeto. Una persona que posea algunas de esas cualidades que quieres desarrollar. Alguien cuyo ejemplo en determinadas áreas podrías usar para modelar tu propia vida.
Él o ella no es un ídolo, ni tampoco tendrás que imitar o copiar todas sus acciones.
Esta persona es simplemente un modelo que podrás utilizar como punto de referencia a lo largo del camino.
Es importante examinar el camino que los llevó a la cumbre en sus respectivos campos; estudiar sus hábitos; ver cómo invirtieron su tiempo, su esfuerzo y su dinero.
Así, también, busca asociarte con personas de éxito, con personas de las cuales puedas aprender aquello que necesites para llegar a la cumbre del éxito. De otro lado, acepta el reto de ser una influencia positiva sobre aquellos que te rodean. Sin embargo, independientemente de cuál sea el papel que estés desempeñando, recuerda que en el camino hacia la realización de tus sueños encontrarás personas que serán de gran ayuda para tu causa, y también encontrarás personas que podrán beneficiarse de tu ayuda y consejo.
Sexto paso
¿Cómo organizar tu plan de acción?
Apúntale a nada y seguramente le pegarás. Apunta a una meta específica y, aunque no la logres, tendrás la oportunidad de estar mucho más cerca que si nunca le hubieras apuntado.
El sexto paso consiste en desarrollar tu plan de acción. Tu plan de trabajo no es más que el mapa detallado de los pasos que necesitas tomar para el logro de tus metas.
Este es el momento de traducir tus metas a largo plazo en objetivos específicos y actividades en las cuales puedas empezar a trabajar inmediatamente. Es hora de dividir tus metas en metas anuales, mensuales y semanales y en actividades diarias.
Este es el último peldaño de la escalera que te conducirá a la realización de tus sueños. Puesto que ya has asignado una fecha para la cual esperas haber logrado tu meta, es mucho más sencillo desarrollar un plan de acción que te permita lograrlo. Sólo podrás determinar cómo llegar a un lugar, si primero has determinado exactamente dónde se encuentra dicho lugar, y cuándo deseas llegar allá.
Este paso es simplemente una manera de poner juntas todas las piezas de este gran rompecabezas que es tu plan de acción. Incluye el examinar toda la información que has podido obtener a través de los pasos dados hasta ahora y hacer un inventario de qué posees y con qué puedes contar para empezar. Si aún no lo has hecho, escribe tus sueños; encuentra las razones por las cuales deseas alcanzar cada uno de ellos; asigna una fecha para su logro; descubre qué es lo que necesitas hacer, identifica las posibles fuentes de ayuda, y finalmente toma toda esta información y convierte esos sueños en objetivos claros y específicos.
El día de tu nacimiento, el día de hoy, y el día de tu muerte están conectados por lo que podríamos denominar tu línea natural del tiempo. Todo lo que ha sucedido en tu vida hasta este momento forma parte de tu historia, y no puedes cambiar nada acerca de ninguno de los hechos que son parte de tu pasado. Imagínate esta línea que te lleva desde tu nacimiento hasta tu muerte, como un camino encementado. Una acera en la cual el cemento permanece fresco hasta tanto no lo pisas, pero una vez te has parado en él, se endurece inmediatamente.
Cada paso que das deja una huella en el cemento, y cuando levantas tu pie esta huella queda marcada en la acera de la vida por siempre. Es importante que entiendas que no hay nada que puedas cambiar acerca de ninguno de los eventos que forman parte de tu pasado; ninguna de esas huellas pueden ser cambiadas, porque se encuentran en tu pasado.
Estas huellas son simplemente el fruto de tus acciones y el resultado de las decisiones que has tomado a lo largo de tu vida. Todo lo que has aprendido desde tu nacimiento se encuentra ahí. Aprendiste a caminar, a hablar, a leer, fuiste a la escuela, aprendiste tu profesión, conseguiste un trabajo, y miles de cosas más. El cemento que se encuentra frente a ti está fresco; sólo se endurecerá cuando pases sobre él. Sentar metas funciona de la siguiente manera. Imagínate que uno de tus valores es tu interés por tu crecimiento y desarrollo intelectual. Supongamos que este valor es de gran importancia para ti. Por esta razón, al hacer tu lista de sueños, escribes que una de tus más grandes aspiraciones siempre ha sido la de escribir un libro.
Digamos que hoy es 20 de mayo de 2007, y hoy colocas una fecha específica para la culminación de tu libro; por ejemplo el 20 de mayo de 2008. El haber asignado esta fecha para la terminación del libro equivale a haber tomado una flecha, haber escrito en ella tu propósito, y haberla disparado a la distancia, al cemento fresco que se encuentra frente a ti. Esta flecha cae en el 20 de mayo de 2008, donde el cemento todavía está fresco, puesto que aún no has pasado por ahí.
Ahora debes volver al día de hoy y preguntarte: ¿Qué debo hacer hoy, qué debo poner en el cemento entre el día de hoy y el 20 de mayo de 2008, de tal manera que cuando pase frente a aquella flecha y el cemento se endurezca, mi libro sea una realidad? ¿Qué debo hacer durante este período de tiempo que he asignado para el logro de esta meta? Aquí es donde debes trazar los objetivos intermedios para que este sueño se convierta en realidad. El hecho de que esta meta exista, de por sí no te garantiza su logro, a menos que establezcas objetivos intermedios y los traduzcas en acciones y actividades que te permitan comenzar a trabajar en ellos día a día. ¡Recuerda que el único lapso de tiempo sobre el cual tienes control absoluto es el día de HOY!
Mañana mismo puedes empezar a trabajar en hacer de ese sueño una realidad. Es así de simple. La respuesta está en tus manos.
Séptimo paso
¡Es hora de empezar!
No hay sueños imposibles, ni locos, ni demasiado grandes. Todos los límites de tus sueños los pones tú, pero también, si ya los pensaste, ya están hechos en algún lugar, porque todo aquello pensado es creado. Motívate con afirmaciones positivas y continúa creyendo en ti mismo, en tu capacidad de llegar a donde te lo propongas y a lograr lo que quieres hacer.
El séptimo paso es: comenzar. Este es el paso que debemos dar con certeza «Ni un paso atrás, siempre adelante y que lo que ha de ser, sea».
Muchas personas van por la vida como espectadores; admirando simplemente la manera como otras personas luchan por alcanzar sus sueños. Parecen contentarse con la celebración de los logros de otros, pero descuidan el tomar acción sobre sus propios sueños, por miedo, inseguridad, indecisión o simplemente por pereza. Cualquiera que sea la razón que te esté deteniendo para alcanzar tus metas y aspiraciones puede ser eliminada única y exclusivamente con el uso de un solo remedio: la acción.
La acción es la mejor cura contra el miedo, la indecisión, y otra serie de enfermedades que son culpables de más muertes que el cáncer y las aflicciones cardíacas unidas.
Todo lo que has hecho hasta este momento es nadar un 95% del río, pero tu meta es el llegar a la ribera opuesta. Y aunque has nadado una gran parte de él, ¿qué sucedería si de repente decides parar en este punto? Te ahogarías. Si te ahogaras, ¿interesaría qué tan cerca te encontrabas de conseguir tu objetivo? No. Has caminado el trayecto más largo de tu camino, pero para lograr el triunfo tendrás que dar con firmeza y decisión este último paso.
Si no asumes este paso, es como si hubieses entrenado para los Juegos Olímpicos, para competir en la carrera de los cien metros. Querías estar allí y estabas dispuesto a pagar el precio; ahora te encuentras un centímetro atrás de la línea blanca, con cuatro competidores a cada lado, que tienen en mente el mismo objetivo tuyo, ganar la carrera. Pero tú has entrenado arduamente; te has levantado temprano todas las mañanas a correr para mantenerte en forma.
En tus momentos de visualización y profunda cavilación, has podido saborear el dulce sabor del éxito; sabes que habrá muchas otras carreras, pero ésta es la tuya. Para ésta es para la cual has estado entrenando. Sabes que no has llegado aquí de manera accidental. Estás aquí como resultado de haber seguido paulatinamente ese plan de acción que te trazaste, de haber adquirido la disciplina necesaria para lograr tu clasificación.
Ahora que has podido desarrollar tu plan de acción es crucial que empieces inmediatamente a implementarlo. No caigas preso de las urgencias de la vida diaria. Si no haces hoy absolutamente nada para acercarte a tu meta, te habrás alejado de ella. Es curioso ver cómo la vida se disipa en actividades de las cuales muchas veces no nos damos cuenta.
La corporación norteamericana Nielsen encontró que mientras la persona promedio lee menos de diez páginas de un libro al año, ella empleará 49,5 horas frente al televisor cada semana. Esto equivaldrá a 13 años de su vida, de los cuales cinco los empleará mirando comerciales de televisión. Curiosamente, de acuerdo con otros estudios, esta misma persona empleará 28 minutos semanales conversando con su esposa o esposo en «tonos normales», y 45 segundos al día en diálogo con sus hijos.
Entonces, cuando digo que hoy es el mejor momento de empezar, me estoy refiriendo específicamente a la necesidad de dar prioridad a nuestros valores, a nuestras metas y actividades, de tal manera que actuemos en forma inmediata sobre aquello que es muy importante en nuestras vidas. Si queremos cambiar algunas de estas estadísticas de manera favorable, vamos a tener que deshacernos de ciertas actividades que no sólo nos están robando nuestro tiempo, sino también nuestra vida.
En la elaboración de tu plan de éxito debes hacer de tu tiempo tu mejor aliado. Obviamente, si deseas aprender a administrar tu tiempo, la primera pregunta que debes responder es ¿Qué es el tiempo? ¿Cómo podemos definir esto que estamos tratando de controlar? Newton se refería al tiempo como algo absoluto, que ocurría ya fuera que el universo estuviera presente o no. Einstein decía que los eventos y el tiempo estaban íntimamente ligados; que éstos eran la sustancia o esencia del tiempo, y luego desarrolló una idea que él llamó el principio de los eventos simultáneos. Él decía: «El tren no arriba a la estación a las 7:00 p.m. El tren arriba a la estación al mismo tiempo que la manecilla pequeña del reloj arriba al número 7:00».
Frente a ti, al otro lado del cuarto, se encuentra todo aquello sobre lo cual posees control absoluto. Eventos como tu modo de actuar, tu actitud, tu forma de vestir, la hora a la que te levantas, y la comida que comes ¿Qué tienen en común todas estas acciones que acabo de mencionar? El énfasis está en ti mismo. ¿Qué podemos deducir de esto? Lo único sobre lo cual tú tienes total y absoluto control es sobre ti mismo. Todas las demás circunstancias y acontecimientos se encuentran en la otra pared o en puntos intermedios.
El verdadero objetivo de la administración del tiempo es controlar los eventos que ocurren en nuestra vida; asegurarnos que estos eventos, que estas actividades nos están acercando hacia la realización de nuestros sueños. Una vez hemos llegado a este punto, el siguiente paso es actuar. Es echar a rodar nuestro plan y no parar hasta haberlo logrado. Recuerda, una meta que no pueda traducirse en un plan no es una buena meta, y un plan que no pueda traducirse en acción inmediata no es un buen plan. Así que no permitas que el plan que has desarrollado se quede en el papel; ponlo en marcha. Después de todo, lo que está en juego es el que logres alcanzar tus objetivos y aspiraciones. Pon en práctica los principios aquí expuestos, y si lo haces no me cabe la menor duda que muy pronto estarás en la cumbre del éxito… ¡ES HORA DE EMPEZAR!