195-Curso de autoestima. Para ver en video: https://www.youtube.com/watch?v=L2WUWbR24h4
195. Principio de Generación
Autoestima 195- Principio de generación – Curso de autoestima – Podcast en iVoox
«La posesión del conocimiento, a no ser que vaya acompañada por una manifestación y una expresión en la acción, es como el amontonamiento de metales preciosos: una cosa vana y tonta. El conocimiento, como la riqueza, está destinado al uso..»
7. PRINCIPIO DE GENERACIÓN
La generación existe por doquier. Todo tiene sus principios masculino y femenino. La generación se mantiene en todos los planos».
El Principio de Generación se refiere a la Creatividad. Lo que nos dice es que para crear algo nuevo, es necesario la conjugación de dos energías: la masculina y la femenina; si esta conjugación no se da, entonces no se da la manifestación. Este principio está muy relacionado con el de polaridad porque habla de dos energías opuestas, pero se diferencia de aquél porque se refiere exclusivamente al proceso de creación.
Este principio no tiene que ver con el sexo; el sexo es una de sus manifestaciones. Más allá de nuestro sexo, todos somos portadores de energías masculinas y femeninas y tenemos que lograr la perfecta conjugación de éstas para obtener éxito en la vida. El hombre que es muy machista, es decir, que se ha polarizado en el extremo de la energía masculina, tarde o temprano sufrirá por la falta de su lado receptivo, intuitivo o imaginativo. Por otra parte, la mujer muy dependiente o sumisa, polarizada en la energía femenina, también sufrirá por la falta de iniciativa y confianza en sí misma. Sin importar nuestro sexo, cada uno tiene que desarrollar tanto su parte masculina como femenina para sentirse equilibrado.
Debemos recordar que para que exista la electricidad tiene que haber dos polos: el positivo y el negativo. Solamente la combinación de ambos produce la electricidad.
El símbolo del Yin-Yan representa la perfecta armonía entre las energías masculina y femenina. La parte negra simboliza la energía Yin o femenina; la parte blanca es la energía Yan o masculina. De acuerdo con este símbolo, exactamente donde termina la energía femenina comienza la masculina y viceversa. Además, observamos que dentro de la parte negra existe un círculo blanco; esto significa que en el corazón de la energía femenina existe la energía masculina y también ocurre lo mismo con la parte blanca. Cada una de ellas necesita de la otra para complementarse y lograr el equilibrio perfecto.
La energía Yin o Femenina es la receptiva, creativa, imaginativa y pasiva. La energía Yan o Masculina es la dinámica, activa, agresiva y es la que regula la capacidad de dar.
Es conveniente tener el símbolo Yin-Yan a la vista, en una medalla o cuadro para que nos recuerde en forma permanente el equilibrio que debemos encontrar.
La energía tiende a complementarse y por eso, atraemos a nuestras vidas a las personas con la polaridad que nos falta. Cuando una persona es muy tranquila, pasiva o tímida, es muy probable que atraiga a su vida a amigos más agresivos, dinámicos y extrovertidos. Por el contrario, la persona más peleadora siempre busca rodearse de gente más pacífica o sumisa. Cada uno de nosotros atrae la energía que le está faltando.
Pero sabemos que los polos opuestos son iguales en naturaleza; solamente difieren en su grado de manifestación. También hemos estudiado que uno de los objetivos de nuestra vida aquí en el planeta es aprender a armonizar los opuestos.
El sentido de atraer a personas o situaciones con la polaridad que nos falta es el de ayudarnos a encontrar la armonización o punto de equilibrio. Cuanto más tímida sea una persona, más extrovertido será quien le atraiga. Aunque al principio esta atracción de los opuestos puede generar cierta dependencia entre ambos, con el tiempo cada uno brindará su energía al otro para ayudarlo a encontrar su punto medio. Quien era más tímido dejará de serlo y quien era más extrovertido aprenderá a mediar más sus actos. La idea no es que cada uno se convierta en el bastón de apoyo para el otro, sino todo lo contrario. Cuando finalmente una persona encuentra su punto de equilibrio, a la vez comienza a sentir la Unidad con el Universo y verdadera Paz interior.
En el proceso de la creación, debemos aprender a conjugar estas energías para obtener el resultado que buscamos. A lo largo de este curso, hemos seleccionado ciertos objetivos que queremos materializar; es decir que cada objetivo representa un deseo de crear algo nuevo en nuestra vida. De acuerdo con los principios estudiados anteriormente, hemos hecho… afirmaciones, decretos, visualizaciones, tratamientos espirituales; hemos puesto fechas y trabajado con imágenes. Ahora llegamos al último paso, en el cual tenemos que encontrar el equilibrio energético necesario para producir la manifestación.
Una persona que tenga mucha facilidad para imaginar y visualizar sus metas (energía femenina), nunca obtendrá resultados si no toma acción en el mundo concreto (energía masculina). Esto también es cierto en el caso contrario. Hay personas que son muy trabajadoras y concretas en su manera de actuar (energía masculina) pero carecen de la porción de fantasía que los puede llevar a renovarse y a inventar algo nuevo (energía femenina).
Cuando notes que alguno de tus deseos no se manifiesta, lo primero que deberás preguntarte es ¿qué energía te está haciendo falta utilizar? Quizá te está haciendo falta emprender una acción dirigida (energía masculina), o quizá no estás listo para aceptar lo bueno que se te presenta (energía femenina).
EJERCICIO: EL EQUILIBRIO RESPONSABILIDAD/CREATIVIDAD
Busca una posición cómoda para tu cuerpo; puedes permanecer sentado o acostado. Respira profundo tres veces y relaja todos tus músculos. Una vez que te sientas tranquilo, visualiza en tu mente el símbolo del Yin-Yan. Luego, formula la siguiente pregunta a tu Yo Superior: «En una escala de 1 al 100, ¿qué porcentaje está ocupando la parte responsable?» Una vez que veas el número en tu mente, procederás a agradecer la respuesta recibida, respirarás profundo otra vez y, finalmente, abrirás los ojos. Recuerda el número obtenido. Por diferencia, sabrás el porcentaje de la parte creativa.
El equilibrio de estas dos partes es vital para el logro de cualquier empresa. La responsabilidad es la energía Yang. La creatividad es la energía Yin.
Por lo general, en la mayoría de la gente el porcentaje de la parte responsable es muy superior al de la parte creativa. Los casos más extremos llegan al 90% ó 95%, lo que reduce su parte creativa a tan sólo un 5 ó 10%. Cuando una persona tiene un porcentaje muy alto de responsabilidad, es muy probable que se sienta atrapada en una estructura muy rígida por carecer de energía opuesta. La parte creativa es la que nos da nuevas ideas y soluciones a los problemas cotidianos. Por lo tanto, cuanto más alto sea el nivel de responsabilidad, menor será el grado de libertad.
En los adolescentes, el grado de creatividad es generalmente mayor que el de la responsabilidad. Pero cuando el joven ingresa en el mundo de los adultos los porcentajes varían. Lo ideal es lograr el equilibrio entre estas dos energías igualmente importantes.
El polo de la creatividad se aumenta gracias a las actividades recreativas y de diversión. Para eso, es importante darse tiempo a fin de desarrollar algún pasatiempo, juego, deporte o alguna actividad artística. La concentración en alguna de estas actividades permite a la mente abrirse a un mundo de infinitas posibilidades. De otra manera, el mantenerse en la rutina solamente va a generar más rutina.
La energía creativa está directamente relacionada con el estado de nuestro «Niño Interior». Por tal motivo, es importante tener un espacio para el juego y la diversión en nuestras vidas de adultos. Solamente así podemos acceder al reino de los cielos. En otras palabras, es necesario volverse un poco más «irresponsables» y aprender a jugar más con la vida. Hay que evitar cargarse de responsabilidades ajenas y hacer todo lo necesario para alivianar y simplificar nuestra vida cotidiana. El sacrificio por los demás y las actitudes heroicas pueden llegar a ser muy insatisfactorias porque están dictadas por nuestro ego y no por nuestro Espíritu.
El ego nos hace creer que hay personas que dependen de nosotros y nos genera una sensación de culpa cuando queremos renunciar a ciertas obligaciones. Sin embargo, debemos saber que no existe ningún ser en el planeta que esté desamparado de Dios. Aunque veamos gente pobre o niños abandonados, allí también está Dios actuando. Lo hace de una manera que nuestra mente quizá no pueda entender, pero EL está allí.
El Espíritu nos recuerda que la función que Dios nos ha encomendado es siempre nuestra felicidad. Cuando Dios quiere que ayudemos a alguien, se dan ciertas características o señales: lo que debemos hacer nos resulta fácil, está a nuestro alcance y nos da placer hacerlo. Si no se dan esas condiciones, debemos tener cuidado. Dios no quiere sacrificios. El sacrificarse por los demás corresponde al terreno del ego y, tarde o temprano, el sacrificio se convertirá en reclamo o, peor aún, en resentimiento. Debemos hacer las cosas con amor o no hacerlas.
La falta de agradecimiento o de reconocimiento por parte de los demás es una señal de que estamos dando equivocadamente. Las persona malagradecida nos está haciendo el «favor» de recordarnos nuestro error. Cuando recibimos un rechazo a nuestra ayuda, nos están dando la señal de que nos pasamos del límite; es el momento de volver a concentrarnos en nosotros mismos, de retroceder y permitir a la persona que viva sola su experiencia.
Cuando uno estudia metafísica, aprende la importancia de volverse egoísta en el buen sentido de la palabra. Uno aprende a ponerse siempre en primer lugar, a respetarse a sí mismo, a cuidarse y a permitirse el tiempo necesario para cualquier acción. Porque, en definitiva, la única manera de ayudar a los demás es ayudándonos a nosotros mismos primero.
De nada sirve que nos preocupemos por los problemas de los demás si aún no hemos resuelto los nuestros. Debemos recordar que «las Leyes Superiores se imponen sobre las Inferiores»; esto significa que cuanto más mejoramos nuestra situación personal, más ayudamos a todos los que nos rodean.
LAS POSIBILIDADES INFINITAS
No hay creación si no conjugamos correctamente nuestras energías masculinas y femeninas. En nuestra sociedad está muy valorizada la energía Yan o masculina, la que nos inclina a asumir responsabilidades y funcionar dentro de una estructura organizada. Pero cuanto más nos introducimos en esa estructura, más limitamos nuestra capacidad creativa. El estudio del Principio de Generación nos recuerda nuestra naturaleza creadora y la importancia de desarrollarla para la expresión del Espíritu. Fuimos creados a «imagen y semejanza» de nuestro Padre. Dios creó el Universo; por tanto, nosotros tenemos la habilidad para crear nuestro propio Universo también.
Para desarrollar la energía Yin, es necesario aprender a jugar con la vida. La creatividad aumenta notablemente cuando nos dedicamos a algún pasatiempo, cuando nos relajamos y disfrutamos del presente, o cuando nos concentramos en el estudio de algo que nos interesa.
La energía Yin es la energía femenina y gobierna la parte izquierda del cuerpo. si eres diestro, entonces es aconsejable que comiences a usar más tu mano izquierda. quizás, al principio, te sientas torpe tomando algunos objetos con esta mano; sin embargo, con tiempo y práctica comienza a utilizar la otra mano. El utilizar ambas manos implica activar los dos hemisferios cerebrales; en otras palabras, los dos tipos de energía. A las personas que están muy acostumbradas a dar demasiado, siempre les recomiendo como ejercicio cerrar la mano derecha y mover mucho los dedos de la mano izquierda. De esta manera, se activa la energía receptiva Yin y la persona se prepara mejor para recibir.
EJERCICIO: LOS RAYOS DE PODER
En una hoja en blanco dibuja un sol en el centro. Luego, en cada uno de los rayos, comienza a escribir todo lo que te gusta hacer. Incluye tanto los pasatiempos como aquellas actividades más formales. No pienses en ganar dinero, ni en hacer algo serio; sólo escribe todo lo que te produce placer. Enumera un mínimo de cinco actividades. Este sol no tiene límites para el máximo de rayos posibles.
Luego marca con una cruz aquellas actividades que estás realizando ahora, aunque sólo sea esporádicamente. Si solamente has marcado una, o no has marcado ninguna, tu situación es grave y deberás adoptar medidas de emergencia para cambiar tu rutina lo más pronto posible. Cuanto más implementes las actividades enumeradas, más completa y feliz será tu vida. En forma simbólica, piensa que tu propio sol brillará con más fuerza.
La experiencia no es transmisible. Yo podría escribir varias líneas acerca del gusto que tiene una manzana, pero hasta que no muerdas tú mismo la fruta nunca lo sabrás.
De acuerdo con lo que nos ha tocado vivir, sentimos que hemos aprendido ciertas lecciones y superado algunas pruebas. Cuando vemos a alguien conocido a punto de sumergirse en una situación similar a la que pasamos, sentimos el fuerte deseo de aconsejarlo y ayudarlo a evitar lo que se avecina; sin embargo, esto no es lo correcto. Cada persona tiene derecho a vivir su experiencia. Lo más adecuado es advertirle acerca de lo que hemos experimentado, pero siempre debemos retroceder y darle el lugar que necesita.
El miedo es la parte negativa de la energía Yin. El miedo paraliza y frustra. Por otra parte, la ira es la manifestación negativa de la energía Yang. Cuando no está bien dirigida, la ira destruye y separa. Comparándolas, podríamos decir que la energía Yang es más positiva, aún en su manifestación negativa porque induce a iniciar la acción. De esto podemos deducir que siempre es más positivo vivir una experiencia -incluso cuando no logremos el resultado anhelado originalmente- que quedarnos inmovilizados por el miedo a equivocarnos.
La originalidad no existe. Todo ya ha sido creado. Lo que llamamos creatividad no es más que la tarea de reciclar la información que ya poseemos. Siempre nos basamos en los elementos conocidos. Toda la información que adquirimos converge en un solo punto o instante en el tiempo donde se manifiesta la creatividad. Utilizamos todos los elementos que nuestra conciencia posee y les damos la forma que deseamos en ese momento. Ese instante en el tiempo es el de las posibilidades infinitas.
Cuando uno se sienta a escribir y se encuentra frente al papel en blanco, se siente a la vez en el gran vacío donde las posibilidades son innumerables. Al tomar una decisión, elegimos una idea dentro del espectro infinito y comenzamos nuestra tarea creativa.
Nuestra mente limitada concibe sólo una parte de la realidad, pero si abrimos la mente a este campo, podremos encontrar diversas soluciones a nuestros problemas.
¿Cómo se accede a ese campo de posibilidades infinitas? La respuesta es una sola: a través de la «meditación». La mente se abre a este campo cuando ingresamos en el nivel Alpha de relajación. La mente se encuentra en estado Alpha dos veces al día naturalmente: en el momento previo al sueño y después de comer, cuando se siente el estado de modorra.
Debemos aprender a llegar al punto de la creatividad de una manera voluntaria y organizada. en primer lugar, debemos entrar en un nivel de relajación, y luego meditar o lograr concentrar los pensamientos en uno solo.
Los pensamientos se suceden en forma automática y en forma ininterrumpida. Cuando estamos hablando con alguien, nuestro cerebro desarrolla ondas del tipo Beta, que son aquellas que oscilan de catorce a cuarenta ciclos por segundo. Cuanto más tensión siente la persona, más velozmente se acumulan sus pensamientos-, por lo tanto, estará menos en contacto con el mundo de las ideas nuevas y las soluciones.
Por el contrario, cuando nos relajamos alcanzamos el nivel Alpha. Las ondas cerebrales oscilan de ocho a trece ciclos por segundo, y en este estado, los pensamientos comienzan a separarse entre sí dejando un espacio vacío. Ese espacio es el terreno del Espíritu, el que previamente denominamos como el campo de las posibilidades infinitas.
Nuestra mente humana genera aproximadamente sesenta mil pensamientos diarios y, en su mayoría son negativos. Esta es la prueba de que los pensamientos en sí no se materializan. Si esto ocurriera, nuestra vida sería caótica. Lo que llega a materializarse es aquello que finalmente se convierte en «creencia».
El primer paso para poder cambiar la dirección de nuestra vida es aprender a seleccionar los pensamientos. Tal como lo vimos en el principio del mentalismo, se debe «cancelar» lo negativo, afirmar y aceptar lo positivo. Para hacer esto en forma fácil, debemos recordar que a la hora de ir a dormir nuestra mente se relaja naturalmente. Este es el momento menos conveniente para mirar noticieros o películas de violencia. Por el contrario, debemos aprovecharlo para leer o pensar en algo positivo que llevaremos con nosotros al sueño.
Personalmente, antes de dormir hago lo siguiente: agradezco por escrito cinco o más cosas buenas que me hayan sucedido en el día. De esta manera, me duermo con la sensación de que todos los días me suceden cosas buenas… aún cuando estoy en medio de problemas o crisis, y mi mente se prepara para seguir recibiendo sólo lo bueno para mí.
El Principio de Generación está perfectamente representado en la película La Bella y la Bestia. La Bella representa la energía Yin y la Bestia la energía Yang. Durante el desarrollo de la historia, ella tiene que volverse más masculina y agresiva para hacerle frente a la Bestia. Por su parte, la Bestia tiene que comenzar a mostrar su sensibilidad y aprender a moderar su agresividad. En pocas palabras, la mujer se vuelve más Yang y el hombre más Yin. De esta manera, la relación comienza a equilibrarse y surge el amor.
El equilibrio de la relación comienza a manifestarse cuando él decide regalarle la biblioteca. Aquella biblioteca enorme representa el conocimiento total. Esta escena es un símbolo de que cuando uno comienza a ver más allá de la «bestia»… (miedos, culpas, apariencias, críticas y demás), se abren las puertas de todo el conocimiento.
Si podemos llegar a «aceptar a todas las personas» que frecuentamos tal como son, el Universo nos abrirá las puertas de la evolución.
Pero nuestro ego juzga y determina, por ejemplo. ¿quién tiene la razón?, ¿quién hace bien las cosas?, ¿quién merece lo bueno y quién no? y de esta manera, nos sumimos en un mundo de interpretaciones falsas que nos alejan de la posibilidad de entender y aprender de la vida.
La mente se cierra cuando juzgamos o criticamos; por el contrario, se abre cuando solamente contemplamos una situación y esperamos que la vida misma nos enseñe la razón de lo que ocurre.
El éxito de cualquier relación humana reside en la «aceptación recíproca». Una manera muy fácil de frustrarnos es esperar o desear que los demás cambien.
Cada persona debe practicar la «aceptación». Cuando nos surge la pregunta ¿Por qué? y no encontramos razones lógicas, debemos saber que la vida nos lleva a experimentar un misterio que, a su vez, nos enseñará a ver a Dios de una manera diferente.
NUESTRA FUNCIÓN EN EL PLANETA
El Universo está en contínua expansión y crecimiento. Dios nos creó como una extensión de Sí Mismo, con la finalidad de que, a la vez, nosotros continuáramos creando. Tal como lo hemos estudiado, para poder crear debemos equilibrar nuestras energías masculinas y femeninas adecuadamente.
Una manera práctica de hacerlo es la siguiente: busca una posición adecuada para tu cuerpo, ya sea sentado o acostado, respira profundamente tres o cuatro veces, aflojando cualquier tensión en los músculos. Una vez que te sientas cómodo, formulas las siguientes preguntas a tu Yo Superior: ¿Cómo está mi balance Yin/Yan hoy? ¿Cuál es el porcentaje Yin? ¿Cuál es el porcentaje Yang?
¿Qué color necesito para equilibrar mi aura? Una vez que recibas en tu mente el color que necesitas, vas a imaginarte que cubres todo tu cuerpo con él. De esta manera, elevarás tu frecuencia vibratoria y equilibrarás tu aura. Luego, respiras profundamente una vez más y abres los ojos.
Cualquier persona puede llegar a transformar una situación indeseable elevando el nivel vibratorio y generando la energía del polo opuesto hasta encontrar el equilibrio. Aunque el símbolo del Yin-Yang se representa solamente con los colores blanco y negro, nuestra mente puede indicarnos la necesidad de utilizar algún otro color para lograr el equilibrio energético.
Seguramente, te estarás preguntando ¿cuál es su función? y eso es muy válido. Hay ciertas características que definen al propósito divino de tu existencia. La más importante es que dicha función será siempre tu felicidad. Contrario a las ideas impuestas por ciertas religiones o sociedades, Dios no quiere sacrificios sino nuestra propia felicidad. En pocas palabras, todas las actividades que te dan placer son aquellas que forman parte de tu misión. En la mayoría de mis alumnos existe una gran resistencia a aceptar esto último, debido a que han crecido escuchando que:»Es difícil vivir de lo que a uno le gusta hacer» o «En la vida hay que sacrificarse para lograr lo que se quiere». Nada más lejos que esto. Todo lo que corresponde al Mundo de Dios es fácil y fluye con libertad.
Otra característica importante es la pérdida de la noción del tiempo. Cuando te encuentras sumido completamente en una actividad y luego descubres con asombro que han pasado horas, cuando, en realidad sientes que sólo fueron minutos, estás vibrando con tu Espíritu. En ese momento el tiempo humano se altera y uno se conecta con lo eterno.
La vida organizada nos lleva a pensar que nuestro talento nos tiene que dar dinero, fama o cierto mérito social. Sin embargo, en el mundo espiritual no es así. A veces, la misión de algunos es servir a otros para que alcancen fama y reconocimiento. En otros casos, la misión es cuidar, alimentar o educar a los demás. Cualquiera sea la forma que tome la misión, siempre será nuestra felicidad, nos dé o no dinero. Cuando cumplimos con nuestra misión, toda la vida se nos facilita; llegan a nosotros los medios para sustentarnos económica y emocionalmente.
EJERCICIO: ¿CÓMO DESCUBRIR EL PROPÓSITO DIVINO DE TU EXISTENCIA?
Este ejercicio escrito te será muy iluminador. Para eso sigue los siguientes pasos:
1) Escribe una lista de las características más positivas de tu personalidad y luego selecciona según tu criterio las cuatro mejores. Enuméralas en orden de importancia.
2) En relación con esas cuatro características, enumera maneras de expresarlas de una forma concreta. Por ejemplo, si una de tus mejores características es tu sentido del humor, piensa de ¿Qué manera te gusta canalizarlo?: escribiendo, bailando, dibujando, enseñando, hablando, etc.
3) Describe en dos o tres oraciones las características de tu mundo ideal.
Finalmente, debes armar un párrafo completando las oraciones con lo que has escrito anteriormente.
«El Propósito Divino de mi existencia es utilizar mi… (1)… a través de… (2)… para que cada uno… (3)…»
Sin importar ¿de dónde venimos?, cada uno de nosotros tiene una misión que cumplir. Además, todos tenemos acceso al mundo de las posibilidades infinitas y la mayoría de las veces accedemos a él de manera espontánea.
Todo lo que se nos revela o llega a nuestra mente es para que lo utilicemos en algún momento. A veces, concebimos ciertas ideas que parecen imposible de realizar; sin embargo, si han venido a nuestra mente es por algún motivo. En mi caso particular, he tomado la costumbre de anotar todas mis ideas en un cuaderno; también anoto sueños o frases que me gustan o que me llaman la atención. Cuando me siento a escribir o a preparar un nuevo proyecto, repaso todo lo escrito en ese cuaderno y entonces las ideas se conjugan y comienzan a tomar forma concreta. He tenido la experiencia de concebir ciertas ideas que parecían muy difíciles de llevar a cabo, y sin embargo, después de tres o cuatro años se hicieron realidad. La vida me ha enseñado que la palabra «imposible» sólo significa que necesito más tiempo.
EJERCICIO: VENTIÚN DÍAS
El Principio de Generación también puede usarse para «crear» alguna conducta nueva en tu personalidad. El proceso de auto-definirse o gestarse a uno mismo no es sencillo; sin embargo, tampoco es imposible. En primer lugar, debes saber que «lo que se repite durante veintiún días en forma consecutiva se incorpora a nuestra Alma». Aquello nuevo que ensayas se convierte en hábito o «nueva creencia». Se debe comenzar practicando una cualidad por vez, como por ejemplo; la paciencia, la perseverancia, ser más ordenado, no criticar, ser más puntual.
La Sabiduría de Dios se manifiesta de una manera muy simple. Las grandes verdades son fáciles de entender. Muchas veces no les prestamos atención precisamente porque nos parecen demasiado sencillas. El verdadero saber se manifiesta en el hombre como sentido común, no como una acumulación de información organizada y clasificada. Esto significa que para funcionar bien en la vida, no es necesario que todo el mundo estudie metafísica. Con sólo escucharse a sí mismo y seguir los dictados de su Conciencia, cada persona puede saber a cada momento ¿Qué es lo mejor que puede hacer?. El Conocimiento es una gran herramienta que está a nuestra disposición.
La Vida funciona como una computadora. Cuando sabes tocar las teclas adecuadas, obtienes el resultado que deseas. Los siete principios que hemos estudiado hasta aquí son las teclas principales que debes aprender a oprimir para mejorar tu vida. Has dado un paso gigante en tu crecimiento espiritual por haber llegado hasta aquí, y ahora te toca poner en práctica este conocimiento.
MEDITACIÓN FINAL
Reconoce tu Poder personal, agradécelo, bendícelo y comprométete a utilizarlo para hacer el Bien. Renuncia a toda limitación en tu vida y acepta todo lo mejor para ti. Eres Uno con Dios; por lo tanto, nada ni nadie te puede impedir ser feliz aquí y ahora.