193-Curso de autoestima

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193. Principio del Ritmo

Autoestima 193- Principio del ritmo – Curso de autoestima – Podcast en iVoox

5. PRINCIPIO DEL RITMO.

Todo fluye, fuera y dentro; todo tiene sus mareas; todas las cosas suben y bajan; la oscilación del péndulo se manifiesta en todo; la medida de la oscilación hacia la derecha es la medida de la oscilación hacia la izquierda; el ritmo compensa.

EL EFECTO «SUBIBAJA»

El Principio del Ritmo también afecta a las relaciones humanas.  De acuerdo con el movimiento de nuestro péndulo personal, atraemos personas más positivas. o negativas en determinados momentos.  Existe un fenómeno, conocido en psicología como el efecto «subibaja», que afecta a las relaciones más cercanas alterando el equilibrio emocional.  Para entenderlo mejor, vamos a estudiarlo a través de un ejemplo concreto: un matrimonio.

Debes visualizar a cada uno de ellos como tanques de agua conectados en su base por una válvula o un caño  De esta manera, vemos cómo los dos recipientes están conectados entre sí e intercambian su contenido.  Cuando el contenido de uno de ellos desciende, aumenta al otro y viceversa.  Este fenómeno de vasos comunicantes ocurre también entre dos personas que están enlazadas emocionalmente.  Por lo tanto, todas las emociones que reprimen uno de ellos, las expresa el otro.

Continuando con nuestro ejemplo, imagínate que un día la esposa quiere hablar con su marido de algo importante y él está leyendo el diario cómodamente en la cocina.  Ella habla pero él sólo murmura algo; en el fondo, él se molesta con la interrupción, en vez de expresar su verdadera emoción, la reprime.  Ahora ella se siente incómoda y se enoja.  Su marido continúa leyendo el diario reprimiendo su molestia.  Todo lo que él reprime, surge del otro lado haciendo que la mujer se enoje aún más.  La represión continúa y pronto llega a su límite.  Pero en apariencia, por un lado, el hombre sigue completamente en silencio y, por el otro, su mujer está totalmente fuera de sí.  Entonces el hombre dice excusándose: «Pero si yo no dije nada».

De esta manera se explica ¿por qué a veces sentimos emociones ajenas a nosotros mismos o por qué llegamos a límites indeseables?.  A veces, al conocer a una persona nueva, uno empieza a sentir emociones que ya no son propias.  Es probable que se sienta el gran deseo de complacer al otro, de brindarse desmedidamente, de estar todo el tiempo sólo con aquella persona.  Todo esto se debe a la gran necesidad que tiene el otro de recibir; lo está pidiendo con toda intensidad pero sin palabras.

En estos casos, surgen preguntas como: «¿Por qué estoy sintiendo esto?».  La persona puede llegar a imaginarse que está viviendo un gran amor y sólo está recibiendo toda la neurosis de la otra persona  En esos casos, nos encontramos canalizando la furia, la tristeza, la desolación o la angustia de las personas con las que nos relacionamos.  Esto es más cierto que cuando estas emociones no son lógicas o coherentes con lo que nos está ocurriendo en ese momento.  Podemos comparar el fenómeno con la contaminación de los tanques; al estar conectados entre sí, uno recibe la parte tóxica el otro.

El efecto «subibaja» se continúa en los distintos miembros de una familia.  Del padre pasa a la madre, de la madre al hijo o hija mayor y así sucesivamente.  Este efecto suele incluir también a los animales domésticos.

En conclusión, «todo lo que reprimen los mayores, lo manifiestan los menores».  Esta es la razón por la cual suelen enfermarse los niños en una casa, o algunas mascotas se comportan tan neuróticamente.  La represión nunca es buena y termina por explotar.

En mi caso personal, soy el hijo menor y el que más terapia ha hecho en la familia.  Sin saberlo, al sanar mis problemas internos, estaba sanando los de mi familia.

El problema se detecta cuando uno comienza a perder su propio eje.  Uno comienza a darse cuenta de que está haciendo o sintiendo emociones que lo incomodan.  Se da una especie de aceleramiento y agotamiento.  Debemos recordar que el cuerpo físico siempre nos envía dos mensajes básicos: comodidad o incomodidad.  De acuerdo con su mensaje, podemos darnos cuenta de si nos estamos envolviendo en un intercambio de energía favorable o no.  Muchas personas tapan este mensaje con un pensamiento inocente como «El o ella ya va a cambiar» o «El tiempo mejorará la relación».  En síntesis, desde un primer momento sabemos si una persona será favorable o no para nosotros.

La solución a esto es, en principio, ser consciente del efecto «subibaja» y luego buscar neutralizarlo.  Para lograrlo, lo más efectivo es la comunicación verbal y la expresión abierta de las emociones. Volviendo al ejemplo anterior de los tanques contenedores, la válvula de escape sería la boca.  Cuando uno expresa lo que piensa y siente, libera la energía y se corta el efecto «subibaja».  En casos de enojo, siempre es más saludable discutir y terminar el tema en ese momento, en lugar de reprimirlo.

El Principio del Ritmo se manifiesta en todas nuestras relaciones y cuanto mayor es el grado de intimidad, más grande es el intercambio de energía que se produce.

Para poder corregir el movimiento pendular también podemos recurrir al uso de las afirmaciones, los decretos y los tratamientos espirituales.

Afirmación

Es una oración positiva escrita en tiempo presente.  Las afirmaciones se repiten muchas veces al día, con el fin de sembrar una «nueva idea» en nuestra Conciencia; generalmente se las utiliza para crear algo que todavía no se ha adquirido y para detectar ¿cuáles son las resistencias que se alojan en el interior?.

Decretos

Se pronuncian una sola vez y en forma rotunda.  Son más imperativos y se pronuncian con la seguridad de que lo que se afirma ya es una realidad.  No se da lugar a ningún tipo de dudas.  Con este instrumento se hace uso de la voluntad y el poder personal.

Tratamientos Espirituales

Son semejantes a los decretos pero tienen una mayor elaboración.  Para que un tratamiento espiritual sea completo debe contener cinco elementos:

1) Reconocimiento: Se deben reconocer una o más características de Dios en lo que se desea manifestar.  Por ejemplo, si se va a hacer un tratamiento para encontrar amor, se debe comenzar afirmando «Dios es Amor».  Si quiero superar problemas económicos, afirmo: «Vivo en un Universo de Abundancia».

2) Unificación: En este paso se debe reconocer que Uno es parte de Dios o del Universo.  Siguiendo los ejemplos anteriores, debo reconocer mi capacidad de amar o mi aceptación de la abundancia.  Por lo general, se utiliza una afirmación que comienza con «Yo Soy…»

3) Realización: Aquí se incluye el decreto de lo que se quiere manifestar. «Encuentro la amorosa y perfecta pareja para mi» o «Mis ingresos aumentan día a día».

4) Agradecimiento: Este paso es muy importante en el proceso.  Es un acto de Fe por el cual se agradece por adelantado aquello que se está pidiendo, como si ya estuviera concedido.

5) Liberación: Etapa en la cual se entregan todos los pensamientos a la Ley del Universo para su  manifestación.  A partir de entonces no se habla ni se piensa más en el asunto.  Se confía plenamente en la Ley que todo lo manifiesta en el momento justo y necesario.  De acuerdo con este paso, uno no debe quedarse esperando ver el resultado sino continuar la vida cotidiana normalmente.  En este último paso se demuestra nuestro grado de Fe y Confianza en el proceso de la vida.

De una manera sintética y divertida podemos recordar estos cinco pasos así:

1) Reconocimiento: «Hola Dios»

2) Unificación: «Yo Soy (nombre)»

3) Realización: «Yo ya tengo…»

4) Agradecimiento: «Gracias»

5) Liberación: «Hasta luego»

Estos cinco ingredientes que componen el Tratamiento Espiritual pueden ir ubicados en diferente orden.  Lo importante no es la secuencia sino que estén presentes.

Ejemplo de Tratamiento Espiritual para la «Prosperidad»

1) La abundancia del Universo se manifiesta en forma constante, permanente e inagotable.

2) Yo Soy parte de este gran Universo y estoy receptivo a todo lo bueno para mi.

3) Por eso, hoy acepto mi prosperidad económica y la veo manifestarse en armonía con mi vida.

4) Doy gracias por todo lo que se me concede ahora… y por todo lo  bueno que viene a mi vida, que sé que es mucho y abundante.

5) Entrego todos mis pensamientos y palabras a la Ley que todo lo manifiesta en el momento justo y necesario.  Hecho está. Y así es.  Amén, Amén, Amén.

El Tratamiento Espiritual no elimina el trabajo que se hace con afirmaciones, sino que lo complementa.  Se pueden hacer tratamientos para ayudar a otras personas, reconociendo y afirmando el bien que se merecen.  En este caso, se debe estar seguro de que la otra persona lo desea y tener su consentimiento, ya que no podemos ir en contra de su voluntad o libre albedrío.

El gran enemigo de estos instrumentos es la duda, que provoca la disolución de la fuerza puesta en los tratamientos, afirmaciones o decretos  La duda tiene su raíz en la ideas de no merecimiento, en el miedo y en la baja autoestima. 

Todos tenemos cierto nivel de dudas y miedos; por lo tanto, todos tenemos nuestro trabajo personal por hacer.  En este proceso se debe ser muy amable con uno mismo, darse tiempo para implementar los cambios y ser paciente hasta incorporarlos.

La duda es una servidora del ego y te recuerda que tienes que optar entre ideas que se contradicen entre sí, creando un caos y conflictos internos  que no te llevan a ninguna parte.

Es normal sentir dudas cuando empezamos a elegir nuevos pensamientos; pero una vez que elegimos ¿cuál seguir?, tenemos que trabajar hasta hacer desaparecer todo vestigio de duda en nuestro interior.

EL RITMO DEL PLANETA

Según el Principio del Ritmo, todo en la vida tiene un pendular.  Cuanto más lejos ha llegado el péndulo en el polo negativo (tristeza, dolor, sufrimiento etc.), más se inclinará luego hacia el otro extremo (alegría, éxito, felicidad, etc.). El movimiento siempre comienza en el extremo negativo y  nunca al revés.  Es decir que si se está viviendo un momento feliz, no significa que luego se va a sufrir.  En realidad, el proceso es al revés: si se ha sufrido un gran dolor, la vida luego nos compensa con una gran alegría. 

El movimiento pendular se reduce en la medida en que nos elevamos espiritualmente y se termina cuando nos hallamos en el terreno del Espíritu.  Es entonces cuando se alcanza el estado de dicha constante y paz.  Cuando uno logra llegar a ese punto, en el cual se puede sentir bien con pareja o sin ella, dinero, familia, y demás, es cuando uno se ha situado sobre el péndulo.  Mientras uno oscila emocional o mentalmente es porque todavía está siendo arrastrado por aquél.

El balance puede lograrse en ciertas áreas primero y luego en las demás.  Por ejemplo, una persona puede tener solucionada su vida económica pero no su vida afectiva, o viceversa.

El planeta Tierra también tiene su ritmo.  No solamente gira en su órbita alrededor del Sol sino que también gira sobre su propio eje.  Además el planeta tiene su ritmo interno, gobernado en gran medida por la influencia de la Luna.  De la misma manera en que la Luna produce el aumento o la disminución de las mareas, también produce cambios en el humor de las personas.  Básicamente, el movimiento de la Luna muestra dos fases.  Creciente y Decreciente, cada una de ellas dura aproximadamente catorce días.  A su vez, estas fases de dividen en cuartos que duran alrededor de siete días.

EL FIN DEL ROMANTICISMO

Otra de las manifestaciones del Principio del Ritmo que encontramos a diario es la «música».  En esencia, la música es ritmo y tiene su propio movimiento pendular.  El tipo de música que uno prefiere denota en gran medida la velocidad del péndulo en el cual uno está oscilando.  Si a uno le gusta la música romántica, el péndulo oscilará más lentamente; si uno prefiere la salsa o el rock, estará moviéndose a mucha mayor velocidad.

Hemos aprendido que para programar nuestra mente debemos tener presente lo que hablamos, lo que visualizamos y aquello que sentimos.  La música, por lo general, reúne a estos tres elementos y, en muchos casos, lo hace para expresar dramas o dolor.

Algunos ejemplos de letras dramáticas son:

No podré vivir sin tu cariño: no podré resistir sin tu amor… Vuélveme a querer, no me lastimes… Toda la vida, coleccionando mil amores, haciendo juegos malabares, para no amarte en exclusiva…  Pasarán más de mil años… El mundo fue y será una porquería, ya lo sé…

Por lo general, cuando uno canta estas canciones repite las palabras con entusiasmo; se visualiza con claridad lo que se está cantando y, finalmente, se pone el condimento más importante: la «emoción o sentimiento».  En pocas palabras, se están usando todos los ingredientes metafísicos necesarios para manifestar algo.  Por lo tanto, si una persona canta «No soy nada sin tí», la Mente tomará esa frase como una «orden» y hará todo lo posible para ejecutarla, haciendo que la persona se sienta en la miseria al estar separada de su pareja.

Es probable que a partir del estudio de este capítulo se termine tu romanticismo y, cada vez que escuches una canción romántica en desarmonía con el Señor Amor… tengas que usar a menudo la orden: «cancelado» para no permitir que lo negativo se grabe en tu cerebro.  Si se analiza el contenido de  las letras de las canciones que escuchamos a diario nos daremos cuenta de cómo nos identificamos con los dramas muy fácilmente.

En este proceso de evolución personal que hemos elegido, debemos hacer un viaje consciente y esto incluye seleccionar cuidadosamente la música que vamos a escuchar y que deseemos cantar.  Debemos elegir canciones que sean positivas, que nos encienda el corazón de un amor incondicional y que eleven nuestra vibración personal.

La «música» reúne todo lo necesario para producir la manifestación.  El peligro real existe cuando la persona se identifica con el drama. Al cantarlo, lo afirma con las palabras, lo visualiza claramente y lo siente en lo más profundo de su corazón.  Lo más probable es que su drama se haga realidad muy pronto o que se afirme más, si ya lo está viviendo.  Las canciones que despiertan nostalgia son las que encadenan fuertemente a las personas a su pasado.

La solución que le he encontrado a las canciones románticas muy dramáticas es cantárselas a Dios y nunca a alguien.  Si le cantas a Dios: «No podré vivir sin ti» o «Tú eres la luz de mi vida», estarás afirmando una gran verdad y buscarás unificarte con Él.  Sin embargo, si se lo cantas a una persona, estarás poniendo el eje de tu vida en ella y todo dependerá de su humor y grado de estabilidad.

La «música instrumental» también «habla» y cuenta historias.  Hay ciertas músicas instrumentales que levantan el ánimo y otras que, por el contrario, deprimen.  Cada tema musical tiene su vibración propia.  Debemos ser muy cuidadosos y elegir todo lo que nos lleve a elevarnos y a sentir dicha.

EJERCICIO: ADAPTAR LA MELODÍA

Piensa en las canciones que te gustan y elige la que sea tu favorita.  Recuerda la letra; en especial, el estribillo.  Analiza el contenido y así te darás cuenta de los mensajes que has estado cargando en tu Mente Subconsciente. 

Recuerda canciones de tu infancia; analiza las letras y si aún las recuerdas y son muy negativas, comienza a «cancelarlas»…  Dile a tu mente que ellas representan tu pasado, que renuncias a lo que ellas significan porque no representan lo que eliges ahora en el presente.

Cambia la letra de tus canciones preferidas si son muy negativas.  Elige otro final para la historia que cuentas y busca aquel que te inspire confianza, amor y alegría.  Impregna tu Conciencia con música estimulante y alegre; de esta manera, tu vida se transformará para bien.