293-Curso de autoestima. Para ver en video: https://www.youtube.com/watch?v=x8CLgSH3t6s
293. Del Control y la Dominación a la Comprensión y la Tolerancia.
¡Porque lo digo yo! Y te callas.
EL EGO.
(Continuación del capítulo Anterior).
La magnitud del coraje y de la frustración en una persona está en proporción al control que quiera establecer sobre alguien más. Así se regocija el ego. En cambio, nuestro espíritu, como ya sabes, no desea nada, está en paz.
Durante años hemos escuchado a nuestro ego, y han sido tantos que una gran cantidad de personas ya se acostumbró al impulso de controlar a los demás siguiendo las órdenes de su ego. Esto es lo que ha hecho en miles de relaciones humanas vivir en el lado oscuro, dentro del control y la dominación, en lugar de la luz donde hay tolerancia y comprensión. Incluso, este tema lo abordaré desde mi muy particular experiencia de vida en el asunto -como todo-; a la vuelta de los años he podido darme cuenta del lugar tan oscuro y doloroso donde viví mucho tiempo, alguna etapa de mi vida se caracterizó por querer dominar y controlar a mis amigos y pareja. Las consecuencias siempre fueron funestas. Las sugerencias que encontrarás más adelante para evitar vivir en el lado oscuro y salir a la luz, son meras observaciones que en mi vida me han servido para lograr la paz y la armonía, estrategias que me ayudaron a comprender y tolerar. Han surgido de mi propia experiencia y ya de este otro lado, los resultados han sido hermosos. Si aceptas mi invitación a pasar a este otro lado donde hay luz, uno de los signos más característicos es que empezarás a sentir amor incondicional y tendrás más momentos de paz que tanto habías buscado.
Las ideas que expondré para ti en este capítulo van muy encaminadas a las relaciones humanas entre adultos. Quiero acotar esta advertencia en este momento porque mucho de lo que expondré aquí no creo que sirva para una relación entre un padre y su pequeño y berrinchudo hijo o con un adolescente delictivo. No creo que sea muy sano lograr la total comprensión y tolerancia cuando tenemos a un hijo que está viviendo de lleno en el lado oscuro, con comportamientos violentos o impulsos criminales. No creo que sea muy sana la total aceptación de un niño que hace su voluntad por sobre lo que un padre o madre le recomiende. Creo que en determinada etapa de la vida «un correctivo» puede ser tremendamente positivo y emiquecedor para el niño o adolescente en desarrollo, con el fin de que conozca el valor del respeto y la virtud de la prudencia. Con esta idea de «correctivo» cualquiera podría argüir que se trata de un tipo de controlo dominación. Quizá lo sea, pero yo no lo veo así, yo lo alcanzo a ver corno una verdadera ayuda para el sano desenvolvimiento de la persona en un futuro. No se trata de convertirse en santo contemplativo (ya que muchos de ellos no tuvieron hijos), sino de crecer como personas y en su momento reprender por amor y luego dejar ser también por amor. Son etapas. Si es difícil ser padre, también lo es dejar de serlo. Si pones atención, la misma vida te irá marcando el ritmo al que debes actuar. En fin, por bendición agradezco que siempre haya guías desde otras dimensiones que se disponen a ayuiamos en momentos de incertidumbre. Con el tiempo entrarás en contacto con ellos. Una vez aclarado lo anterior, sigo con nuestro tema.
Para abrir la puerta que nos lleva alIado de la luz en este planteamiento de la comprensión y tolerancia debemos aprender a aceptar que las cosas son tal cual son con todo el rigor de la evidencia e independientemente de nuestra opinión. Aquella famosa frase de: «¡es que no puede ser!», cuando alguien ha actuado de determinada manera o cuando sucede algo que no esperábamos, pues se trata de una mera frase y hasta ahí, ya que lo que sucedió tan es, que ahí está, frente a nosotros. No podemos negar lo evidente (aunque algunos insistan). Y además, lo que sucedió está pasando por alguna razón que siempre es buena. Nuestro espíritu sabe esto, nuestro ego se niega rotundamente a entenderlo así.
Para los que ocupamos un puesto de liderazgo, este tema resulta muy confrontante. Ser líder tiene connotaciones de un estatus muy agradable el cual viví durante años, es aquel que es capaz de dirigir, el que hace que las cosas sucedan, el que motiva, el que transforma seres ordinarios en extraordinarios, aquel con un gran don de la palabra, aquel que persuade, convence y enamora, aquel que siempre juega a ganar. Todas esas y más, yo mismo me las sabía muy bien, y durante años di clases y conferencias en materia de liderazgo, hoy se que todo eso se trató de un hermoso juego basado en el ego. Quien habla apasionadamente de liderazgo siempre tendrá éxito garantizado cuando hable frente a una aLdiencia basada en el ego, y es que la esencia del liderazgo es el poder, algo muy seductor para el ego de cualquiera. Quizá por ello desde hace un par de años me cuesta tanto trabajo hablar de liderazgo y empecé a dejar de hacerlo. Ya no creo en muchas de las cosas que aprendí hace años en esta materia, quizá cuando estaba en el lado oscuro. Hoy mis conferencias han dado un giro singular: ya no me interesa que la gente sea líder. No me interesa en absoluto. Ahora me interesa que la gente sea feliz y viva en paz, así como es, tal cual. Ya no me interesa motivar para que la gente compita y gane, hoy por supuesto que motivo pero para que la gente coopere y encuentre el amor que tanto necesita el mundo. La diferencia ha sido de la oscuridad a la luz.
Durante años creí en el famoso efecto pigmalión, Hoy afirmo categóricamente que el efecto pigmalión no es infalible, tiene un considerable índice de error. Para quien no esté familiarizado con este concepto, hace alusión al poder transformador que un líder puede tener al generar una expectativa en alguien y ese alguien verse transformado por dicha expectativa. El ejemplo más sonado es la historia de «Mi bella dama», donde el trato que el caballero le da a una prostituta es tan de una dama que ésta se transforma en una. El ideal de un líder es que con su poder transformador cambie a un ser común, corriente u ordinario en alguien extraordinario. La intención es sublime y en el orden de lo divino, lo viví y lo logré durante años. Quizá todavía lo logre, pero ya no es mi objetivo. Y es que también en mi experiencia como líder puedo afirmar que no siempre se logra. Hay maderas que no agarran ningún barniz. Durante años intenté transformar a ciertos colaboradores que la vida me presentó y la historia terminó en fracaso y frustración porque cuando la gente no quiere cambiar, no hay nada que lo logre, ni el mejor motivador, ni la mejor conferencia, ni una revelación en un libro. Quizá por ello la superación personal ¡es personal! El éxito de un motivador no radica sólo en su enorme talento para persuadir y convencer, sino una gran parte de su verdadero éxito está en el otro, en el auténtico deseo que la persona que lo escucha tenga por crecer y progresar. El maestro surge tan sólo cuando el alumno está preparado. Imposible antes. Esto lo sabe nuestro espíritu, pero nuestro ego no lo acepta y siempre querrá imponer el ritmo que juzga adecuado para el crecimiento de los otros, control al fin y al cabo. El ego luchará, el espíritu nunca. El ego cuando ve una pequeña planta, puede tener tanta ansiedad porque crezca y dé sus frutos que sería capaz de tirar de ella hacia arriba con la intención de ayudarle a crecer, dándose cuenta que quizá lo único que logre con ello sea desprenderla de su raíz y así detener su crecimiento totalmente. El espíritu sólo observaría la hermosura con que la planta crece a su propio ritmo. Creo que a lo mucho, el espíritu le cantaría a la plantita para ayudarle a crecer en un ambiente de paz y armonía.
Comprende. Al comprender se dejan las cosas tal como son y uno se siente satisfecho al saber que incluso así deben ser. Hay un motivo superior para que asi sean. Mientras no logres comprender, seguirás presa de tu necesidad de controlar, tu ego nunca está del tode contento por como están las cosas, sean como sean. Te compartiré algunos ejemplos: si una persona te ama demasiado y te procura, tu ego empezará a decir que le mejor sería que no fuera tan acaramelado; si empieza a alejarse la otra persona incluso porque se lo pediste, el ego te dirá que quizás era mejor antes; si estás gordo , ó gorda, el ego te hará pensar en las enormes bondades que alcanzarías a vivir siendo delgado; si logras estar delgado, el ego te dirá que quizá comer un poco más de aquello te caería bien para que no te veas como enfermo; estando en casa, el ego te invitará a salir y viajar; al viajar, el ego te hará extrañar tu casa; si estás harto de alguno de tus hijos, el ego te invitará a dejarlos un rato, una vez que los dejes, el ego te dirá que quizá los estés abandonando y querrá que regreses a estar con ellos; sí trabajas demasiado y con orgullo, el ego te instará a tomar vacaciones urgentes y merecidas; una vez de vacaciones, el ego te podrá hacer sentir mal por no estar trabajando como quizá deberías; cuando desees comprar un auto, el ego te dirá cuál es el mejor; una vez que lo tengas, el ego te dirá que había otro mejor. Si tu hijo o hija te presenta una nueva amistad, tu ego siempre te iirá que lo mejor sería que no tuviera esa amistad; si logras que tu hijo o hija deje a esa persona, tu ego te dirá que lo mejor era no haberte entrometido al verle tan triste. Cuando encuentres cierta indisciplina en tu trabajo u hogar, el ego te lanzará a poner orden y controlar; si remotamente lo logras, el ego te hará sentir que te están mintiendo y actúan así sólo frente a ti porque te tienen miedo pero no te aman; el ego, cuando controles a otro, te afirmará que no conoces el amor y que sería muy lindo; si permites que la gente sea como es para permitir el verdadero amor, el ego te convencerá de que eres débil y te están manipulando. En resumen, una persona que se deja llevar por su ego le caracterizará una frase en su vocabulario: » … Es que ya no sé qué hacer». Esta frase es clásica de quien vive dominado por su ego y por lo mismo quiere controlar a otros. Y es lógica la continua insatisfacción y frustración en que viven estas personas, incluso, su cuerpo manifiesta su constante insatisfacción enfermándose. De gente así se encuentran llenos los consultorios de muchos terapeutas y médicos en general. La necesidad de control enferma. Esto está demostrado. El ego nunca encontrará paz en ninguna circunstancia, sea la que sea. El ego no conoce la satisfacción.
El espíritu, en cambio, ni siquiera repara en nada de lo anterior, para Él todo está bien y en su correcto ritmo, aquí la persona es sana y se le nota. Hoy, incluso mi perspectiva como médico ha cambiado tremendamente. Antes veía a una persona enferma y con el entrenamiento que recibí me abocaba a intentar sanar su cuerpo. Hoy me sorprende cuán ciego estuve durante años, sólo viendo el cuerpo, sin comprender que el cuerpo es tan sólo un reflejo material de la fuente espiritual. Esto no te lo enseñan en la carrera de Medicina (en mi época). Si el cuerpo está enfemo su origen está en otro lado que no es el cuerpo. Hoy cuando veo a alguien enfermo siempre me pregunto qué o a quién estará tratando de controlar. Mi terapia muchas veces sólo consta en invitar a que lo deje de intentar y así meramente observar cómo el paciente se cura solo. Dolores de cabeza desaparecen, contracturas musculares del cuello se eliminan como por arte de magia, molestias en la boca del estómago se erradican sin más, la ansiedad desaparece (cuando surge la paz Ahora bien, cuando se llevan años y años en la necesidad de controlar, las enfermedades suelen ser muy avanzadas como lógica consecuencia, diabetes, algunos cánceres, alteraciones de la piel, úlceras ácido pépticas, anginas de pecho, etc. AquÍ los medicamentos pueden ayudar algo, pero sólo muy poco, mientras la persona siga neciamente con su necesidad de controla: a los demás. Hoy he empezado a comprender que las enfermedades son del alma y que el cuerpo no es más que una manifestación material de ello. El ego siempre pasa su factura y suele ser cara cuando ya la viene cobrando durante años. Lo increíble es que hay personas iispuestas a pagar hasta con su muerte.
Cuando empiezas a escuchar a tu yo superior, a tu ser espiritual, son momentos contemplativos y de quietud, empiezas a relajarte y la luz traspasa más fácilmente por ti, el amor fluye más fácil hacia y por ti. Esto quizá sólo lo creas hasta que lo vivas y no por leerlo aquí. De momento, te digo que mientras más desees controlar la vida de otros, más oscuro y denso se hace tu interior al grado en que la luz no puede pasar y el amor no fluye en absoluto en ti.
Te has bloqueado a una de las experiencias más maravillosas que se puede alcanzar a tener como humano. Mientras sigas necesitando dominar ó controlar a otros para que estén a la altura de tus expectativas o de lo que, según tú, debe ser, te estarás privando del verdadero amor.
Las personas son como son y tu ego siempre querrá controlar y cambiar a otros para el lado que tú crees bueno según tu muy particular experiencia. El ego te hace volcarte hacia el dominio de los demás para que no te des cuenta de que tu mismo ego te está dominando a ti. ¿Ya te fijaste? ¿Recuerdas del capítulo anterior que con la vara con que midas serás medido? Aquí aplica también perfectamente.
Tu yo superior, tu espíritu, no tiene ninguna necesidad de dominar o controlar a nadie ni a nada. Ni la más mínima necesidad en absoluto. Sin embargo, podría apostar a que en este preciso momento mientras lees, tu ego está operando dentro de ti y te hace pensar que este grado de aceptación total y tolerancia son verdaderamente planteamientos ridículos por inoperantes. ¿Dónde quedaría el estado de derecho? Quizá tu ego te esté dictando que mis planteamientos favorecen el libertinaje en el mejor de los casos. Tu ego te estará dictando en tu interior que este grado de tolerancia sería aceptar comportamiento delictivo, actos «no naturales», y los problemas sociales y de salud. Tu espíritu puede ver más allá de esta aparente lógica, así que tú también puedes hacerla, si lo decides.
En el lado de la luz, tu espíritu sabe que despojarte de la necesidad de control y vivir comprendiendo no el significado de aceptar el mal. Los males que existen en el planeta entero son independientes de la opinión que tengas de ellos. Sé que juntos erradicaremos el mal y traeremos paz al mundo no mediante la discriminaciór y el enjuiciamiento que hagamos, sino mediante el amor que prodiguemos. Eso es todo.
Piensa en esto: cuando te molestes porque alguien no es como tú crees que es lo correcto, cuando tienes el impulso de eliminar a esa persona de tu medio, ¿a dónde le vas a enviar? Puede que tengas varias ideas en mente, puede que lo mandes a freír espárragos, así a todo aquel que no se comporta como tú quieres. Sea donde sea que lo mandes, a qué lado lo vas a enviar en un planeta que es redondo. No hay lados, es redondo. En tu mente lo hiciste a un lado, incluso lo enviaste a un lado pero que no existe en verdad como entidad física; yo no conozco un lugar que en la entrada diga «Aquí se fríen espánagos. Bienvenido», pero es una falsa ilusión de tu falso yo o ego, cuando en el fondo, tu ser espiritual sabe que todos somos uno habitando el mismo planeta redondo coexistiendo y respirando el mismo aire. Hasta que yo comprendí esto, entendí la frase aquella que dice “Cualquiera que sea la pregunta, el amor es la respuesta». Si decides deshacerte del enjuiciamiento y de tu tendencia a dominar y controlar a los demás, serás capaz de reemplazar el odio y la discriminación por amor y armonía. Habrás pasado del lado oscuro a la luz.
Tu impacto en el mundo empieza por el mundo más pequeño que tienes a tu alcance: tú mismo. Fomentarás la paz, la armonía y la libertad, el verdadero éxito en la vida, cuando tú mismo estés libre del control de tu ego y conozcas la paz y la armonía de tu espíritu. Practica en ver al mundo tal como es, y no como quisieras que fuera. Ésta es una muy buena práctica. Por lo pronto, permíteme mostrarte algunos …
Ejemplos de comportamientos en el lado oscuro
• Sermonear. A tu ego le encanta hablar y hablar para mostrar quién tiene la razón incluso mediante el suntuoso uso de argumentos lógicos. Mientras que tu yo superior, tu espíritu, lo que quiere es que escuches. Tu ego no soporta el escuchar, sólo amedrenta con sus advertencias o amenazas y se retira. Tu espíritu escucha porque es extremadamente tolerante. El ego es intolerante. Los grandes maestros espirituales prácticamente no decían nada. Sólo escuchaban. De hecho, una de las muestras más evidentes de que estás frente a alguien verdaderamente espiritual y muy evolucionado, es que no dice nada. Nada. ¿Para qué?
Por demás está decir que a mí me falta mucho, mucho en verdad. Quizás en otras vidas, quizás incluso cuando ya no use cuerpo para manifestarme, no escribiré libros ni dictaré conferencias Entonces ya habré alcanzado una verdadera dimensión espiritual.
• Buscas errores y los encuentras con gran facilidad. El ego siempre te descubre los errores má» fácilmente que las virtudes, eso te colocará en la posición ideal de control para enseñarle a los demás lo equivocado que están. La necesidad que el ego tiene de demostrar su superioridad queda bellamente ilustrada en una historia de Anthony de Mello, en su libro El corazón iluminado, pero que al mismo tiempo muestra el verdadero éxito que nos llega cuando escuchamos comprendiendo un buen consejo:
Érase una vez una posada llamada La Estrella Plateada. El dueño no conseguía ganar lo bastante a pesar de que hacía todo lo posible para atraer clientes haciendo que la posada resultase cómoda, el servicio cordial y los precios razonables. Así que, presa de la desesperación, consultó a un sabio.
Tras escuchar su relato de desconsuelo, el sabio dijo -Es muy sencillo. Tienes que cambiar el nombre de la posada.
-¡Imposible! -dijo el posadero- Ha sido La Estrella Plateada durante generaciones y es bien conocida por todo el país.
-No -replicó con firmeza el sabio. Ahora debes llamada Las Cinco Campanitas y poner una hilera de seis campanitas colgadas debajo.
-¿Seis campanitas? ¡Pero eso es absurdo! ¿Qué bien haría eso?
-Ponlo a prueba y lo verás -repuso el sabio con una sonnsa.
Bueno, pues el posadero lo puso a prueba. Y he aquí lo que vio. Cada viajero que pasaba frente a la posada entraba para señalar el error, cada uno convencido de que nadie más había reparado en él. Una vez dentro, quedaban impresionados por la cordialidad del servicio y se quedaban para refrescarse, proporcionándole así al posadero la fortuna que había estado buscando en vano durante tanto tiempo.
Hay pocas cosas en las que el ego se deleite más que corrigiendo los errores de otras personas.
- lnsistir ante la evidencia de lo contrario.
Una de las más comunes y desgastantes manifestaciones de tu ego es querer que otra persona te obedezca, o se doble a tus deseos, a pesar de que ella no quiere hacerlo. A nuestro ego no le importa el amor -ni lo conoce-, incluso lo puede sacrificar a cambio del dominio y el control. Ése es el caso de insistir o forzar a los demás a que hagan lo que queremos. Es el caso del padre o la madre que dominan y logran controlar el comportamiento de un hijo. En determinada etapa lo pueden hacer y con gran facilidad, pero no se dan cuenta de que están sembrando rebeldía, odio y rencor en su hijo, y estas emociones tarde o temprano saldrán a flote, y como lógica consecuencia, el hijo dejará a sus padres para liberarse de su dominio. Pero si los padres continúan ciegos, se preguntarán: «¿Qué fue lo que hicimos mal?» El ego siempre siente que lo que hace está siempre bien.
• Castigo-Recompensa, la gran motivación del ego.
Aquí el ego se mueve mediante un condicionamiento muy sencillo: «Si haces lo que yo quiero, te apoyo y te doy lo que necesites, si no, no». El ego conoce como amor, un amor condicionado, un amor obviamente falso. El ego negocia con el amor. El ego compra cariño, respeto y adulación. El ego incita a la prostitución emocional. Al ego eso le gusta, por lo menos mientras se produce el resultado que espera, pues una vez obtenido, continúa insatisfecho. Hace muchos años prácticamente adopté a un hijo. Fue una etapa verdaderamente hermosa de mi vida y de la que nunca me arrepentiré, con todo y sus accidentes. Hoy, alcanzo a ver mis tremendos errores que cavaron una zanja infranqueable en los años venideros. La zanja que se cava mediante toda coacción. Cuando mi hijo adolescente haCÍa lo que a mí me gustaba, tenía mi apoyo económico, varias tarjetas de crédito y mis felicitaciones.
Cuando se salía de la línea del deber (o lo que era lo mismo, de mi control) automáticamente le quitaba todas las tarjetas de crédito y le retiraba todo apoyo económico, para que luego de unos días me arrepintiera volviéndoselas a dar «condicionándolo» a que no me volviera a fallar. La historia se repetía y le volvía a retirar las tarjetas y el dinero. Si hice esto 15 veces fueron pocas. Ya era un patrón. Así nos juega el control del ego, con patrones perfectamente identificable s desde todos los ángulos. Y a era un juego, pero no por serIo me dejaba de doler y quizá también a él. Se hartó, me harté. Se fue. Y así acabó una historia que pudo ser bella. Desde hace varios años le envié a esta persona mi más sincero amor pidiéndole desde mi interior que me perdonara por los errores que cometí en mi afán por controlar y dominar. Donde quiera que se halle en este mundo, allá fueron mis sanas intenciones luego de mi despertar, cuando había logrado pasar alIado de la luz. Un poco tarde para conservar las relaciones del pasado, pero al fin y al cabo ya desde este otro lado, donde sólo quedan los recuerdos y la nostalgia de lo hermoso que se vivió y donde los dolores y las quejas se derriten con tanta luz. Y es desde este otro lado que te escribo a ti, querido lector, lectora, tan sólo para expresarte lo ciego que uno es cuando se vive del lado oscuro, ahí no se ve nada.
Mientras estaba en la oscuridad, traté de culpar a mis progenitores por mi error; y la verdad es que resulta impresionante que muchas de las cosas de las que nos quejamos de nuestros padres, son precisamente las que nosotros acabamos haciendo con los demás, hasta que decidimos crear nuestra propia Nueva Conciencia. Ésta es la genética de la que hablaba Sigmund Freud, ninguna referida a los cromosomas o al DNA, sino a la herencia del comportamiento imitado. Ésa era la genética de que hablaba el padre del psicoanálisis y en la que me refugié durante mucho tiempo por haber vivido esa misma coacción y peor. En mi consulta no deja de asombrarme la cantidad de mujeres que se prostituye dentro de su matrimonio, y no me refiero a que salgan a buscar quien les pague un favor sexual, sino precisamente a lo que viven dentro de su propio matrimonio intercambiando sexo o servicio de comida por manutención y un hogar seguro. ¿Seguro? Aquí se vive plenamente en la oscuridad y el machismo mexicano se mantendrá mientras haya mujeres que se lo permitan a ellas mismas. El valiente existe hasta que el cobarde quiere. El control existe mientras haya quien se deje dominar. Controlar no es virtud del que lo ejerce, eso es un espejismo del ego, es una oportunidad que el controlado le permite.
• Dar órdenes y exigir pefección a los miembros de la familia o amigos.
Ésta es una de las grandes lecciones de vida que me costó trabajo aprender. Incluso, en aquella despedida de quien te conté en el punto anterior, sus últimas palabras hacia mí fueron: «Recuerda que no existe nadie perfecto». Yo durante años busqué la relación perfecta. No existe tal. ¡Por supuesto que sí existe la perfectible! Hoy la vivo en plena luz, pero del lado oscuro no se contempla ni la remota posibilidad de ello. El que se encuentra ahí, es quien se pasa diciendo cómo le gustan que se hagan las cosas, y si no, la despedida es la opción. Es quien amedrenta a la familia con sus reglas o de lo contrario amenaza con el divorcio o la separación. La intolerancia del ego se manifiesta en todos sus actos. Aquí te puedo asegurar que una persona así sufre, y sufre amargamente porque nunca puede confesar su sufrimiento a nadie, su ego perdería impacto. El ego tiene miedo de aparecer débil y necesitado de amor. Entonces lo desprecia.
Con lo anterior sólo te quise nombrar algunos de los ejemplos más significativos del comportamiento en el lado oscuro. Todos en algún momento de nuestras vidas los hemos practicado, y es que llegamos a oscuras para poder avanzar en nuestra vida hacia la luz conociendo las diferencias. Si todavía estás atrapado en la oscuridad, una de mis mayores ilusiones de ayuda para ti, es convencerte de que del lado de la luz se está mucho mejor, muchísimo mejor, no te imaginas cuánto.
Tu mente enfocada en el ego no tiene la capacidad más mínima para intentar sospechar lo bien que se está del otro lado. Pero si algo en el fondo de tu corazón te hace sentir cuando menos curiosidad por abrir esa puerta y llevarte más allá del ego, entonces valdría la pena comentarte algunas …
Sugerencias para evolucionar pasando al lado de la luz
– Escucha. Practica conscientemente el desafío de acallar el parloteo de tu ego y concéntrate en lo que te dice la otra persona. Escucha. Sólo escucha. Esto atraerá a más personas hacia ti y te sentirás tremendamente unido a todas ellas. Fluirá más amor hacia ti y a través de ti. Pronto te darás cuenta de que la gente no quiere ser cambiada, sólo quiere ser escuchada con todo respeto y amor. y precisamente una divina muestra de amor es escuchar con total atención y sin interrupciones. Quizá por eso cuando rezamos en un templo, tal parece que Dios solamente nos escucha y con eso basta para sentimos aliviados. Es cualidad divina en el hombre el saber escuchar. Es tanta la necesidad del mismo hombre para abrirse con alguien que sabe escuchar que en este planeta hay gente dispuesta a pagar grandes sumas de dinero por ser escuchadas con total atención y sin crítica alguna.
Me consta. Michael Moore en su extraordinario documental llevado al cine «Bowling for Colurnbine» entrevista a una estrella del rock muy con trovertida e ídolo de muchos jóvenes en aque país, Marilyn Manson, preguntándole qué les diría a los niños y adolescentes de aquella escuel de Columbine en Denver luego del atentado qu uno de sus alumnos perpetró contra varios de su compañeros y de sus maestros, a lo que Manson respondió: » yo no les diría nada, los escucharía. Desde ese día me simpatizó el artista.
- Permite que los demás sean como quieren ser. . Además si no lo haces, incluso así serán come quieren ser. El deseo de ser de alguien es algo totalmente independiente de ti. Aunque el ego siempre trate de demostrarte lo contrario, tu espíritu sabe que no es así. Todos, absolutamente to dos, nos dirigimos hacia la luz, cada quien va a Sl paso y cruzando por su propio momento de evolu ción. Respeta el ritmo que cada quien lleva en Sl propio proceso de despertar con el mismo rigo con el que tú puedes exigir que se respete el tuyo Es privilegio de todos. Si sientes que no entiende: los comportamientos de determinada persona, n< intentes cambiada y, como dije antes, no se trata, de que la aceptes, se trata de que no la odies o dis crimines. Tan sólo comprende y con ello entende rás que el momento de su proceso no le permitt darse cuenta de más, y no puede observar el grado de luz que tú ya has visto, y que su ceguera merece todo tu respeto, ya le llegará su momento de luz. Por el momento, te recomiendo que desde tu interior le envíes tu amor y permite que cada quien siga por su camino sin el más mínimo resentimiento o sensación de que las cosas se deberían haber hecho de otra manera. Todo está bien. Te garantizo que esto traerá salud a tu vida. Con el tiempo lograrás ver que la comprensión abre la puerta de la tolerancia y de la aceptación total y que esta última abre las puertas directas al amor.
• A lo mucho, recomienda y sugiere, pero nada más. Aunque de hecho, no podrás hacer nada más. Bueno, sí puedes hacer algo más: molestarte, enfadarte, frustrarte y enfermarte porque tal parece que no te hacen caso. Por ello te recomiendo: a lo mucho sugiere, y nada más. Es un reflejo muy natural del ser humano que cuando encuentra algo que le trajo alegría y bienestar lo desea comunicar y compartir con sus semejantes. Todos sabemos lo frustrante que resulta compartir un bello hallazgo con alguien que no le interesa encontrar nada. He aprendido que saber la solución de algo no es garantía de evitar que suceda algún problema. Sería como creer que por estudiar Medicina la persona no se enfermará; y es que también he aprendido que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. Tal vez por eso algunos amantes del desarrollo humano, como yo, disfrutamos tanto, pero tanto, de escribir con nuestras sugerencias y nada más, ya que escribir nos hace sentir que cumplimos con nuestra misión de informar y ayudar, pero la decisión de ser ayudados e informados ya depende exclusivamente del lector en su propio deseo de progresar, eso ya nada tiene que ver con nosotros.
• Convive con alguien muy diferente a ti, ocasionalmente. Esto lo vengo practicando desde hace pocos años a la fecha y me ha servido comprender la mirÍada de manifestaciones que puede haber en una persona y entender que todas son respetables y dignas de ser amadas. He aprendido a amar a mis semejantes en virtud precisamente de las semejanzas que todos tenemos incluso siendo tan diferentes. Por favor, inténtalo y verás lo que sucede. Aprende a escuchar relatos que tu ego por un momento te dirá que no tiene caso escuchar, aprende a escuchar música que tu ego te dirá que ni le entiendes, aprende a ver que existen diferentes formas de vestir y que aun así es un humano tan digno como tú quien porta esas prendas. Convivir con alguien muy diferente a mí en varias ocasiones, me ha permitido aprender a ser más tolerante y a comprender más al ser humano. Encerrado en tu misma casa o condición, no será la mejor manera de conocer la enorme gama de manifestaciones humanas con las que Dios nos ha permitido convivir Intenta esto ocasionalmente y verás la paz con que empezarás a ver el mundo al demandar cada vez menos control. Estarás abatiendo a tu ego.
• Atrápate queriendo corregir a alguien y detente en la paz. En el preciso momento en que sientas el impulso de corregir a alguien y empezar una discusión, pregúntate en tu interior: ¿Por quién quiero ser dirigido, por mi ego o por mi espíritu? Si lo haces, empezarás a cambiar tu perspectiva de una manera importante. También puedes preguntan e en tu interior: «¿Qué haría el Amor?» Y obtendrás la respuesta con la suficiente motivación para hacer lo mismo. Como ya te lo he comentado antes, cada vez que tengas la opción de demostrar que tienes la razón o de ser amable, sé amable. Las consecuencias son en el orden de lo divino. Te empezará a gustar vivir en paz y te sorprenderás de la cantidad de cosas sin importancia por las que antes querías tener el control y te molestabas.
• Sabe que nadie quiere tus conflictos. La gente quiere la paz. En nuestra verdadera esencia todos buscamos paz. Pero al ego le fascinan la agitación y los conflictos, razón por la cual hay tantos en el mundo. Egos contra egos. Pero cuando alguien quiere ver la luz, alcanza a ver lo innecesario de muchos conflictos, si no de todos. Alguien que vive generando conflictos por necesidad de control, no es más que alguien que en ello grita su deseo de amar y ser amado. Por ello cuando se responde con amor a un conflicto, éste se desvanece. Deja pasar el conflicto e imagina que sucedió hace mucho tiempo, verás que con esta idea, como si ya hubiera pasado mucho tiempo, sentirás hasta flojera de platicarlo. ¡Lo lograste! Ahora platica de cosas hermosas o, mejor aún, escucha con atención a personas que te quieran platicar sus avances y logros sin someterlos a tu consideración. Disfruta solamente.
Con lo anterior te he querido compartir lo que ha surgido directamente desde mi corazón. En mucho de lo que te dije no tengo mayor sustento que mi propia y subjetiva experiencia. No sé si hay aval científico y demostrable para lo que te he sugerido. Tampoco me interesa si lo hay. Lo único que te puedo decir es que la intención con la que plasmé mis letras fue que la energía que sentí fuera directamente de mi espíritu hacia el tuyo. Eso es todo. La ausencia de control y la verdadera comprensión me enamoraron cuando leí las siguientes palabras de George Bernard Shaw (18561950) que aquí transcribo para ti:
Ésta es la verdadera dicha de la vida: ser utilizado para un propósito que para ti es sublime. Ser una fuerza de la na-turaleza, en lugar de un febril, egoísta e insignificante manojo de enfermedades y sufrimientos que se queja de que el mundo no se preocupa por hacerle feliz. Yo opino que mi vida pertenece a la comunidad y que, mientras viva, tengo el privilegio de hacer por ella todo lo que pueda.
Quiero haber sido bien utilizado cuando muera, puesto que cuanto más duro trabajo, más vivo me siento. Disfruto de la vida en sí misma. La vida no es para mí una «breve llama»; es como una magnífica antorcha que ahora sostengo en mi mano, que deseo que arda en todo su esplendor antes de entregársela a las generaciones futuras.
Con lo que hemos aprendido juntos hasta aquí, quizás ya halla llegado el momento de ir más allá y continuar nuestro camino con algo todavía más desafiante para nuestro ego, algo que libera en verdad, algo que nos eleva a niveles nunca antes sospechados, algo que nos indica que llegó el momento de ver más luz pasando …
“DEL ODIO Y EL RENCOR, AL PERDÓN”
Tema del siguiente capítulo