229-Curso de autoestima. Para ver en video: https://www.youtube.com/watch?v=6y21zDCt8HE
229. Como Dominar las Ilusiones (Parte 1ª)
Autoestima 229- Como dominar las ilusiones 1 – Curso de autoestima – Podcast en iVoox
«La fe consiste en creer lo que no vemos, y la recompensa es ver lo que creemos.»
– San Agustin
Percibe las ilusiones como ilusiones
Este capítulo viene secuenciado desde el 227, si no los has leído previamente, sería conveniente que lo hicieras para poder encontrarle claridad al mensaje.
¿Cómo puedes percibir la ilusión como una ilusión cuando parece tan real? Y, ¿por qué parece tan real si es una ilusión?
De esto trata este mensaje. Es tan sólo otra manera de ver las cosas. Si te hace ver el mundo con mayor claridad, perfecto. Si te acerca a tu verdad interior, qué bien. Pero cuidado con no convertirlo en tu «escritura sagrada», pues entonces simplemente habrás sustituido una creencia por otra.
No pretendas encontrar nuevas creencias, sino ser consciente de lo que ya sabes. Usa cualquier herramienta siempre que te ayude a recuperar la conciencia. Comprende que vives en una ilusión y que nada de ella es real. Parecen tan reales porque muchas personas creen que no se trata de una ilusión.
En su mundo de Alicia en el país de las maravillas, todo es como ustedes creen que es. Existen miles, millones de ejemplos. He aquí dos de ellos:
Antes pensaban que el Sol giraba alrededor de la Tierra y para ustedes, así era. ¡Todo demostraba que así era! Estaban tan seguros de esta verdad que desarrollaron la ciencia de la astronomía a partir de ella.
Una vez pensaron que todas las cosas físicas se movían de un punto a otro a través del tiempo y del espacio. ¡Toda su evidencia lo demostraba! Estaban tan seguros de esta verdad que elaboraron un sistema de física a partir a ella.
Ahora escucha con atención. La maravilla de estas ciencias y de estos sistemas es que funcionaban.
Sus observaciones apoyaban esta creencia, creando lo que ustedes llaman conocimiento.
Sólo después, cuando estudiaron con más atención lo que veían, cambiaron de opinión. Sin embargo, ese cambio de opinión no fue fácil.
A los primeros que lo sugirieron los tacharon de herejes o, en tiempos más recientes, de insensatos o equivocados. Sus ideas sobre la nueva astronomía en la que la Tierra giraba alrededor del Sol, o sobre la física cuántica, en la que las partículas de materia no se movían en línea continua a través del tiempo y el espacio sino que desaparecían en una parte y reaparecían en otra, se consideraron blasfemias espirituales y científicas. Quienes propusieron estas teorías fueron desalentados, denunciados e incluso condenados a muerte por sus creencias.
La mayoría insistió en que su teoría era la que reflejaba la verdad. Después de todo, ¿no la apoyaban todas las observaciones? Sin embargo, ¿qué surgió primero, la creencia o la observación? Ésa es la pregunta esencial y no deseaban hacerse esa pregunta.
¿Es posible que vean sólo lo que quieren ver? ¿Será que observan lo que esperan observar? O más concretamente, ¿no será que pasan por alto lo que no esperan observar?
La respuesta es sí.
Incluso hoy, cuando la ciencia moderna, cansada de los errores del pasado, promete observar primero y sacar conclusiones después, no se puede confiar en sus conclusiones: a ustedes les es imposible ver con objetividad.
La ciencia ha declarado que nada de lo observado permanece inalterado por el observador. La espiritualidad lo señaló hace siglos y ahora la ciencia por fin lo ha aceptado. Los doctores y los laboratorios han aprendido que en sus investigaciones importantes, las pruebas clínicas deben efectuarse doblemente a ciegas para poder garantizar en cierta medida su precisión.
La experiencia humana considera todas las cosas dentro del contexto de lo que cree comprender. Es inevitable. No saben proceder de otro modo. La mente manda es el plano rector.
En otras palabras, ven la ilusión desde dentro de la ilusión. Por consiguiente, todas tus conclusiones se basan en una ilusión. Así que cada conclusión es una ilusión.
Que ésta sea tu nueva perspectiva, así como un recordatorio constante: Cada conclusión es una ilusión.
¿Cómo puedes darte cuenta de que la ilusión es tal cuando parece tan real?, ¿Cómo puedes escaparte de ella?
- Ser concientes, darte cuenta que ya te diste cuenta.
Acabas de aprender que la razón por la que parece real no es porque lo sea, sino porque crees firmemente que lo es. Por lo tanto, para modificar tu forma de ver la ilusión, tienes que cambiar tus creencias al respecto.
En el pasado, te dijeron que era necesario ver para creer. Pero ahora te han propuesto una nueva idea: que creer es ver. Y quiero decirte que es verdad.
Si cuando confrontas la ilusión, aceptas que se trata de una ilusión, la podrás ver como tal, a pesar de que te parezca real. Así podrás usar la ilusión para el fin que pretende: ser una herramienta para experimentar la Realidad Máxima.
Te acordarás de crear la ilusión. Harás que sea lo que tú deseas que sea, en vez de atestiguar su aparición como crees que tiene que ser, basándote en la aceptación de que «así son las cosas».
Pero, cómo puedes hacerlo?
Ya lo estás haciendo. Como no lo sabes y estás tomando decisiones inconscientes en lugar de conscientes, realmente no tomas decisiones. La mayor parte del tiempo simplemente aceptas las decisiones de los demás.
Has preferido elegir lo que otros han elegido. Así pues, vuelves a vivir la historia cultural de sus antepasados, como a su vez hicieron ellos, retrocediendo hasta la séptima generación.
El día que dejes de elegir lo que otros han decidido por ti, será el momento de tu liberación.
Entonces no escaparás de la ilusión, pero te liberarás de ella. Saldrás de la ilusión, pero continuarás viviendo con ella, libre de su control sobre ti o tu realidad.
Una vez que comprendas el propósito de la ilusión, no decidirás darla por terminada hasta que tu objetivo individual no sea satisfecho.
Tu propósito no es tan sólo conocer y experimentar Quién Eres Realmente, sino también crear Quién Serás en el Futuro. Tu objetivo consiste en volver a crearte en cada Momento del Presente, en la próxima y mejor versión de la visión más maravillosa que jamás hayas tenido acerca de Quién Eres. Éste es el proceso al que han denominado evolución.
Cuando lo entiendas comenzarás a percibir el mundo como tú lo elijas. Comprenderás que la experiencia misma es una acción y no una reacción; algo que estás creando, no experimentando.
Cuando asimiles esto, tu vida cambiará. Cuando haya suficientes personas que lo entiendan, tu planeta cambiará.
Todos los que han comprendido este secreto han sido catalogados de Maestros. Los que lo han enseñado reciben el nombre dé avatares. Y los que lo han vivido son llamados bienaventurados.
Por tanto, bienaventurado seas.
Para vivir como un Maestro iluminado, debes volverte hereje y blasfemo a ojos de los demás, pues no creerás en lo mismo que creen los demás, y ellos negarán tu nueva verdad cuando tú niegues su antigua verdad.
Negarás que sea real el mundo que experimentan los demás, como hicieron los que negaron que la Tierra era plana. Igual que entonces, te opondrás a lo que parece indiscutible, según las apariencias. Igual que en aquellos tiempos, esto provocará discusiones y desacuerdos; te embarcarás en mares tempestuosos para descubrir horizontes infinitos. Y como entonces, ahora tú descubrirás un nuevo mundo. El mundo que estabas esperando y al que estabas destinado, desde el comienzo de los tiempos. También el tiempo es una ilusión, de modo que lo más correcto es decir «desde el comienzo de la ilusión».
- El Poder de Elección.
Recuerda: la ilusión no es algo que sobrellevas, sino algo que eliges. No tienes que vivir la ilusión si no lo deseas.
Estás aquí porque así lo deseas. Si no lo desearas, no estarías aquí. Sin embargo, has de saber que la ilusión en la que vives es creada por ti, no la crea nadie más para ti.
Quienes no desean tomar la responsabilidad de su vida dicen que Dios es quien la crea y que no les queda más remedio que aguantarse.
No obstante, Yo te digo que el mundo en el que vives es así porque así lo han elegido. Cuando ya no deseen que el mundo sea de este modo, lo cambiarán.
Ésta es una verdad que muchos no pueden aceptar, pues para aceptarla tendrían que reconocer su complicidad, y eso es algo a lo que no están dispuestos. Preferirían ponerse en el papel de víctimas renuentes en lugar de ser co-creadores involuntarios.
Es comprensible. Es mucha responsabilidad pensar que tu mundo es producto de tu propia creación, de tu propia voluntad y de tus deseos, por lo tanto la niegas. Por lo que es más cómodo negar haber tenido algo que ver con ello.
Qué idea tan retorcida porque, si ustedes no crearan el mundo tal cual es, entonces, ¿quién? Algunos me culpan por permitirlo, otros dicen. «Dios le dio al hombre libre albedrío. El hombre es quien ha provocado estas cosas».
Sin embargo ni Dios ni ustedes crearon esas cosas. Ustedes y Yo nos limitamos a observarlas con tristeza.
Pero cuando la vida los hace sentir enojo o frustración, algunos cambian de canción. Cuando las cosas se ponen realmente mal, optan por culparme a Mí.
«¿Cómo puede permitir Dios que esto suceda?» Reclaman. Algunos hasta agitan el puño hacia el cielo.
La ilusión se vuelve confusión. El mundo no sólo es cruel, sino que ha sido creado por un Dios cruel y desalmado.
Para apoyar esta idea, tienen que partir de la base de que están separados de Dios, puesto que ustedes nunca crearían un mundo cruel y desalmado. Se imaginan a un Dios capaz de hacer lo que ustedes nunca harían y piensan que están sometidos a sus caprichos.
Eso lo han hecho, por medio de la religión.
Sin embargo, todavía encuentran una contradicción más, ya que el Dios de sus más relevados razonamientos tampoco haría estas cosas. Entonces, ¿quién? ¿Quién sigue haciéndolas? Alguien debe ser el responsable, pero, ¿quién?
Aquí entra Satanás.
Para resolver la contradicción de que un Dios amoroso haga cosas tan poco amorosas y para escapar de sus propios actos, crearon un tercer personaje.
El chivo expiatorio perfecto: el diablo. Por fin se entiende todo. Existe otro ser que se interpone entre lo que ustedes desean y lo que Yo deseo, y que nos amarga a todos la existencia.
Ustedes no son los responsables de que el mundo en el que viven sea insensible y carente de afecto. Ustedes no lo hicieron así.
Tal vez digas: Bueno, quizá sí haya participado en su creación hasta cierto punto, pero no fue por mi culpa; «el diablo me obligó». Una frase cómica se ha convertido en tu teología.
¿O será que tu teología se ha convertido en una frase cómica? Sólo tú puedes decidirlo.
Comprende el propósito de las ilusiones
Hay una manera de terminar la confusión, de ver la ilusión como tal, y es la de utilizar la ilusión. Sabrás que no es real cuando descubras que puedes manejarla con facilidad.
Quizás afirmes que no puedes hacerlo. Quizás consideres que ésta es una orden muy superior a tu capacidad, ó que es muy complejo. Sin embargo, los seres humanos crean ilusiones conscientemente todos los días y viven en ellas.
¿Conoces a alguien que adelante su reloj o despertador quince minutos para no llegar tarde a ninguna parte?
¡Hay en tu planeta quienes suelen hacerlo! Adelantan su reloj o despertador cinco, diez o quince minutos. Cuando lo miran para saber la hora, se apresuran, pues fingen que es algunos minutos más tarde de lo que es en realidad.
Algunas personas se olvidan de que están haciendo este truco y llegan a creerse que la hora que aparece en su reloj es la verdadera. Entonces es cuando la ilusión ya no les beneficia, porque no sirve para el propósito que tenía originalmente.
La persona que comprende que la hora de su reloj es una ilusión que ella misma ha creado, se relaja cuando ve la hora, pues sabe que cuenta con algunos minutos más. Se mueve más deprisa y se vuelve más eficiente, porque está relajada. Comprende que la ilusión no es la realidad.
La persona que temporalmente olvida que la hora de su reloj es una ilusión que ella misma ha creado, se llena de ansiedad porque cree que la ilusión es real.
Así pues, cada persona tiene una reacción completamente diferente ante la misma circunstancia. Una experimenta la ilusión como tal y la otra la experimenta como realidad.
Sólo cuando una ilusión se reconoce como tal y se vive como tal, puede conducir a una experiencia de la Realidad Máxima. Sólo entonces sirve para el propósito de su creador.
Ahora lo entiendes mejor.
Hay que utilizar la ilusión reconociendo que se trata de eso, una ilusión, y para darse cuenta de que es una ilusión hay que utilizarla. Es un proceso circular, como la Vida misma.
Comienza cuando niegas que la ilusión tenga relación con la realidad. Durante mucho tiempo has negado la Realidad Máxima. Has negado Quién Soy Yo y Quién Eres Tú Realmente. Ahora, invertirás la negación. Lo siguiente podría llamarse invertir la negación.
Mira a tu alrededor y haz una sencilla afirmación: Nada en mi mundo es real. Así de simple.
Es tu reloj adelantado diez minutos.
En realidad te estás «mirando a ti mismo». En otras palabras, utilizas un truco en el que piensas que lo que no es, es.
Pero debes estar alerta, pues es muy fácil olvidar que vives en una ilusión de tu propia creación.
Algunos tal vez se sientan tristes por la noticia de que todo lo que experimentan en su planeta es ficticio. Sin embargo, no deben sentirse descorazonados, pues su mundo es un regalo fabuloso, una maravilla para que la contemplen, un tesoro para que lo disfruten.
La vida en el reino físico es realmente gloriosa y su propósito es darte felicidad a través de la conciencia; es la declaración, la expresión y el cumplimiento de Quien Eres Realmente. Así pues, adéntrate en este magnífico mundo de tu propia creación y convierte tu vida en una afirmación extraordinaria y en una experiencia asombrosa del mejor concepto que nunca hayas tenido sobre ti mismo.
Recuerda que cada acto es una definición propia. Cada pensamiento contiene la energía de la creación. Cada palabra es una declaración de lo que consideras verdadero.
Presta atención y observa lo que haces hoy. ¿Así decides definirte? Presta atención y observa lo que piensas hoy. ¿Es eso lo que deseas crear?
Presta atención y observa lo que dices hoy. ¿Es tu deseo que así sea? Cada momento de tu vida es un momento sagrado, un momento de creación. Cada momento es un nuevo comienzo. A cada momento, vuelves a nacer.
Es tu viaje hacia la Maestría. Es un viaje que te sacará de la pesadilla que tú mismo creaste y te llevará al espléndido sueño que tu vida debía haber sido desde el principio. Es un viaje que te conducirá a tu encuentro con el Creador.
Meditación sobre las ilusiones
Se ha dicho que cuando un ser humano alcanza la Maestría, nada lo hace infeliz. También se ha dicho que existe un gran secreto que permite que los Maestros lleguen a ese estado.
Ya te he hablado de este secreto pero no lo he llamado «el secreto». De modo que, quizá no hayas comprendido que esta información es la clave de todo.
Aquí te doy de nuevo la información. He aquí el secreto: No existe separación.
Esta información puede transformar la manera en que experimentas la vida. Esta información se puede convertir en una simple afirmación que incorporada a tu vida cotidiana, pondría tu mundo boca abajo: Todos Somos Uno.
En realidad lo que hace es ponerlo boca arriba, puesto que cuando te percates de que sólo existe Una Cosa, una Única Realidad, Un Ser Único, entonces comprenderás que, en cierto modo, el Ser Único hace y debe hacer siempre su voluntad.
En otras palabras, no existe el fracaso.
Cuando alcances este nivel de claridad, también verás claramente que, al no haber posibilidad de fracaso, el Ser Único no puede carecer de nada.
Por tanto, no existe la necesidad.
Gracias a la iluminación, de pronto todas las fichas de dominó caen una tras otra. La construcción de sus ilusiones se derrumba. No se desmoronan las ilusiones sino las estructuras mentales que ellas fundamentan, o sea, las historias culturales sobre las cuales han construido su vida.
Estas historias son mitos, desde la historia sobre lo que supuestamente se necesita para que la vida funcione, hasta la historia imaginaria de cómo comenzó. No tiene nada que ver con la Realidad Máxima.
Para que tu especie pueda progresar en su evolución, primero debe cancelar estas historias. Puede lograrlo de diversas maneras; la más efectiva es el silencio, en la meditación.
En el silencio encontrarás tu verdadero ser. En el silencio escucharás la respiración de tu alma y la de Dios.
Medita todos los días. Pregúntate: ¿Puedes dedicar a Dios diez minutos por la mañana y otros diez por la noche?
Si no puedes, si no tienes tiempo, si tu horario es demasiado apretado, o sencillamente tienes demasiadas cosas que hacer, entonces es que has quedado atrapado en la ilusión, de un modo más profundo de lo que te imaginabas.
Pero no es demasiado tarde; nunca es tarde para alejarse de la ilusión, para verla como es ni para utilizarla con el fin de experimentar la Realidad Máxima de Quién Eres Realmente.
Comienza por apartar una pequeña parte de tus horas de actividad, con eso basta para volver a comulgar conmigo.
Te convoco a entrar en comunión con Dios. Te invito a vivir un encuentro con el Creador.
En el momento de la comunión, sabrás que la unidad es la verdad de tu ser. Y cuando salgas de tu meditación, comprenderás y podrás deducir que la negación de esta verdad es la que perpetúa los efectos negativos de la ilusión.
La ilusión tenía el propósito de ser tu alegría. Debía servirte como herramienta. Su intención nunca era la de ser una carga, pesar, sufrimiento o tribulación. Dejarás de percibirlo así cuando comprendas la Realidad Máxima: no existe la separación.
No existe separación de nada ni entre nada. Sólo existe la unión. Sólo existe la Unidad.
No están separados unos de otros, ni de ninguna parte de la Vida, ni de Mí.
Como no existe la separación tampoco hay insuficiencia, ya que la Unidad que Existe se basta a sí misma.
Como no existe la ‘insuficiencia, tampoco hay requisitos, ya que cuando no se necesita nada, no es necesario ningún requisito para obtenerlo.
Como no hay que hacer nada, no habrá un juicio para ver si se ha cumplido o no.
Como no serán juzgados, tampoco podrán ser condenados.
Como no serán condenados, se darán cuenta por fin de que el amor es incondicional.
Como el amor es incondicional, no existe nada ni nadie superior en el reino de Dios. No existen clasificaciones ni jerarquías; no son más amados unos que otros. El amor es una experiencia total y completa. No es posible amar un poco o amar mucho. El amor no es cuantificable. Se puede amar de formas diferentes pero no en grados diferentes.
Recuérdalo: el amor no es cuantificable.
El amor está presente o no lo está y, en el reino de Dios, el amor siempre está presente, porque Dios no es el distribuidor del amor, Dios es Amor.
Ahora bien, te he indicado que tú y Yo somos Uno, y es verdad. Estás hecho a mi imagen y semejanza. Por lo tanto tú también eres amor. En una palabra, eso Eres Realmente. Tú no eres el receptor del amor, sino precisamente eso [el amor] que desearías recibir. Este es un gran secreto -, conocerlo cambia la vida de las personas.
La gente dedica toda su vida a buscar lo que ya tiene. Lo tiene, porque lo es.
Para tener amor lo único que hay que hacer es ser amor.
Ustedes son mis amados, todos y cada uno de ustedes. Nadie merece más amor que nadie, puesto que nadie es más Yo que nadie, aunque algunos Me recuerdan más y, por tanto, se acuerdan más de sí mismos.
De manera que no te olvides de ti.
Amado mío, sé amor.
Como todos ustedes son parte de Mí, parte del Cuerpo de Dios, al incorporar a su memoria Quiénes Son Realmente, sucederá de modo literal: volverán a formar parte de un solo cuerpo.
Un ser. Recuérdalo.
Como no existe la superioridad, no hay unos que sepan más que otros. Hay algunos que recuerdan más que otros lo que siempre han sabido.
La ignorancia no existe.
He venido para decirte una vez más que ésta es la verdad: el amor es incondicional. La vida es infinita. Dios no tiene necesidades. Y tú eres un milagro. El milagro de Dios hecho hombre.
Esto es lo que has deseado saber desde el principio. Es lo que siempre ha sabido tu corazón y lo que tu mente ha negado. Es lo que te ha murmurado tu alma una y otra vez, sólo para ser silenciada por tu cuerpo y por los que te rodean.
Las mismas religiones que te han invitado a conocerme te han pedido que Me niegues, pues te han dicho que tú no eres Yo y que Yo no soy tú, y que tan sólo pensarlo es un pecado.
Te dicen que no somos uno, sino Creador y criatura. Sin embargo, el que te rehúses a aceptarme y a reconocerte como uno conmigo ha sido el origen de todo el dolor y todas las penas de tu vida.
Te invito a participar en un encuentro con el Creador. Lo encontrarás en tu interior.
Utiliza las ilusiones
Como preparación para tu encuentro con el Creador, te será muy útil separarte de las ilusiones, incluyendo la de que ambos están separados.
Este es el motivo por el que estás aquí. Ése ha sido el propósito de toda esta conversación con Dios. Pues ahora tratas de vivir con las ilusiones y no en ellas. Y este intento sincero es, el que te, ha traído hasta aquí, a recibir este mensaje.
Desde hace algún tiempo fue evidente que había un defecto en las ilusiones. Esto les debió demostrar que eran falsas. Pero los humanos sabían, en un nivel muy profundo, que no podían abandonarlas o algo muy importante llegaría a su fin.
Y tenían razón. Pero cometieron un error. En lugar de ver las ilusiones como tales y utilizarlas para el fin que pretendían, pensaron que debían corregir sus defectos.
La respuesta no era corregir el defecto, sino sólo observarlo y recordar así lo que ya sabían en un nivel muy profundo. Y por esta razón no podían abandonar las ilusiones sin que algo vital llegara a su fin.
Ya te lo he explicado antes. Pero te lo explicaré una vez más ahora, por última vez, para que tu recuerdo quede perfectamente claro.
Las ilusiones existen para proporcionar un contexto concreto dentro del cual puedan volver a crear la mejor versión de la visión más grande que jamás hayan tenido sobre Quiénes Son.
El Universo en sí es un contexto. Ésa es tanto su definición como su propósito. Proporciona un medio donde expresar y experimentar la vida de forma física.
Tú eres una versión concreta del mismo contexto, como todas las personas y todo lo que las rodea. En ‘otras palabras, una concreción de Dios.
Fuera del contexto concreto, ustedes sólo pueden conocerse como Todo Lo que Es. Y Todo Lo que Es no puede experimentarse a sí mismo, puesto que no existe nada más.
Al no existir nada que no seas tú, Lo que Eres deja de ser. No puede experimentarse.
No puede conocerse. Esto lo has escuchado muchas veces.
Ya te he dicho que si no hubiera rapidez no habría «lentitud». Sin un arriba, no habría un «abajo». Si no existe el aquí, no hay un «allá».
Sin ilusiones no te encontrarías ni aquí ni allá, literalmente.
Así pues, tu especie ha producido estas magníficas ilusiones colectivas. Han creado un mundo, un Universo. Con ello han conseguido un contexto en el que decidir y declarar, crear y expresar, experimentar y consumar Quiénes Son Realmente.
Ustedes lo han creado todo. Todos y cada uno de ustedes, como individualidades del Todo Divino. Cada uno de ustedes intenta conocerse a sí mismo, definirse a sí mismo.
¿Quién eres? ¿Eres bueno? ¿Eres malo? ¿Qué es lo «bueno»? ¿Qué es lo «malo»? ¿Eres pequeño? ¿Eres grande? ¿Qué es «grande»? ¿Qué es pequeño?» ¿Eres alguna de estas cosas? ¿Qué significa ser estas cosas? ¿Eres de verdad maravilloso?
Ésta es la única pregunta que Dios se formuló. ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo? ¿y quién decido ser ahora?
Esta es la única pregunta que importa y ésta es la que emplea tu alma para decidir tu vida, en cada instante.
No se trata de saberlo, sino de decidirlo. Pues la vida no es un descubrimiento, es una creación.
Cada acto es una autodefinición.
Dios está en proceso de crearse y experimentarse cada instante. Eso es lo que ustedes hacen aquí. Utilizan la experiencia de lo que no son a fin de experimentar lo, que Son Realmente.
No existe nada que no seas tú. Lo eres todo, tú eres todas las cosas. Dios es la totalidad, Dios lo es todo, Dios es todas las cosas. Sin embargo, para que tú (Dios) puedas saber que parte de ello eres tú, debes imaginar que hay partes que no son tú. Ése es el Gran Espejismo. Ésas son las ilusiones de la vida.
Por tanto, utiliza y agradece que haya ilusiones. Tu vida es un truco mágico y tú eres el mago.
El propósito del viaje hacia la Maestría es expresar la gloria de Quién eres Tú gracias a la confrontación con una ilusión. Por eso es importante reconocer que las ilusiones pueden parecer muy reales.
Comprender que las ilusiones son ilusiones es el primer paso para utilizarlas con su propósito original, pero no es el único. El siguiente paso es decidir qué significan las ilusiones.
Finalmente, eliges el aspecto de la Divinidad (la parte de tu ser) que deseas experimentar dentro del contexto concreto (lo que podría llamarse «situación» o «circunstancia») en el que te encuentres (que has creado).
A continuación resumo este proceso:
A. Percibe las ilusiones como son, ilusiones
B. Decide qué significan
C. Re-créate de nuevo
Existen muchas maneras de utilizar y experimentar las diez ilusiones. Tal vez prefieras percibirlas como realidades del momento presente o como recuerdos del pasado. Ésta última forma es la que utilizan las culturas y los seres avanzados.
Los seres muy evolucionados son conscientes de las ilusiones y nunca les ponen fin (recuerda, ponerles fin sería dar por terminada la vida tal como la conoces), pero las experimentan como parte de su pasado y no de su presente. Se exhortan entre sí a recordarlas, pero sin volver a vivirlas como realidades del aquí y el ahora.
Sin embargo, ya sea que las experimentes en el momento presente o como recuerdos del pasado, lo importante es verlas como son, ilusiones. Entonces podrás utilizarlas para lo que quieras.
Si tu propósito es experimentar un aspecto específico de tu ser, las ilusiones son tu herramienta. Cada ilusión se puede utilizar para experimentar muchos aspectos de Quién Eres Tú y puedes combinar las ilusiones para experimentar múltiples aspectos o, también, para experimentar un mismo aspecto de diversas maneras.
Por ejemplo, la primera y la cuarta ilusiones: necesidad e insuficiencia, se pueden combinar para experimentar un matiz específico de tu verdadero ser, que podrías llamar seguridad en ti mismo.
No puedes sentirte seguro de ti mismo si no tienes motivos para ello. Al utilizar la ilusión de necesidad e insuficiencia contemplas la idea de que «no hay suficiente» y la superas: Al hacerla en repetidas ocasiones, produces la seguridad en ti mismo, sabiendo que siempre habrá suficiente de cualquier cosa que necesites. Esta experiencia será verificada y apoyada por la Realidad Máxima.
Esto es lo que significa la frase «recrear una idea». Te encuentras en el proceso de volver a re-crearte, y eso sí que es realmente una recreación.
Pondré otro de los infinitos ejemplos que hay. La segunda y la sexta ilusiones, el fracaso y el juicio, se pueden combinar para provocar un efecto o una experiencia específica. Te puedes imaginar que has fracasado y luego juzgarte por ello, o aceptar el juicio de otros. Después puedes superar tu «fracaso» agitando el puño hacia el cielo con una actitud de «Ya verán» y un triunfo final.
Ésta es una experiencia deliciosa que la mayoría de ustedes se ha concedido en muchas ocasiones. Sin embargo, si pierdes de vista que el fracaso y el juicio son ilusiones, podrías quedar atrapado en esas experiencias y al final te parecerán duras realidades.
La manera de alejarte de la «dura realidad» de la vida es alejándote de las ilusiones y viéndolas como son en realidad.
Cualquiera de las ilusiones se puede combinar con las demás. La separación con la necesidad, la condenación con la superioridad, la ignorancia con la superioridad, la insuficiencia y la condenación con el fracaso y así sucesivamente. Cada ilusión por separado o combinadas entre sí son como magníficos contextos contrastantes que te permiten experimentar Quién Eres Realmente.
Muchas veces te he dicho que en el mundo relativo no puedes experimentar Quién Eres salvo en el espacio de lo que no eres. El propósito de las ilusiones es proporcionar justo eso: un espacio, un contexto dentro del cual experimentar tus diversos aspectos, así como la oportunidad de elegir en un momento el Aspecto más Elevado que puedas concebir.
¿Lo comprendes ahora? ¿Lo entiendes?
Bien. Ahora analicemos las ilusiones una por una, con algunos ejemplos de cómo se pueden utilizar para re-crearte de la manera que aquí he descrito.
La primera ilusión, La Necesidad.
Se puede utilizar para experimentar el enorme aspecto de Quién Eres Realmente, que podrías definir como aquello que no requiere de nada.
No necesitas de nada para existir y no necesitas nada para continuar existiendo siempre. La ilusión de necesidad crea un contexto donde-experimentarlo. Cuando sales de la ilusión puedes experimentar la Realidad Máxima. La ilusión crea un contexto dentro del cual puedes comprender la Realidad Máxima.
La Realidad Máxima es que todo lo que crees que necesitas, ya lo tienes. Existe dentro de ti. De hecho, eres tú. Eres lo que necesitas y, por tanto, tú te proporcionas todo lo que necesitas en cualquier momento. Esto significa que no necesitas nada. Para comprenderlo y conocerlo mediante la experiencia, debes ver la ilusión de necesidad como una ilusión. Debes salir de ella.
Para salir de la ilusión de necesidad debes mirar lo que crees que necesitas, o sea, con lo que no crees contar, y después notar que, aunque no lo tengas, aún estás aquí.
Las implicaciones de esto son enormes. Si estás aquí, en este momento, sin aquello que crees necesitar, entonces, ¿por qué crees necesitarlo?
Ésa es la pregunta clave que abrirá el cerrojo de la puerta dorada, la puerta que conduce a todo.
La próxima vez que imagines que necesitas algo, pregúntate: «¿Por qué pienso que necesito esto?»
Ésta es una pregunta muy liberadora. Es la libertad expresada en seis palabras.
Si miras con claridad, te darás cuenta de que no necesitas «eso», sea lo que sea, que nunca lo necesitaste y que te lo has estado inventando todo.
Ni siquiera necesitas el aire que respiras. Lo descubrirás en el momento en que mueras. El aire es algo que sólo tu cuerpo necesita, y tú no eres tu cuerpo.
Tu cuerpo es algo que tienes; no es algo eres. Es una herramienta maravillosa. Sin embargo, no necesitas tu cuerpo actual para continuar con el proceso de la creación.
Si bien esta información puede ser agradable en un nivel esotérico, posiblemente no te ayude a aliviar el temor de perder tu cuerpo, tu familia y la circunstancia en la que te encuentras. Una manera de aliviar dichos temores es a través del desapego, la práctica de los Maestros. Los Maestros aprenden a alcanzar el desapego antes de tener pruebas de que la vida del cuerpo es una ilusión. Los que no operan en el nivel de Maestría suelen necesitar la experiencia de lo que llaman muerte para tener esta evidencia.
Una vez que estés separado de tu cuerpo (o sea, cuando hayas «muerto»), te darás cuenta de inmediato de que ese estado no es la experiencia terrorífica sobre la que ‘has oído hablar, sino que es una experiencia gloriosa. También verás que es infinitamente mejor que permanecer atado a tu forma física, sin importar qué apegos pudiera haber creado recientemente. Entonces el desapego te resultará sencillo.
No obstante, puedes llegar a ser un experto en la Vida mientras conservas tu forma física, y no es necesario que esperes hasta eliminarla para conocer la gloria de la vida y Quién Eres. Puedes lograrlo al experimentar desapego antes de morir. Y puedes lograrlo mediante el simple hecho de alejarte de la ilusión de necesidad.
Este alejamiento se logra gracias a una comprensión más profunda de la vida y la muerte, incluyendo el conocimiento de que la muerte, tal como la has concebido, no existe, y que la Vida continúa para siempre. Cuando lo comprendas, te será posible desapegarte de cualquier cosa, incluyendo la propia Vida, pues sabrás que podrías hacer esos vínculos otra vez, así como otros que quizás hayas pensado que nunca más experimentarías, ya que la vida continúa infinitamente.
Podrás experimentar todos tus apegos terrenales en lo que denominas «el más allá», o en cualquier vida futura, y así te darás cuenta de que no has perdido nada en absoluto. Poco a poco te liberarás de tus vínculos conforme adquieras mayor conciencia de las extraordinarias oportunidades para la expansión y el crecimiento constantes que te ofrece la Vida interminable.
Sin embargo, nunca dejarás de amar aquello que has amado, en ésta o en otras vidas, y experimentarás la Unidad total con ellos en el nivel de Esencia en cualquier momento que desees,
Si llegaras a extrañar a alguien que aún viva con un cuerpo físico en la Tierra, podrás estar en su compañía con la velocidad del pensamiento.
Aunque llegaras a extrañar a alguien que ya se haya separado de su cuerpo, un ser amado que haya muerto antes que tú, volverás a encontrárlo después de tu muerte si así lo decides, o en cualquier momento que desees, también con la velocidad de tu pensamiento.
Eso es solamente parte de la maravilla de tu porvenir. Te diré mucho más en un mensaje futuro que trata sobre la experiencia de morir con Dios.
No puedes morir sin Dios, pero puedes imaginar que así sucede. Éste es tu infierno imaginario, el temor que ha engendrado todos los demás temores que has experimentado. Pero no tienes nada qué temer y no necesitas nada, pues no sólo es imposible que mueras sin Dios, sino que también es imposible que vivas sin Dios.
Esto se debe a que Yo soy tú y tú eres Yo, no hay separación entre nosotros. No puedes morir sin Mí, porque «sin Mí» no es un estado en el que te puedas encontrar nunca.
Yo soy Dios y soy Todo lo que Existe. Como tú eres parte de Todo lo que Existe, Yo soy lo que eres tú. No existe una parte de ti que no sea yo. Y si Todo Lo que Es siempre te acompaña, entonces no necesitas nada. Esa es la verdad de tu ser. Cuando lo comprendas a fondo, vivirás en tu cuerpo de una manera completamente diferente. No tendrás miedo de nada y este valor te producirá su propia bendición, pues la ausencia de temor crea la ausencia de algo a qué temer.
Por el contrario, la presencia del temor atrae hacia ti aquello que temes. El temor es una emoción muy fuerte, y una emoción tan fuerte (energía en movimiento) es creativa. Por eso inspiré la frase: «A lo único que le temo es al miedo».
Para vivir sin temor hay que comprender que todos los resultados de la vida son perfectos, incluyendo el que te inspira más miedo: la muerte.
Aquí te lo manifiesto. Ahora te doy esta información. Si analizas detenidamente tu vida, verás que siempre tuviste lo que necesitabas para llegar al siguiente momento y para llegar aquí, donde te encuentras en este momento. Prueba de ello es que estás aquí. Es evidente que nunca has necesitado nada más. Quizás hayas deseado algo más, pero no lo has necesitado. Todas tus necesidades han sido satisfechas.
Esta revelación es asombrosa y siempre cierta. Toda apariencia que indique lo contrario es un Testimonio Equivocado Manifestándose como Objeto Real (TEMOR). Sin embargo, «No temas, pues Yo estoy contigo».
Cuando comprendas que todo tiene resultados perfectos y que no hay nada que temer, verás las situaciones que antes definías como atemorizantes bajo una luz completamente diferente. De hecho, las verás en medio de la luz y no en medio de la oscuridad, y comenzarás a considerar tus temores como aventuras.
Este cambio de contexto puede modificar tu vida. Podrás vivir sin temor y podrás experimentar la gloria para la que fuiste creado. Ver la ilusión de necesidad como tal te permitirá utilizada para su propósito original, como una herramienta para experimentar la gloria y para saber Quién Eres Realmente.
Por ejemplo, utilizar la ilusión de que necesitas tu cuerpo te motiva a protegerlo, a cuidado, a asegurarte de no maltratado. De esta manera, ‘el cuerpo puede ser empleado para alcanzar la máxima gloria para la que fue destinado.
El empleo de la ilusión de que necesitas una relación te motiva a proteger la relación, a cuidada, a asegurarte que no sea maltratada. De esta manera, la relación puede ser utilizada para la máxima gloria para la que fue destinada.
Esta verdad se aplica a todo aquello que imagines necesitar. Utiliza la imaginación. Úsala de la manera más práctica. Pero recuerda que sólo te beneficias cuando percibes que es una ilusión. Tan pronto creas que la ilusión es real, entonces conviertes la precaución (aplicación muy útil de la ilusión) en temor, y comienzas a aferrarte. El amor se convierte en una posesión y ésta se convierte en una obsesión. Has caído en la trampa del apego. Te has perdido en la ilusión.
Y cuando te pierdes en la ilusión de necesidad, estás perdido de verdad, pues ésta es la mayor ilusión de todas. Es la primera ilusión y la más convincente. En élla se basan todas las demás. Lo que Eres es lo que carece de necesidades y Lo que Eres es lo que se encuentra perdido.
A menudo se dice que alguien está tratando de «encontrarse a sí mismo». Es una gran verdad. Todos ustedes están tratando de encontrarse. Sin embargo, no se encontrarán fuera de ustedes; lo que buscan sólo se encuentra en su interior.
Recuerda lo que te he dicho: si no buscas en tu interior, vivirás vacío.
Sólo dentro de ti puedes encontrar la respuesta a la pregunta, «¿Por qué pienso que necesito a esta persona, lugar o cosa fuera de mí?» Sólo en tu interior podrás recordar que no es así. Entonces comprenderás a qué me refería cuando dije, «Estaba perdido, pero alzara me he hallado».
Lo que encontrarás es tu verdadera identidad. Has utilizado la primera ilusión para experimentarte como un ser Divino que no necesita Si estás unido a algo durante mucho tiempo, llegará un momento en que dejes de notar que existes «tú». La idea de «ti» como entidad separada irá desapareciendo.
Las personas que están juntas durante mucho tiempo suelen sentido. Comienzan a perder su propia identidad. Esto es hasta cierto punto estupendo, pero deja de serIo cuando la unión no tiene fin, pues la unión en ausencia de separación no es nada. No se experimenta como éxtasis, sino como vacío. Sin ninguna separación en absoluto, la Unidad es nulidad.
Por ello he inspirado que se escriba lo siguiente: permitan que haya espacio entre ustedes. Beban de un cáliz lleno, pero no del mismo cáliz. Los pilares que sostienen un edificio están separados, como también lo están las cuerdas del laúd, aunque se estremezcan con la misma música. Durante toda la vida hay una alternancia de unión y separación. Es el ritmo propio de la vida. De hecho, es el ritmo que crea a la Vida misma.
Te lo digo una vez más: la vida, como todas sus partes, es un ciclo.
Un ciclo de ir, venir, ir, venir. Juntos, separados, juntos, separados.
Incluso cuando algo está separado, sigue estando unido, pues no puede separarse en realidad, sino únicamente crecer. Por tanto, aún cuando algo parece estar aparte, sigue formando parte, lo cual significa que de ninguna manera está apartado.
Todo tu Universo estuvo unificado más allá de la comprensión, compactado en un punto infinitesimalmente más pequeño que el punto final de esta oración. Luego explotó, pero en realidad no se separó, sólo se volvió más grande.
Dios no puede desmembrarse. Quizá parezca que nos hemos apartado, pero tan sólo nos hemos convertido en una parte. Volvemos a percibir nuestra Unión intrínseca cuando renovamos nuestra membresía, es decir, cuando recordamos.
Cuando veas a alguien que parezca estar separado de ti, míralo profundamente. Mira su interior. Si lo haces durante un buen rato captarás su esencia.
Y entonces te encontrarás a ti mismo allí esperando.
Cuando veas las cosas de tu mundo (alguna parte de la naturaleza, u otro aspecto de la vida) que te parezcan separadas de ti, míralas con profundidad. Mira el centro de ellas. Míralas así durante un buen rato y captarás su esencia.
Y entonces te encontrarás a ti mismo allí esperando.
En ese momento sentirás la unión de todas las cosas. Y a medida que aumente tu sensación de unión, desaparecerán el sufrimiento y el pesar de tu vida, pues el sufrimiento es la respuesta a la separación y el pesar es el anuncio de su verdad. Sin embargo, es una verdad falsa. Es algo que sólo aparenta ser verdad. Fundamentalmente, no es verdad. La verdadera separación de alguien o de algo no es posible en realidad. Es una ilusión. Es una ilusión maravillosa, pues permite experimentar el éxtasis de la unión; sin embargo, es una ilusión.
Utiliza la ilusión de separación como si fuera una herramienta en las manos de un artista. Elabora tu experiencia de unión absoluta mediante esta herramienta y empléala también para volver a crear la experiencia una y otra vez.
Cuando no te veas más que a ti mismo dondequiera que mires, estarás viendo a través de los ojos de Dios. Y conforme tu sentido de Unión crezca, el dolor y la desilusión desaparecerán de tu vida.
Recuérdalo. Conforme tu sentido de Unión crezca, el dolor y la desilusión desaparecerán de tu vida.
Puedes utilizar la cuarta ilusión, la ilusión de insuficiencia para experimentar la abundancia.
Dios es abundante y tú también. En el Jardín del Edén lo tenías todo, pero no lo sabías. Experimentabas la vida eterna, pero no importaba. No te impresionaba porque no experimentabas nada más.
El Jardín del Edén es un mito, pero el propósito de la historia era trasmitir una gran verdad. Cuando lo tienes todo y no lo sabes, no tienes nada.
La única manera en la que puedes saber lo que significa tenerlo todo es que, en algún momento, no lo tengas todo. De aquí surge la ilusión de insuficiencia.
El propósito de tu insuficiencia era el de ser una bendición mediante la cual pudieras conocer y experimentar la plena y verdadera abundancia. Sin embargo, es necesario salir de la ilusión, verla como tal y alejarse de ella, para tener esta experiencia.
He aquí la manera en la que puedes salir de la ilusión de insuficiencia: abastece la insuficiencia que ves siempre que la veas fuera de ti. Ahí es donde yace la ilusión: fuera de ti. Si la ves fuera de ti, abastécela.
Si ves personas que tengan hambre, aliméntalas. Si ves personas que necesiten vestimenta, vístelas. Si ves personas que necesiten albergue, albérgalas. Entonces sentirás que no tienes ninguna insuficiencia.
No importa lo poco que tengas de alguna cosa, siempre encontrarás a alguien que tenga menos. Encuentra a esa persona y ofrécele parte de tu abundancia.
No trates de ser el recipiente, sino la fuente. Lo que desees, ayuda a que lo obtenga otra persona. Haz que lo que quieras experimentar le suceda a algún otro. Al hacerla recordarás que todo el tiempo has tenido esas cosas.
Por eso se dice: «Haz a los demás lo que desearías que te hicieran a ti». De modo que no vayas por ahí preguntando, «¿Qué vamos a comer? ¿Qué vamos a beber?» Mira a las aves en el aire. No siembran ni cosechan, ni se reúnen en graneros, y sin embargo, reciben alimento. ¿Quién gana algo por estar preocupado?
Y no pregunten, «Cómo nos vestiremos?» Miren cómo crecen los lirios del campo. No se esfuerzan ni se agitan. Sin embargo han de saber que ni siquiera Salomón en toda su gloria estuvo ataviado como ellos.
Por tanto, primero busca el reino de los cielos y todo lo demás se te dará por añadidura.
¿Cómo se busca el reino de los cielos? Llevando el reino de los cielos a los demás. Siendo el reino de los cielos, en el que otros puedan encontrar refugio y fortaleza. Dando el reino de los cielos y todas sus bendiciones a toda vida que te encuentres. Pues lo que brindes a los demás será aquello en lo que te convertirás.
Recuérdalo. Lo que brindes será aquello en lo que te conviertas.
(Contínua en el siguiente capítulo)