216-Curso de autoestima. Para ver en video: https://www.youtube.com/watch?v=-ULH2-5EbP8
216. Soy la Fuerza Creadora de mi Vida
Autoestima 216- Soy la fuerza creadora de mi vida – Curso de autoestima – Podcast en iVoox
Puede que el cambio sea difícil; pero , ¿Cuál es la alternativa?
Hunt
Integrar y prosperar
Después de un agotador y gratificante día de trabajo, Usted llega a casa para cenar. Su mujer, entiende lo que está ocurriendo, bastante más de lo que cree Usted y lo espera con muchas cosas que contarle.
Le sirve la cena con sutileza y elegancia. Abre una botella de vino y Usted se pregunta qué significa aquello.
Después de la cena, le invita a pasar a la sala de estar, lejos de los niños y del televisor. En ese ambiente distendido e informal su esposa dice:
-Dime amor, ¿qué nota darías a nuestra relación del 1 al 10?
Usted duda unos instantes y, sin mirarla directamente, responde:
-Entre un 6 y un 7.
Ella no parece sorprendida por la respuesta y sigue la conversación:
-He hecho algunos cursos y he leído algunos libros sobre comunicación en la relación de pareja y creo que puedo contribuir a superar esta fase crítica que estamos pasando.
¿Qué quieres decir con eso de frase «crítica»?
-Quiero decir esta impaciencia del uno con el otro y que afecta también a los niños. Que no tengas tiempo para nosotros, tu familia. Tu desinterés por el sexo y tu obsesión por el trabajo y el éxito.
Usted no puede negarlo. Todo lo que ella ha dicho de su vida familiar es cierto….
Con todo, aún intenta justificarse y contesta.
-Estas cosas pasan en todos los matrimonios… Después de cinco años de casados, marido y mujer prácticamente se vuelven hermanos.
-Es posible que en la mayoría de los casos sea así, pero eso no significa que tenga que sucedernos a nosotros ¿verdad?
Su esposa está satisfecha de cómo se desarrolla el diálogo, pues percibe que de él pueden surgir nuevas posibilidades. Acaricia las manos de Usted y le muestra así que de verdad está muy interesada por su bienestar.
-Una conversación franca y abierta es un buen comienzo. Mira hace poco leí un libro de neurolingüística y aprendí que tú eres visual y yo soy auditiva.
¿Qué es eso de visual y auditivo? ¡Me suena muy norteamericano!
-Quizá lo sea. Lo que importa es que estos conceptos nos ayuden en nuestra relación. Lo de visual significa que tu cerebro, Usted procesa siempre la información como imágenes. Y auditiva es la persona que la procesa sobre todo en forma de sonidos.
¿Y cuál es el resultado práctico de esta información?
-Pues que cuando hablo contigo tengo que procurar no sólo hablar, sino también «mostrarte» lo que estoy diciendo. Y tú, por tu parte, no sólo debes mostrarme las cosas, sino también dejar que «oiga» lo que tienes que comunicarme. ¿Qué te parece? ¿Tiene sentido?
– Sí, lo tiene -responde Usted interesado por lo que explicación – ¿Qué más has aprendido de la comunicación entre nosotros?
-La semana pasada, mientras estabas de viaje, hice un curso llamado «Diferencias entre el hombre y la mujer «; aprendí cosas que me han permitido entender mejor tus actitudes y las mías.
¿Qué, por ejemplo?
-Por ejemplo, que entre el cerebro masculino y el femenino hay diferencias sutiles. Mientras el hombre sólo es capaz de hacer una cosa a la vez, la mujer puede hacer varias simultáneamente. Podemos estar pendientes del televisor, hacer la cena, cambiar pañales y terminar un informe para el día siguiente todo al mismo tiempo. Cuando ustedes, los hombres, estáis viendo la televisión, por ejemplo, eso es lo que hacéis: ver la televisión y nada más. Por esa razón al hombre le resulta difícil hacer el amor y hablar al mismo tiempo.
-Si quieres que salga bien, sólo puedes dedicarte a una cosa- responde Usted y se pone a reír.
Siguieron hablando muchas horas, y resolvieron algunos conflictos de su vida conyugar que se acumulaban desde hacía años. El tiempo y la experiencia le habían enseñado a Usted a tomarse las cosas con calma y a estar dispuesto a ir hasta el «fondo del pozo».
Terminada la conversación, Usted y su esposa, abrazados, escucharon su música favorita, y cantaron una preciosa balada: «No eres sin mí y yo no existo sin ti…»
Fueron al dormitorio, hicieron el amor con una intensidad que hace muchos años no sentían y abrazados, se quedaron dormidos.
Sumergido en la fase más profunda de su sueño, Usted «despierta» al sueño de los sueños. Se encuentra en una carretera larga y florida. En una llanura que se extiende kilómetros y kilómetros. Brilla el sol y el cielo está transparente. Camina con los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas, al son del riachuelo que corre cerca y de la música suave, que suena a la perfección en sus oídos. Usted tiene la sensación de que es el dueño del mundo.
Llegada de la nada (aquella nada que lo es todo) surge entonces una mujer de cuerpo esbelto y amplia sonrisa. Anda como si bailara, expresando sabiduría en cada movimiento y mucho amor en el mirar. Trae una flor multicolor y un libro de cubiertas tan doradas como sus largos cabellos.
La flor que ella le da simboliza vida, amor, belleza, la cualidad perenne de las cosas y la eternidad de los sentimientos. Usted se deja llevar por su hemisferio derecho y entra en el baile y se confunde con las notas musicales. Se deja envolver por la música, por la plenitud del momento.
La mujer, que se confunde ahora con su esposa, hace un elegante movimiento de aikido que lo lanza al suelo sin hacerle daño. Usted cae con suavidad, y su cabeza queda apoyada en el regazo de ella. Con el respeto de quien abre la Biblia para orar, ella abre el libro dorado y le susurra al oído:
-Érase una vez… hace muchos, muchos años, y ahora al mismo tiempo…, un ser que había conseguido alcanzar una notable trascendencia en su vida. Aprendió a que se manifestara en ella una mayor prosperidad.
Descubrió cómo hacer de su vida una manifestación de riqueza, salud y amistad.
Con las palabras, creaba realidad. Y así declaraba, pedía, daba, recibía, se arriesgaba, crecía, agradecía, producía y fertilizaba haciendo fluir la energía vital por medio del dinero.
Cuanto más rápido giraba la «Rueda de la Abundancia». Movido por esa profunda gratitud, decidió dedicarse a desarrollar en otras personas (todas aquellas que lo desearan) la conciencia de la prosperidad.
«Con la conciencia expandida de esta manera, desarrolló la habilidad de funcionar sin esfuerzo y de forma conveniente en este Universo, viviendo como un millonario y sin gastar un céntimo. Comprendió que el dinero es un intercambio de energía vital. Y que el único valor del dinero es que permite hacer cosas que con él no se pueden comprar. (El dinero compra, por ejemplo, un libro como éste, pero no necesariamente aprenderás el conocimiento que encierra sólo por el hecho de haberlo comprado).
La nueva conciencia expandió su capacidad de percepción; en su próspera mente surgían inesperada creatividad.
Conectado al infinito, a la Fuente, a Dios, al Universo (no importa cómo se lo quiera llamar), desarrolló la capacidad de viajar por el universo sideral y al mismo tiempo, investigar minuciosamente su propia mente.
Caminó por los circuitos de su cerebro y vio que en su mente y en la mente de cualquier individuo, cohabitan dos aspectos de la personalidad: el pensador y el experimentador. Uno piensa, y el otro pone en práctica lo pensado. Una parte que piensa, concibe, crea y otra que prueba, produce y hace posible que las cosas sucedan en el universo físico.
Viajando mentalmente por los confines del Universo, reconoció en lo que veía un nivel de poder e inteligencia aún inalcanzable por el ser humano. Pero observó que a pesar de estar extremadamente bien planeado (no vio por ejemplo, ningún atasco de planetas), el Universo no se creaba solo. Cada individuo es un cocreador, un coproductor de toda esta realidad.
«Ya que mi vida es hoy nada más y nada menos que la vida que mi yo pensador ha pensado, si cambio mi modo de pensar cambiaré el modo en que desarrollo mi vida», constató. Y para cambiar su comportamiento y los hechos de su día a día, procuró cambiar primero su pensamiento.
Sintonizó su mente en la frecuencia positiva del universo, en armoniosa conexión con el infinito, y con una sencilla frase entendió el secreto de la prosperidad, del mismo modo que quien tiene la certeza absoluta de que es poseedor de un billete premiado y de que la manifestación de la prosperidad en su vida es simplemente cuestión de tiempo: el proceso de llegar allí es la cualidad de estar allí.
Tan pronto decidió sentirse como un millonario, empezó a atraer riqueza hacia su vida. Como auténtico cocreador de su existencia, se dedicó con ahínco a un proceso creativo que lo conduciría a la prosperidad.
Como si el pensador y el experimentador estuvieran frente a frente, se preguntó a sí mismo:
¿Qué habré pensado para que mi vida sea como es?
¿Qué pensamientos albergué en el pasado para ser de la manera que soy ahora?
¿Qué me gustaría pensar para hacer de mi vida la vida que desearía tener?
Además de trazar algunas metas concretas de vida próspera, con plazos y etapas bien determinados para alcanzarlas, se preguntó a sí mismo:
¿Cuál es mi finalidad en la vida?
Sabía que, si respondía a esa pregunta, nunca más tendría problemas económicos en su vida, pero no se apresuró a responderla. Esperó con calma a que la respuesta llegara a lo más hondo de su ser. Se hizo esa pregunta durante siete días seguidos, y se quedó sorprendido cuando una mañana, mientras tomaba café, percibió la llegada a su conciencia de la revelación sobre lo que había venido a hacer al mundo.
Y vio que aún le quedaba mucho por aprender, pues el conocimiento es infinito.
Al funcionar con total libertad y equilibrio los hemisferios, izquierdo y derecho del cerebro, su proceso creativo empezó a visualizar metáforas para aprender con más facilidad las leyes del universo. Una vez definido su objetivo de vida, se abrió una cortina en su percepción y vio con claridad un largo camino a recorrer.
En el camino de la prosperidad divisó cuatro leyes básicas:
La ley de ganar
La ley de gastar
La ley de ahorrar y
La ley de invertir
LA LEY DE GANAR le había parecido muy sencilla:
«DEBES DISFRUTAR DE UNOS INGRESOS QUE TE PERMITAN VIVIR BIEN».
¿Cómo? «LA RIQUEZA LA CREA LA MENTE HUMANA. LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS NO SE RESUELVEN CON DINERO, Y SÍ CON CREATIVIDAD, CON IMAGINACIÓN. TIENES UNA MENTE CAPAZ DE CREAR LA RIQUEZA QUE DESEAS.
Caminó un poco más y conoció la LEY DE GASTAR
«PARA GASTAR EL DINERO QUE GANAS, TIENES QUE DIVERTIRTE GANÁNDOLO. CUANDO A ALGUIEN LE GUSTA LO QUE HACE, LE RESULTA FÁCIL GASTAR EL DINERO, PORQUE GASTAR SIGNIFICA DIVERTIRSE DE NUEVO. ADEMAS DE ESO, EL VALOR DEL DINERO LO DETERMINAN EL COMPRADOR Y EL VENDEDOR EN CADA TRANSACCIÓN».
Más adelante en el camino de su próspero aprendizaje estaba LA LEY DE AHORRAR
«Es la ley que genera abundancia. Habla de acumular el excedente de tus beneficios. Guardar el excedente de tus beneficios equivale a generar abundancia en tu vida.»
Las tres primeras leyes se unieron frente a él y le presentaron LA LEY DE INVERTIR.
«Es una combinación de ganar, gastar y ahorrar. Es gastar una parte del capital que ganas y ahorras en tu nombre, con el propósito de aumentar tus ingresos.»
Siguió su paseo y al poco vio que lo rodeaban un grupo de seres que repetían sin parar una serie de sentencias:
– Trabajar mucho da riqueza
– No es correcto divertirte y que te paguen por eso.
– Hay profesiones que dan dinero, otras no.
– No hay riqueza suficiente para todos.
– Si yo gano, alguien tiene que volverse pobre.
– El dinero es algo sucio.
Esas opiniones le eran familiares, las había escuchado ya en su infancia. Estaba tan acostumbrado a aquellas ideas que su mente podía conformarse, creer que eran «verdad», pero a estas alturas del camino ya sabía que eran mitos. Se dio cuenta entonces de que quienes lo rodeaban y lo increpaban con mentiras intentaban cerrarle el paso, y rebatió todas las sentencias con firmeza. Al descodificar las ideas negativas de su cerebro, fortalecía en su psique, paso a paso la conciencia de prosperidad.
Se sentó a descansar. Había hecho un trabajo tan intenso de limpieza en su mente que su memoria resultaba extraordinariamente poderosa. Apoyado en el tronco de un frondoso árbol, símbolo materno, revivió la experiencia del nacimiento.
Está en el útero, símbolo materno, revivió la experiencia del nacimiento.
Está en el útero, caliente y cómodo, cuando empiezan las contracciones y tiene que salir expulsado por el canal del parto. Lo sujetan cabeza abajo, cortan su cordón umbilical, le dan un azote en el trasero y, por primera vez, llora.
Y su primera respiración queda asociada entonces al miedo, al pánico a la muerte.
El recuerdo de su nacimiento le permitió comprender que el simple acto de respirar le proporcionaba la sensación inconsciente de que iba a morir. Le bastó comprenderlo para que aquella asociación mental se deshiciera.
Comprendió que mucha gente se pasa la vida inmersa en este proceso, y no consigue dinero ni tener salud a causa de la experiencia mal resuelta de su propio nacimiento. Y aprendió algo que ya jamás olvidaría, que practicar el perdón nos abre las puertas a la felicidad, la salud y la prosperidad.
Después de superar los mitos y de enfrentarse al lastre de viejos rencores, experimentó una sensación de vitalidad tan plena que tuvo la certeza de que era inmortal. Jamás gastaría parte de su energía en morir. Seguiría produciendo, para él y para el universo, no importa la edad que tuviera.
La mujer dejó de leer durante algunos minutos. Usted pensó:
«Es una historia verídica o se trata de una alegoría? ¿Y qué ser es ese que consiguió tan gran trascendencia? ¿Será su guía interno?. Tal vez…
La mujer, como si oyera sus pensamientos hizo que descansara de nuevo la cabeza en su regazo y le habló con dulzura:
-Si estás aquí es porque tú puedes marcar la diferencia. Como cualquier ser humano, tienes la capacidad de trascender, la utilices o no, sepas o no que existe. Cada día tienes la oportunidad de trascender en tu vida.
> ¡Trascender significa empezar de nuevo!
-¿Y cómo se hace eso?
Primero: Haciendo elecciones
Segundo: Poniéndote en acción
Tercero: Facilitando el cambio
-Necesitas saber escoger y entonces, podrás escoger. Como fuerza creadora de tu vida, manifiestas en tu universo físico aquello que quieres convertir en real.
Eres responsable de todo lo bueno que te ocurre, y también de todo lo malo.
«Cada cual crea en su vida lo que le gusta, y también lo que le disgusta.
«Por lo general las personas deciden ser responsables de aquello que han creado y les gusta, pero culpan al marido, a los vecinos o a la esposa de todo aquello que no les gustan.
«Tú eres la fuerza creadora de tu vida. Todo lo que hay alrededor de ti es tuyo, lo has creado tú.
Llevado por aquella suave voz, Usted se fue quedando dormido mientras esta afirmación calaba hondo en su cerebro.
«SOY LA FUERZA CREADORA DE MI VIDA»
ANOTACIONES AL MARGEN
Conocimiento no es acumulación de información, sino competencia en acción.
El perdón antes de ser un acto de AMOR, es un acto de INTELIGENCIA
Lo que es capaz de cambiar tu pensamiento, es capaz de cambiar tu destino.
Stephen Covey
Las personas sólo ven aquello que están preparadas para ver.
Ralph Waldo Emerson