017-Curso de autoestima

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17. Renovación

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La costumbre, la rutina y la monotonía son los grandes enemigos de la renovación y pronto acaban con la emoción de seguir adelante.

– ALEJANDRO ARIZA Z.

El diccionario define la palabra renovación co­mo: «Hacer de nuevo una cosa o volver a su pri­mer estado». Esta acepción fue la que me hizo reflexionar sobre el apasionante reto que tenemos todos los seres humanos para renovamos, para renacer diariamente en nuestra vida y así evitar caer en la costumbre, situación que generalmente termina desmoronando la emoción por existir. La fuerza que se requiere para lograr una auténtica renovación en nuestra vida radica en nuestra ca­pacidad para volver al punto de partida y hacer las cosas con la pasión de «aquella primera vez».

Éste fue el tema que desarrollé en una junta que tuvimos en la empresa. Resultó ser una reu­nión muy halagadora para todos mis colaborado­res, a quienes les reconocí su continua actitud de renovación y cambio. Les explicaba que la única manera de mantenerse actualmente en el merca­do es renovándose, ofrecer nuevas opciones. Re­novarse o morir. De hecho, aproveché esa junta para felicitar a uno de mis más extraordinarios colaboradores. Se trata de un ser fantástico por su enorme compromiso y su gran disposición de servicio, pero lo más impactante es que a un año de haber entrado a la empresa sigue manteniendo la misma actitud de entrega y colaboración como el primer día en que entró a trabajar con noso­tros. En ello radica su talento.

Es muy común y hasta cierto punto lógico que el primer día que hacemos algo lo llevemos a ca­bo con una enorme pasión y con ganas de reali­zado muy bien. ¡Caray!, se trata de nuestro primer día en la empresa en la que tanto quería­mos trabajar, resulta ser un día verdaderamente mágico y esto se debe a que todo es nuevo para nosotros. Los compañeros con quienes convivi­mos en esa primera ocasión, nuestros jefes y co­laboradores son nuevos. Las responsabilidades, derechos y obligaciones también son nuevos. Es entonces cuando la magia comienza a aparecer.

Lo nuevo emociona, y esa emoción hace que nos sintamos vivos, útiles e importantes. Durante nuestra primera semana de trabajo tratamos a nuestros jefes de manera extraordinaria, hacemos uso de una gran prudencia en todos nuestros ac­tos, realizamos las cosas lo más eficientemente posible, con gran rapidez de respuesta ante las solicitudes que nos hacen, tratamos a los clientes como reyes. ¿Recuerda cómo trató a su primer cliente, cualquiera que sea el giro en el que traba­je? Pues a esa emoción me refiero al hablar de la magia de la primera vez.

En mi experiencia profesional he tenido la oportunidad de observar la evolución de varios de mis colaboradores. No se imagina lo satisfactorio del comportamiento y del compromiso humano que mostraban, pero tan sólo en la primera vez. Ese primer día llegué a pensar que algunos de mis nuevos colaboradores estaban «clonados»: a la misma persona la veía en varias partes casi simultáneamente. Lo que ocurría es que era tanta su emoción (por lo nue­vo) que se movía rápidamente, ejecutaba sus ta­reas con gran velocidad de respuesta, iba y venía,subía y bajaba sin mostrar cansancio o hartazgo. Sin embargo, el tiempo pasa y la lógica evolu­ción conlleva el riesgo de caer en la costumbre si se hace siempre lo mismo.

He tenido la oportuni­dad de observar la consecuencia de esa evolución en varias personas pero, por suerte, en los de otras empresas (no tome como arrogante mi pos­tura, más adelante le comentaré la fórmula para evitar caer en la costumbre, la cual ya he aplica­do en mi empresa y en mi vida personal). El re­sultado de esa falta de novedad en el trabajo y desempeño de alguien es que después, en lu­gar de parecer un clon, parece «fotografía»: siem­pre igual. Casi no se mueve de su lugar. ¡Peor aún si lleva uniforme! En ese caso realmente pa­rece una fotografía y sólo lo salva, para distin­guirse, el hecho de que esté respirando. ¿No ha llegado a advertir que alguno de sus colaborado­res parece que está disecado? Casi, ¿verdad? ¿Qué pasó? ¿A dónde se fue la emoción que nos hacía actuar y tener iniciativa? Pues le tengo una sorprendente respuesta: ¡No se fue a ningún la­do! ¡A ninguno! Lo que sucede es que la emo­ción, la pasión y la admiración por hacer lo que iniciamos quedaron cubiertas por la densa bruma y sombra de la costumbre. La monotonía aborta un renacimiento. La rutina opaca nuestro espíritu de renovación.

Lo expuesto también es perfectamente aplicable en el ámbito de la pareja. ¿Qué tal eran las cosas en los primeros días de su noviazgo? ¿Qué tal en las primeras semanas de matrimonio? ¿Qué pasó después? ¿Qué pasa meses o años más tarde? Respuesta: empiezan los reclamos. Pero le garan­tizo que esas reclamaciones, aunque pueden ser aparentemente distintas, tienen todas un común denominador, todas podrían originarse del mis­mo reclamo: «Ya no me quieres como antes….. ¿Lo ha escuchado por ahí? ¿O alguno parecido? Pues bien, a eso me refiero. Cuando aparece «la costumbre», ésta origina el distanciamiento entre dos grandes amigos, cuando se presenta la rutina se enfría una relación de pareja y se pierde la pa­sión, cuando surge la monotonía desaparece la emoción por convivir y estar juntos. Así es.

He creado una fórmula para damos cuenta del grado de «costumbrismo» en el que puede caer una persona y la compartiré con usted. Estoy se­guro de que analizándose y sabiendo en qué esta­do se encuentra, surgirá un verdadero momento para crecer con esta reflexión. A mi fórmula la he llamado: «AFROO: Sombras de la costumbre», tomando en cuenta la letra inicial de cada uno de los elementos:

Sombras de la costumbre

  1. ABURRIMIENTO:

Aquí es donde empieza to­do. Cuando se encuentra en su trabajo o con su pareja y comienzan a surgir en usted ciertas señales de aburrimiento, cuando se empieza a fastidiar o a vivir un tedio en la relación, es el momento en que aparece el distanciamiento, es cuando inicia la duda:

¿Estaré en el trabajo adecuado? ¿Será mi pareja compatible con mi estilo de vida? Estas incertidumbres generan conflicto, ya sea en la pareja, en el trabajo o con la fami­lia. Y estas dudas conflictivas dan a su vez paso a la segunda sombra…

2. FLOJERA:

Surge la debilidad y flaqueza para actuar. Debido a que «siempre es lo mismo» aparece la apatía, la cual fue definida por el doctor Víctor Frankl como la «muerte emo­cionar’. Desaparece el interés por trabajar, desaparece el deseo de convivir. Y la floje­ra para convivir con alguien o para realizar un trabajo determinado da paso a la tercera sombra…

3. RECHAZO.

Esto pasa cuando se empieza a hacer uso de la imaginación, esa facultad que nos permite adelantamos en el tiempo y suponer lo que va a pasar. Aquí empezamos a vaticinar. Nuestro pronóstico (firmemen­te avalado por la experiencia) para convivir y actuar con alguien (ese alguien) resulta tan aburrido y tan falto de emoción, que nos adelantamos al surgimiento de los hechos y de inmediato rechazamos toda posibilidad de encuentro (con ese alguien). Esa aver­sión mantiene los conflictos y las cosas co­mienzan a dejar de ser equitativas y justas. Ese rechazo abre las puertas a la siguiente sombra…

4. OCULTAMIENTOS.

En este punto el ser hu­mano empieza a «preferir». Pero todavía existe cierto nexo con aquella aburrida di­námica (trabajo o persona) y por ello prefe­rimos callar nuestra predilección. Ese nexo es mejor conocido como «costumbre». Es en esta etapa cuando su sombra nos resulta tan oscura que cualquier luz, por pequeña que sea, nos llama la atención y nos enca­mina hacia ella. Así nacen los reenfoques, así aparecen las nuevas opciones que no veíamos. Aquí surge la magia de una aman­te, la magia de una economía subterránea de aquel «trabajito extra», emanan nuevas emociones que nos hacen «actuar diferen­te», distribuyendo nuestro tiempo de mane­ra distinta. Estos ocultamientos, si nos logran renovar y nos vuelven a traer la emoción por existir, se transforman en la quinta sombra…

5. OLVIDOS.

Es cuando nuestra predilección es tan grande, tan aplastante sobre nuestros hábitos anteriores, que olvidamos cualquier nexo que hubiese existido entre nuestra per­sona y cualquier otra. Es cuando nos libera­mos de la costumbre mediante el recurso de olvidada por la novedad que estamos vi­viendo. Ésta es la fase más profunda que se genera (como consecuencia) por el desgastante hábito de la costumbre. Irónicamente, hicimos tantas veces algo que terminamos por olvidado: abandonándolo.

La solución

Nada puede ser tan triste como la fórmula AFROO. ¡Pero hay un antídoto para revertir cada una de esas fases! Cada sombra de la costumbre puede desaparecer si «iluminamos el momento». El parámetro general para iniciar esa iluminación es: ¡vuelva a sus orígenes y haga las cosas como la primera vez! Busque y encuentre la novedad dentro dé la rutina. Libere su emoción renován­dose diariamente. Dése así la valiosa oportunidad de volverse a apasionar y comprometer con la ac­ción. Abra su «cofre de los tesoros», y me refiero a los tesoros que alberga en sus recuerdos. Acuérdese de cómo hacía las cosas en esa apa­sionante «primera vez», recuerde la estrategia que usaba y… ¡vuélvala a usar! Con esa luz lo­grará renovarse. ‘(Consejo: Vuelva a leer este pá­rrafo pensando en su pareja; luego reléalo pensando en su trabajo; posteriormente vuelva a reflexionar pensando en su mejor amigo y repá­selo una vez más pensando en sus familiares.)

¿Qué le parece la propuesta? Le garantizo que podrá vivir con mayor emoción si lo que realiza lo lleva a cabo con un auténtico espíritu de reno­vación. Para revertir cada una de las sombras de la costumbre y no pasar del olvido al ocultamien­to, de éste al rechazo y así sucesivamente, use el antídoto contra la costumbre. Sin embargo, antes de que comparta el antídoto con usted, debo ad­vertirle algo muy importante de la vida práctica: en la gran mayoría de los casos se requiere dine­ro (y mucho) para no aburrirse ni ser presa de la costumbre. Para lograr eliminar la costumbre y salir así de lo tedioso y aburrido, una condición fundamental consiste en trabajar, ahorrar y saber invertir; necesita mejorar sus finanzas para dis­poner de dinero en cuanto lo necesite. Aunque se oiga un poco decepcionante, le puedo asegurar que si usted no dispone de suficiente dinero, pronto se aburrirá porque «no puede» salir a pa­sear en auto, ya que no le alcanza para la gasoli­na; porque «no puede» comprar ese vestido nuevo o porque «no le alcanza» para ir a cenar con su pareja a ese restaurante que aún no cono­ce, o porque «no tiene» para llevar a cabo ese atractivo viaje, etcétera. Pues bien, una vez hecha esta afirmación, le invito a conocer el antídoto contra la costumbre.

Imagínese un frasco medici­nal con un nombre grabado en la etiqueta: CIARC.

¡Ingiéralo! Los ingredientes de esta pócima que renovará su vida y le ayudará a volver a empezar son:

l. CULTÍVESE.

Lleve su atención de un cono­cimiento a otro y aprenda algo siempre. Cultive su mente y procure divertirse mien­tras tanto. Recuerde: No hay nada más abu­rrido que conversar con un ignorante o con quien habla sólo trivialidades de sus cos­tumbres. Siempre hay algo nuevo por des­cubrir, ¡siempre!, y así también, permita que otros descubran algo nuevo de usted. Nota importante (muy importante): La esencia de este ingrediente consiste en In­crementar su conocimiento. De lo contra­rio, ¿qué novedad podrá ofrecer en su con­versación? ¿Qué atractivo podrá ofrecer en una charla?

2. INTERÉSESE

En algo novedoso. Lo invito a que se apasione por algo o alguien nuevo. Explore diferentes opciones, adéntrese en caminos desconocidos. La palabra pasión la define el diccionario como: «vehemente in­terés por algo o alguien». Este ingrediente de la pócima es uno de los que más ilumi­nan su momento. Incluso, el interés desme­dido hace que se pierda en el tiempo y no exista la más mínima sombra de aburri­miento. Permítame algunos ejemplos: si siempre recorre la misma ruta para llegar a su trabajo, permítase un día ir por otra ruta, aun a costa de perderse. La experiencia val­drá la pena. Si siempre se baña con la mis­ma rutina de movimientos, ahora hágalo empezando por otra parte de su cuerpo, ve­rá 10 interesante de esa experiencia. Si siempre le habla a su pareja a una determi­nada hora y le dice lo mismo, las mismas manifestaciones de afecto, por favor ¡cam­bie a una nueva opción! Háblele a las tres de la madrugada y dígale que estaba soñan­do tan intensamente con ella que necesitó escuchar su voz. Bese a su pareja con un nuevo estilo», verá lo satisfactorio de los resultados. Si usted suele comer fuera de casa, ¡cambie de restaurante!, ¡cambie de pla­tillo preferido! Ésa será una comida muy interesante. En fin, concretamente lo invito a que su interés por lo nuevo sea con tanta pasión que le haga perder su miedo natural a lo desconocido. Vale la pena vivir una ex­periencia así.         .

3. ATRACCIÓN.

Cuide su mente y su cuerpo de tal manera que genere atracción para otros e incluso ¡para usted mismo! Generar las cir­cunstancias para atraer es un verdadero ar­te. Este ingrediente es una invitación para incrementar su auténtica autoestima. Vísta­se bien, arréglese. Sea higiénico en su men­te ¡y cuerpo!: lávese los dientes, péinese, perfúmese, etcétera. No crea que lo estoy invitando a un mundo de apariencias, le es­toy aconsejando que configure una presen­cia física digna de su interior. Así favorecerá el incremento de su autoestima y verá cómo redunda aun en su trabajo. En la medida en que la persona se autoestima, se exigirá un trabajo de mayor calidad.

4. REVELE.

Difunda sus proyectos. Uno de los ingredientes que genera más carisma en una persona es cuando difunde sus ideas con pasión. El ser humano llega a atraer por lo interesante que resultan sus proyectos, por lo que magnetizan sus ideales, y se le juzga por lo que está intentando hacer más que en lo que ha logrado. Es cuando la persona se transforma en una luz que se auto ilumina y alumbra la vida de sus colaboradores y amigos.

5. COMPARTA.

Éste es el más poderoso ingre­diente para iluminar un momento de vida. Todos los anteriores se refuerzan cuando se logran compartir con alguien. Participar, convidar y ayudar hace que se viva un au­téntico espíritu de equipo, hace surgir un tercer ser más poderoso que el «yo» y el «tú», surge el «nosotros» y así se renueva usted. Compartir proyectos de vida y vivir la implícita participación de sus riesgos y consecuencias, compartir el riesgo de un fracaso o la emoción de un triunfo hace más apasionante la experiencia para todos los implicados. Es cuando se unen caminos por siempre, es cuando las vivencias amalga­man indisolublemente a dos seres.

Ésta es la manera en la que he encontrado un mo­mento para crecer en mi vida. Renovarse o morir, pero no como amenaza, sino como lógica opción de vida. Tener la capacidad y creatividad para re­novar emociones, vivir la apasionante aventura de renacer día con día, buscar la novedad en lo cotidiano.

Mientras llegue nuestro próximo momento pa­ra crecer, haga algo nuevo, algo que nunca haya experimentado: renuévese, renuévese. Este taller fue diseñado para ayudarlo a cambiar, pero ni con 100 capítulos va a aumentar su autoestima si no HACE ALGO, ahora es el momento decídase para que celebremos nuestra…

 ¡Emoción por existir!