313-Curso de autoestima. Para ver en video: https://www.youtube.com/watch?v=bfbu1459mKM
313. Estrategias de la Mente para evitar el Presente
«Hasta que usted no se valore, no valorará su tiempo. Hasta que no valore su tiempo, no hará nada con él.»
– M. Scott Peck
LA PÉRDIDA DEL TIEMPO PRESENTE: EL ENGAÑO FUNDAMENTAL
Incluso si acepto completamente que en últimas el tiempo es una ilusión ¿qué diferencia va a causar esto en mi vida? Aún tengo que vivir en un mundo que está completamente dominado por el tiempo.
La aceptación intelectual es simplemente otra creencia y no cambiará mucho su vida. Para realizar esta verdad, usted tiene que vivirla. Cuando cada célula de su cuerpo esté tan presente que se sienta vibrar con la vida, y cuando usted pueda sentir en cada momento de la vida la alegría de Ser, entonces puede decirse que usted está libre del tiempo.
Pero todavía tengo que pagar las cuentas mañana, y me volveré viejo y moriré como los demás. ¿Cómo puedo decir que estoy libre del tiempo?
Las cuentas de mañana no son el problema. La disolución del cuerpo físico no es un problema. El problema es la pérdida del Ahora, o más bien: el engaño central que convierte una mera situación, evento o emoción en un problema personal y en sufrimiento. La pérdida del Ahora es la pérdida del Ser. Ser libre del tiempo es ser libre de la necesidad psicológica del pasado para su identidad y del futuro para su realización. Representa la transformación más profunda de la conciencia que usted pueda imaginar. En algunos casos raros, este cambio en la conciencia ocurre dramática y radicalmente, de una vez por todas.
Cuando ocurre, generalmente viene por medio de una rendición total en medio de sufrimiento intenso. La mayor parte de las personas, sin embargo, tiene que trabajar en ello.
Cuando usted ha tenido los primeros atisbos del estado intemporal de conciencia, comienza a avanzar y retroceder entre las dimensiones del tiempo y la presencia. Primero se vuelve consciente de cuán raramente su atención está realmente en el Ahora. Pero saber que no está presente es un gran éxito: este conocimiento es presencia, incluso si inicialmente sólo dura un par de segundos del tiempo del reloj y se pierde de nuevo.
Después, con frecuencia creciente, usted escoge tener la atención de su conciencia en el presente, más que en el pasado o en el futuro y cada vez que se da cuenta de que había perdido el Ahora, puede permanecer en él, no por un par de segundos sino por periodos más largos percibidos desde la perspectiva externa del tiempo del reloj. Así que antes de estar establecido firmemente en el estado de presencia, es decir antes de ser completamente consciente, usted fluctúa por un tiempo entre la conciencia y la inconsciencia, entre el estado de presencia y el de identificación con la mente. Usted pierde el Ahora y vuelve a él, una y otra vez.
Eventualmente, la presencia se vuelve su estado predominante.
Para la mayor parte de las personas, la presencia no se experimenta nunca o sólo accidental y brevemente en escasas ocasiones, sin ser reconocida como lo que es. La mayoría de los seres humanos alternan, no entre conciencia e inconsciencia sino sólo entre distintos niveles de inconsciencia.
INCONSCIENCIA ORDINARIA E INCONSCIENCIA PROFUNDA
¿Qué quiere decir con distintos niveles de inconsciencia?
Como probablemente sabe, mientras duerme usted se mueve constantemente entre las fases del dormir sin sueños y el estado de soñar. De forma similar, en el estado de vigilia la mayoría de las personas sólo cambia entre inconsciencia ordinaria e inconsciencia profunda. Lo que yo llamo inconsciencia ordinaria significa estar identificado con sus procesos de pensamiento y con sus emociones, sus reacciones, deseos y aversiones. Es el estado normal de la mayoría de las personas. En ese estado usted está gobernado por la mente egotista, y es inconsciente del Ser. Es un estado no de dolor o infelicidad agudos, sino de un nivel bajo de incomodidad, descontento, aburrimiento o nerviosismo casi continuos, una especie de estática de fondo.
Puede ser que usted no se dé cuenta de esto porque es parte frecuente de la vida «normal», del mismo modo que no se hace consciente de un ruido continuo de fondo bajo, como el zumbido de un aire acondicionado, hasta que se detiene. Cuando se detiene de repente, hay una sensación de alivio. Muchas personas usan el alcohol, las drogas, el sexo, la comida, el trabajo, la televisión o incluso el ir de compras como anestésicos, en un intento inconsciente por suprimir la incomodidad básica. Cuando esto ocurre, una actividad que podría ser muy agradable, si se usa con moderación, se convierte en una actividad compulsiva o adictiva, y todo lo que se logra a través de ella es un brevísimo alivio de síntomas.
La incomodidad de la inconsciencia ordinaria se convierte en el dolor de la inconsciencia profunda – un estado de sufrimiento o infelicidad más agudo y más obvio – cuando las cosas «van mal», cuando el ego está amenazado o en su situación vital hay un reto, una amenaza o una pérdida importante, reales o imaginarias; o cuando hay conflicto en una relación. Es una versión intensificada de la inconsciencia ordinaria, diferente de ella no en el tipo sino en el grado.
En la inconsciencia ordinaria, la resistencia habitual o negación de lo que es crea la incomodidad y el descontento que la mayoría de las personas aceptan como la forma normal de vivir. Cuando esta resistencia se intensifica por algún reto o amenaza al ego, trae negatividad intensa en la forma de ira, miedo agudo, agresión, depresión, etcétera. La inconsciencia profunda a menudo significa que el cuerpo del dolor ha sido disparado y que usted se ha identificado con él. La violencia física sería imposible sin inconsciencia profunda. Puede ocurrir también cuando una multitud de personas o incluso toda una nación genera un campo colectivo de energía negativa.
El mejor indicador de su nivel de conciencia es cómo maneja los retos de la vida cuando llegan. En esos retos, una persona ya inconsciente tiende a volverse más profundamente inconsciente y una persona consciente más intensamente consciente. Usted puede utilizar un reto para despertar, o puede permitir que lo empuje a un sueño aún más profundo. El sueño de la inconsciencia ordinaria se convierte entonces en una pesadilla.
Si usted no puede estar presente ni siquiera en circunstancias normales, tales como cuando está sentado solo en una habitación, caminando por el bosque o escuchando a alguien, ciertamente no podrá permanecer consciente cuando algo «va mal» o se enfrenta con gente o situaciones difíciles, con la pérdida o la amenaza de pérdida. Usted será dominado por una reacción, que en última instancia es siempre una forma de miedo, y arrastrado a la inconsciencia profunda. Esos retos son sus pruebas. Sólo la forma en que usted los resuelva le mostrará a usted y a los demás en qué punto está en cuanto a su estado de conciencia, no el tiempo que puede permanecer sentado con los ojos cerrados o qué visiones tiene.
Así que es esencial traer más conciencia a su vida en las situaciones ordinarias cuando todo transcurre con relativa facilidad. De esta forma, usted crece en poder de presencia. Eso genera un campo de energía en usted y alrededor de usted de una gran frecuencia de vibraciones. Ni la inconsciencia, ni la negatividad, ni la discordia o la violencia pueden penetrar en ese campo y sobrevivir, lo mismo que la oscuridad no puede sobrevivir en la presencia de la luz.
Cuando usted aprenda a ser testigo de sus pensamientos y emociones, que es una parte esencial de estar presente, puede quedar sorprendido cuando se dé cuenta por primera vez de la «estática» de fondo de inconsciencia ordinaria que tiene y de qué pocas veces si acaso alguna, usted está verdaderamente a gusto consigo mismo. En el nivel de su pensamiento, usted encontrará mucha resistencia en forma de juicio, descontento y proyección mental lejos del Ahora. En el nivel emocional, habrá una corriente subterránea de incomodidad, tensión, aburrimiento o nerviosismo. Todos son aspectos de la mente en su modo de funcionamiento habitual de resistencia al presente.
¿QUÉ ESTÁN BUSCANDO?
Carl Jung cuenta en uno de sus libros una conversación que tuvo con un jefe indígena norteamericano que le señaló que tal como él lo percibía los blancos tienen caras tensas, ojos penetrantes y un porte cruel. Dijo «Están siempre buscando algo. ¿Qué están buscando? Los blancos siempre quieren algo. Siempre están incómodos e inquietos. No sabemos lo que quieren. Creemos que están locos».
La corriente subterránea de desasosiego constante comenzó mucho antes del surgimiento de la civilización industrial occidental, por supuesto, pero en la civilización occidental, que ahora cubre casi todo el globo, incluyendo la mayor parte del Este, se manifiesta en una forma aguda sin precedentes. Estaba ahí ya en la época de Jesús y también seiscientos años antes, en la época del Buda, y mucho antes. ¿Por qué están siempre inquietos? Preguntaba Jesús a sus discípulos. «¿Puede la preocupación añadir un solo día a su vida?» Y el Buda enseñó que la raíz del sufrimiento debe buscarse en nuestro continuo desear y ansiar.
La resistencia al Ahora como disfunción colectiva está intrínsecamente conectada con la pérdida de conciencia de Ser y constituye la base de nuestra deshumanizada civilización industrial. Freud, a propósito, también reconoció la existencia de esta corriente subterránea de desasosiego y escribió sobre ella en su libro El Malestar en la Cultura, pero no reconoció la verdadera raíz del desasosiego y no se dio cuenta de que es posible liberarse de él. Esta disfunción colectiva ha creado una civilización muy infeliz y extraordinariamente violenta que se ha convertido en una amenaza, no sólo para sí misma sino también para toda forma de vida sobre el planeta.
DISOLUCIÓN DE LA INCONSCIENCIA ORDINARIA
Entonces ¿cómo podemos liberarnos de esta aflicción?
Hágala consciente. Observe las muchas formas en que el desasosiego, el descontento y la tensión surgen dentro de usted a causa del juicio innecesario, de la resistencia a lo que es y de la negación del Ahora. Todo lo inconsciente se disuelve cuando usted hace brillar la luz de la conciencia sobre ello. Una vez que sepa cómo disolver la inconsciencia ordinaria, la luz de su presencia brillará fuertemente y será mucho más fácil lidiar con la inconsciencia profunda cuando sienta su fuerza gravitacional. Sin embargo, la inconsciencia ordinaria puede no ser fácil de detectar inicialmente porque es tan normal.
Convierta en un hábito monitorear su estado mental-emocional por medio de la observación de sí mismo. «¿Estoy tranquilo en este momento?» es, una buena pregunta para que se la haga frecuentemente. O puede preguntar: «¿Qué está ocurriendo en mí en este momento?» Esté al menos tan interesado en lo que pasa en su interior como en lo que ocurre fuera. Si su interior está bien, lo exterior estará en orden. La realidad primaria está dentro, la secundaria fuera. Pero no conteste estas preguntas inmediatamente. Dirija su atención hacia adentro. Eche una mirada a su interior. ¿Qué clase de pensamientos está produciendo su mente?
¿Qué siente? Dirija su atención hacia el cuerpo. ¿Hay alguna tensión? En cuanto detecte que hay un poco de desasosiego, una estática de fondo, observe en qué forma está evitando, resistiéndose o negando la vida, al negar el Ahora. Hay muchas formas en las que las personas se resisten inconscientemente al momento presente. Le daré algunos ejemplos. Con práctica, su poder de observación de sí mismo, de monitorear su estado interior, se agudizará.
LA LIBERACIÓN DE LA INFELICIDAD
¿Le desagrada hacer lo que está haciendo? Puede ser su trabajo, o puede haber aceptado hacer algo y lo está haciendo, pero parte de usted se resiente y se resiste a ello. ¿Tiene un resentimiento no confesado hacia una persona cercana a usted? ¿Se da cuenta de que la energía que emana por eso es tan dañina en sus efectos que de hecho usted se está contaminando a sí mismo así como a los que lo rodean? Observe detenidamente su interior. ¿Existe la menor traza de resentimiento, de mala voluntad? Si la hay, obsérvela tanto en el nivel intelectual como en el emocional. ¿Qué pensamientos está creando su mente alrededor de esta situación? Entonces mire a la emoción, que es la reacción del cuerpo a esos pensamientos. Sienta la emoción. ¿Es placentera o desagradable? ¿Es una energía que usted realmente escogería tener dentro? ¿Tiene elección?
Quizá se están aprovechando de usted, quizá la actividad en la que está involucrado es tediosa, quizá alguien cercano a usted es deshonesto, irritante o inconsciente, pero todo eso es irrelevante. Que sus pensamientos y emociones acerca de esa situación sean justificados o no, no hace ninguna diferencia. El hecho es que usted se está resistiendo a lo que es. Está convirtiendo el momento presente en un enemigo. Está creando infelicidad, conflicto entre lo interior y lo exterior. Su infelicidad está contaminando, no sólo su propio ser interior y a los que lo rodean, sino también la psique humana colectiva, de la cual usted es parte inseparable. La contaminación del planeta es sólo un reflejo exterior de una contaminación psíquica interior: millones de indivi duos inconscientes que no asumen la responsabilidad de su espacio interior.
Usted debe, o bien dejar de hacer lo que está haciendo, hablar a la persona que tiene que ver en el asunto y expresar completamente lo que siente, o abandonar el negativismo que ha creado su mente en torno a la situación y que no sirve para ningún propósito excepto para fortalecer un falso sentido de usted mismo. Es importante reconocer su futilidad. La negatividad no es nunca una forma óptima de manejar cualquier situación. De hecho, en la mayoría de los casos lo mantiene atascado en ella, bloqueando el cambio real. Todo lo que se haga con energía negativa, quedará contaminado por ella y con el tiempo hará surgir más dolor, más infelicidad. Además, todo estado interior negativo es contagioso: la infelicidad se extiende más fácilmente que una enfermedad física. Por la ley de la resonancia, dispara y alimenta la negatividad latente de los demás, a menos que sean inmunes, es decir, altamente conscientes.
¿Está usted contaminando el mundo o limpiando el desorden? Usted es responsable de su estado interior; nadie más lo es, así como usted también es responsable por el planeta. Lo mismo que ocurre dentro, ocurre fuera: si los seres humanos limpian la contaminación interior, también dejarán de crear contaminación exterior.
¿Cómo podemos abandonar la negatividad, tal como usted sugiere?
Soltándola. ¿Cómo suelta un trozo de carbón caliente que tiene en la mano? ¿Cómo suelta un equipaje pesado e inútil que lleva? Reconociendo que usted no quiere sufrir el dolor o soportar la carga más y después dejándola ir.
La inconsciencia profunda, tal como el cuerpo del dolor u otro dolor profundo, como la pérdida de un ser amado, a menudo deben ser transmutados por medio de la aceptación combinada con la luz de su presencia, su atención sostenida. Por otra parte, muchos patrones de la inconsciencia ordinaria pueden soltarse simplemente en cuanto usted sabe que no los quiere y no los necesita, una vez que usted se da cuenta de que tiene elección, de que no es sólo un montón de reflejos condicionados. Todo esto implica que usted es capaz de acceder al poder del Ahora. Sin él no tiene elección.
Si usted llama a algunas emociones negativas, ¿No está creando una polaridad mental de bien y mal, tal como explicó antes?
No. La polaridad se creó en una etapa anterior, cuando su mente juzgó el momento presente como malo; este juicio creó entonces la emoción negativa.
Pero si usted llama a algunas emociones negativas ¿no está realmente diciendo que no deberían estar allí, que no está bien tener esas emociones? Yo entiendo que deberíamos darnos permiso de tener cualquier sentimiento que surja, en lugar de juzgarlos como malos o decir que no deberíamos tenerlos. Está bien sentirse resentido; está bien estar enfadado, irritado, de mal humor o cualquier otra cosa, de lo contrario entramos en la represión, en el conflicto interior o en la negación. Todo está bien como es.
Por supuesto. Una vez que un patrón mental, una emoción o una reacción están ahí, acéptelos. No fue lo suficientemente consciente para hacer una elección en el asunto. Eso no es un juicio, ;solamente un hecho. Si usted tuviera elección, o se diera cuenta, de que realmente tiene una elección ¿escogería el sufrimiento o la alegría, la tranquilidad o el desasosiego, la paz o el conflicto? ¿Escogería un pensamiento o un sentimiento que lo separa de su estado natural de bienestar, la alegría de la vida dentro de usted? A cualquier sentimiento de este tipo lo llamo negativo, lo que simplemente significa malo. No en el sentido de que «Usted no debería haber hecho eso» sino simplemente mal fáctico, como sentirse mal del estómago.
¿Cómo es posible que los seres humanos mataran a cien millones de congéneres solamente en el siglo XX?
Que los seres humanos se inflijan dolor mutuamente en tal magnitud está más allá de lo que uno puede imaginar. Y eso no toma en cuenta la violencia mental, emocional y física, la tortura, el dolor y la crueldad que continúan causándose, así como la que causan a otros seres sensibles diariamente. ¿Actúan así porque están en contacto con su estado natural, la alegría de la vida que hay en ellos? Por supuesto que no.
Sólo las personas que están en un estado profundamente negativo, que se sienten realmente muy mal, crearían una realidad así como reflejo de la forma en que se sienten. Ahora están empeñados en destruir la naturaleza y el planeta que los sostiene. Increíble, pero cierto. Los seres humanos son una especie peligrosamente demente y muy enferma. Eso no es un juicio, es un hecho. También es un hecho que la salud mental está ahí, bajo la locura. La curación y la redención son posibles ahora.
Volviendo específicamente a lo que usted dijo, es verdad que cuando usted acepta su resentimiento, su mal humor, su rabia, ya no está obligado a actuar ciegamente, y es menos probable que los proyecte en los demás.
Pero me pregunto si no está engañándose a sí mismo. Cuando usted ha practicado la aceptación por un tiempo, como usted lo ha hecho, llega un momento en que necesita pasar a la siguiente etapa, en la que esas emociones negativas ya no se producen. Si usted no lo hace, su ‘aceptación» se vuelve simplemente una etiqueta mental que le permite a su ego continuar complaciéndose en la infelicidad y fortalecer así su sentido de la separación de los demás, de lo que lo rodea, del aquí y el ahora. Como sabe, la separación es la base del sentido de identidad del ego. La verdadera aceptación transmutaría esos sentimientos inmediatamente. Y si en realidad usted supiera profundamente que todo está «bien», tal como usted lo dice, lo que por supuesto es verdad, ¿tendría, para empezar, esos sentimientos negativos? Sin juicio, sin resistencia a lo que es, no surgirían. Usted tiene una idea en la mente de que «todo está bien», pero en el fondo no lo cree, así que los viejos patrones mentales-emocionales de resistencia están todavía en su lugar. Eso es lo que lo hace sentir mal.
Eso está bien también.
¿Está defendiendo su derecho a ser inconsciente, su derecho a sufrir? No se preocupe: nadie le va a quitar eso. Una vez se dé cuenta de que cierto tipo de alimento lo enferma ¿continuaría comiendo ese alimento y asegurando que está bien estar enfermo?
DONDE ESTÉ, ESTÉ PLENAMENTE ALLÍ
¿Puede darme más ejemplos de inconsciencia ordinaria?
Vea si puede sorprenderse a sí mismo lamentándose, de palabra o de pensamiento, de una situación en la que se encuentra, de lo que los demás hacen o dicen, de lo que lo rodea, de su situación vital, o incluso del tiempo. Quejarse es siempre falta de aceptación de lo que es. Invariablemente lleva una carga negativa inconsciente. Cuando se queja, se convierte en una víctima. Cuando se explica, está en posesión de su poder.
Así que cambie la situación actuando o hablando claro si es necesario o posible; salga de la situación o acéptela. Lo demás es locura.
La inconsciencia ordinaria siempre está ligada en alguna forma con la negación del Ahora. El Ahora, por supuesto, también implica el aquí. ¿Se está resistiendo a su aquí y ahora? Algunas personas preferirían estar siempre en otro lugar. Su «aquí» nunca es satisfactorio. Por medio de la observación de sí mismo, descubra si es el caso en su vida. Dondequiera que esté, esté plenamente allí. Si encuentra su aquí y ahora intolerable y lo hace infeliz, tiene tres opciones: apártese de la situación, cámbiela o acéptela totalmente. Si quiere tomar la responsabilidad de su vida, debe escoger una de esas tres opciones y debe escoger ahora. Después acepte las consecuencias, sin excusas, sin negatividad, sin contaminación psíquica. Mantenga su espacio interior despejado.
Si usted emprende algún tipo de acción – cambiar su situación o salir de ella – suelte la negatividad primero, si es posible. La acción que surge de la comprensión de lo que se requiere es más efectiva que la que surge de la negatividad.
Cualquier acción es a menudo mejor que la no acción, especialmente si ha estado detenido en una situación de infelicidad durante mucho tiempo. Si comete un error, al menos aprende algo, en cuyo caso ya no es un error. Si permanece atascado no aprende nada. ¿Le impide el miedo emprender una acción? Reconozca el miedo, obsérvelo, ponga su atención en él, esté completamente presente con él. Hacer esto corta el vínculo entre el miedo y su pensamiento. No permita que el miedo surja en su mente. Use el poder del Ahora. El miedo no puede prevalecer contra él.
Si realmente no hay nada que pueda hacer para cambiar su aquí y ahora, y no puede alejarse de la situación, entonces acéptelo totalmente soltando cualquier resistencia interior. El yo falso e infeliz que adora sentirse desgraciado, resentido o compadecerse de sí mismo no puede sobrevivir entonces. A eso se le llama rendición. La rendición no es debilidad. Hay gran fortaleza en ella. Sólo una persona rendida tiene poder espiritual, Por medio de la rendición, usted será libre interiormente de la situación. Puede que descubra entonces que la situación cambia sin ningún esfuerzo de su parte. En cualquier caso, usted es libre ¿O hay algo que usted «debería» estar haciendo pero que no hace? Levántese y hágalo ahora. O como alternativa, acepte completamente su inactividad, su pereza o su pasividad en este momento, si esa es su elección. Entre en ella completamente, goce de ella. Sea todo lo perezoso e inactivo que pueda. Si se aplica a ello completa y conscientemente, pronto saldrá de ello. O quizá no. En cualquier caso, no hay conflicto interior, ni resistencia, ni negatividad.
¿Está estresado? ¿Está tan ocupado tratando de llegar al futuro que el presente se reduce a un medio de llegar allá? El estrés es causado por estar «aquí», pero querer estar «allá»; o estar en el presente pero querer estar en el futuro. Es una ruptura que lo desgarra interiormente. Crear y vivir con un desgarro interior así es malsano. Si usted tiene que hacerlo, puede moverse de prisa, trabajar de prisa o incluso correr, sin proyectarse en el futuro y sin resistirse al presente. Según se mueve, trabaja, corre, hágalo totalmente. Goce el flujo de energía, la alta energía de ese momento. Ahora no estará ya estresado ni partido en dos, sólo moviéndose, corriendo, trabajando y gozándolo. O puede dejarlo todo y sentarse en una banca del parque. Pero cuando lo haga, observe su mente. Puede que diga: «Deberías estar trabajando. Estás perdiendo tiempo». Observe la mente, sonríale.
¿El pasado toma gran parte de su atención? ¿Habla de él, piensa frecuentemente en él, ya sea positiva o negativamente? ¿Las grandes cosas que ha logrado, sus aventuras o experiencias, o su historia de víctima y las cosas horribles que le han hecho, o quizá lo que usted le hizo a otra persona? ¿Sus procesos de pensamiento están creando culpa, orgullo, resentimiento, ira, remordimiento o autocompasión? Entonces usted no sólo está reforzando un sentido falso de identidad sino también ayudando a acelerar el proceso de envejecimiento de su cuerpo al producir una acumulación de pasado en su psique. Verifique esto por sí mismo observando a los que lo rodean que tienen una fuerte tendencia a aferrarse al pasado.
Muera al pasado en cada momento. Usted no lo necesita. Refiérase a él sólo cuando sea absolutamente relevante para el presente. Sienta el poder de este momento y la plenitud de Ser. Sienta su presencia.
¿Está preocupado? ¿Piensa a menudo qué pasaría si …? Usted está identificado con su mente, que está proyectándose a sí misma en una situación futura imaginaria y creando miedo. No hay forma de que usted pueda hacer frente a esa situación porque no existe. Es un fantasma mental. Usted puede detener esta locura que corroe la salud y la vida simplemente reconociendo el momento presente. Hágase consciente de su respiración. Sienta el aire que fluye de y hacia su cuerpo. Sienta su campo interior de energía.
Todo lo que usted tiene que manejar, enfrentar, en la vida real – por oposición a las proyecciones imaginarias de la mente – es este momento. Pregúntese a sí mismo qué «problema» tiene ahora mismo, no el año que viene, mañana o dentro de cinco minutos. ¿Qué está mal en este momento? Usted puede siempre enfrentar el Ahora, pero nunca puede enfrentar el futuro, ni tiene que hacerlo. La respuesta, la fuerza, la acción o el recurso correctos estarán allá cuando los necesite, no antes ni después.
«Un día lo lograré». ¿Su meta le toma tanta atención que reduce el momento presente a un medio para lograr un fin? ¿Eso le está arrebatando la alegría de lo que hace? ¿Está esperando para empezar a vivir? Si usted desarrolla un patrón mental así, no importa lo que alcance o logre, el presente nunca será suficientemente bueno; el futuro siempre parecerá mejor. Una receta perfecta para la insatisfacción y falta de realización permanentes ¿no está de acuerdo?
¿Habitualmente usted está esperando algo? ¿Cuánto tiempo de su vida gasta esperando? Lo que yo llamo «espera a pequeña escala» es esperar en la cola del correo, en un embotellamiento de tráfico, en el aeropuerto, por la llegada de alguien o el final del trabajo. La «espera a gran escala» es esperar las próximas vacaciones, un empleo mejor, que los hijos crezcan, una relación realmente significativa, el éxito, hacerse rico, ser importante, alcanzar la iluminación. No es raro que la gente pase toda la vida esperando empezar a vivir.
Esperar es un estado mental. Básicamente significa que usted quiere el futuro, que no quiere el presente. No quiere lo que tiene. Con cualquier tipo de espera usted crea inconscientemente un conflicto entre su aquí y ahora, en el que no quiere estar, y el futuro proyectado, en el que desea estar. Esto reduce enormemente la calidad de su vida pues lo hace perder el presente.
No hay nada malo en esforzarse por mejorar la situación vital. Usted puede mejorar su situación vital, pero no puede mejorar su vida. La vida es primaria. La vida es su más profundo Ser interior. Ya es completa, perfecta.
Su situación vital consta de sus circunstancias y sus experiencias. No hay nada malo en establecer metas y esforzarse por lograr cosas. El error está en usar eso como sustituto del sentimiento de la vida, del Ser. El único punto de acceso a esto es el ahora. Usted es entonces como un arquitecto que no presta atención a los cimientos del edificio, pero pasa mucho tiempo trabajando en la superestructura.
Por ejemplo, muchas personas están esperando la prosperidad. No puede llegar en el futuro. Cuando usted honra, reconoce y acepta plenamente su realidad presente – dónde está, quién es, qué está haciendo ahora mismo -, cuando acepta plenamente lo que tiene, usted está agradecido de lo que tiene, de lo que es, de Ser. La gratitud por el momento presente y por la plenitud de la vida ahora es la verdadera prosperidad. No puede llegar en el futuro. Entonces, con el tiempo, esta prosperidad se le manifiesta de muchas formas.
Si usted está insatisfecho con lo que tiene, o incluso frustrado o enfadado con sus carencias presentes, eso puede motivarlo a volverse rico, pero aunque gane millones, continuará experimentando la condición interior de carencia y en el fondo seguirá sintiéndose no realizado. Usted puede tener muchas experiencias emocionantes que el dinero puede comprar, pero llegarán y se irán y lo dejarán siempre con una sensación de vacío y con la necesidad de más gratificación física o psicológica. Usted no habitará en el Ser para sentir la plenitud de la vida ahora, que es la única prosperidad verdadera.
Abandone la espera como un estado mental. Cuando se sorprenda a sí mismo cayendo en ella… salga inmediatamente. Vuelva al momento presente. Simplemente sea y goce el ser. Si usted está presente, no hay nunca necesidad de esperar por nada. Así que la próxima vez que alguien diga: «Siento haberte hecho esperar», puede contestar: «Está bien, no estaba esperando. Estaba parado aquí divirtiéndome, en el gozo de mí mismo».
Estas son sólo algunas de las estrategias habituales de la mente para negar el momento presente, que son parte de la inconsciencia ordinaria. Es fácil pasarlas por alto porque forman parte de la manera normal de vivir: la estática de fondo del descontento perpetuo. Pero cuanto más practique el monitoreo de su estado interior mental y emocional, más fácil le será saber cuándo ha sido atrapado en el pasado o en el futuro, es decir en la inconsciencia, y despertar del sueño del tiempo al presente. Pero esté alerta: el ser falso, el ser infeliz basado en la identificación con la mente, vi ve del tiempo. Sabe que el momento presente es su muerte y por eso se siente muy amenazado por él. Hará todo lo que pueda por apartarlo a usted de él. Tratará de mantenerlo atrapado en el tiempo.
EL PROPÓSITO INTERNO DEL VIAJE DE SU VIDA
Puedo ver la verdad de lo que está diciendo, pero aún creo que debemos tener un propósito en el camino de la vida; de otra forma simplemente vamos a la deriva; y el propósito significa futuro, ¿no? ¿Cómo reconciliar esto con vivir en el presente?
Cuando usted está de viaje, es ciertamente útil saber a dónde va o al menos la dirección general en la que se mueve, pero no lo olvide: lo único que es real en últimas en cuanto a su viaje es el paso que está dando en ese momento. Eso es todo lo que hay.
El viaje de su vida tiene un propósito externo y otro interno. El propósito externo es llegar a su meta o destino, lograr lo que decide hacer, alcanzar esto o aquello, lo que por supuesto, implica futuro. Pero si su destino, o los pasos que va a dar en el futuro, absorben tanto su atención que se vuelven más importantes para usted que el paso que está dando ahora, entonces pierde completamente el propósito interno, que no tiene nada que ver con a dónde va o con qué está haciendo sino con cómo.
No tiene nada que ver con el futuro sino con la calidad de su conciencia en este momento. El propósito externo pertenece a la dimensión horizontal del espacio y el tiempo; el propósito interno concierne a una profundización de su Ser en la dimensión vertical del Ahora sin tiempo. Su viaje externo puede constar de un millón de pasos; su viaje interno sólo tiene uno: el paso que está dando ahora mismo. Según se vuelve más profundamente consciente de ese único paso, se da cuenta de que ya contiene en sí mismo todos los demás pasos así como el destino. Este único paso se transforma entonces en una expresión de la perfección, un acto de gran belleza y calidad. Lo habrá llevado a usted al Ser y la luz del Ser brillará a través de él. Este es a la vez el propósito y el logro de su viaje interno, el viaje hacia usted mismo.
¿Importa si logramos nuestro propósito externo, si triunfamos o fracasamos en el mundo?
Le importará a usted mientras no haya logrado su propósito interno. Después de lograrlo, el propósito externo es solamente un juego que usted puede seguir jugando simplemente porque le divierte. Es posible también fracasar completamente en su propósito externo y al mismo tiempo triunfar totalmente en su propósito interno.
O al contrario, lo que es de hecho más común: riqueza exterior y pobreza interior, o «ganar el mundo y perder su alma», como dice Jesús. En últimas, por supuesto, todo propósito externo está condenado a «fracasar» tarde temprano, simplemente porque está sujeto a la ley de la falta de permanencia de todas las cosas. Cuanto antes se dé cuenta de que su propósito externo no puede darle realización duradera, mejor. Cuando ha visto las limitaciones de su propósito externo, renuncia a la expectativa irreal de que debería hacerlo feliz y lo subordina a su propósito interno.
EL PASADO NO PUEDE SOBREVIVIR EN SU PRESENCIA
Usted mencionó que pensar o hablar del pasado sin necesidad es una de las formas como evitamos el presente. Pero aparte del pasado que recordamos y con el que quizá nos identificamos, ¿no hay otro nivel de pasado dentro de nosotros que está mucho más profundamente establecido? Hablo del pasado inconsciente que condiciona nuestra vida, especialmente por medio de las experiencias de la infancia, quizá incluso de experiencias de vidas pasadas. Y además está nuestro condicíonamiento cultural, que tiene que ver con dónde vivimos geográficamente y el periodo de tiempo histórico en el cual vivimos. Todas esas cosas determinan cómo vemos el mundo, cómo reaccionamos, qué pensamos, qué clase de relaciones tenemos, cómo llevamos nuestra vida. ¿Cómo podríamos alguna vez llegar a ser conscientes de todo eso o librarnos de ello? ¿Cuánto tiempo llevaría eso? ¿E incluso si lo hiciéramos, qué quedaría?
¿Qué queda cuando la ilusión se acaba?
No hay necesidad de investigar el pasado inconsciente en usted, excepto en cuanto se manifiesta en este momento como un pensamiento, una emoción, un deseo, una reacción o un evento externo que le ocurre a usted. Lo que necesite conocer sobre el pasado inconsciente en usted, lo sacarán a flote los retos del presente.
Si usted ahonda en el pasado se convertirá en un pozo sin fondo: siempre hay más. Usted puede creer que necesita más tiempo para entender el pasado o ser libre de él, en otras palabras que el futuro lo liberará del pasado eventualmente. Este es un engaño. Sólo el presente puede liberarlo del pasado. Más tiempo no puede liberarlo del tiempo. Acceda al poder del Ahora. Ésa es la clave. ¿Qué es el poder del Ahora?
Nada más que el poder de su presencia, su conciencia liberada de las formas del pensamiento. Así pues, maneje el pasado en el nivel del presente. Cuanta más atención preste al pasado, más lo energiza y más probable es que lo convierta en una identidad. No interprete mal: la atención es esencial, pero no al pasado como pasado. Dé atención al presente; preste atención a su conducta, a sus reacciones, malos humores, pensamientos, emociones, miedos y deseos según ocurren en el presente.
El pasado está en usted. Si usted puede estar suficientemente presente para ver todas esas cosas, no crítica o analíticamente, sino sin juzgar, está manejando el pasado y disolviéndolo con el poder de su presencia. No puede encontrarse a sí mismo yendo hacia el pasado. Se encuentra a sí mismo viniendo al presente.
¿No es útil entender el pasado y así entender por qué hacemos ciertas cosas, reaccionamos de cierta forma o por qué creamos inconscientemente nuestro tipo particular de drama, nuestros patrones de relaciones y así sucesivamente?
Según se vuelve más consciente de su realidad presente, usted puede tener ciertas comprensiones súbitas de por qué su condicionamiento funciona de esa forma particular; por ejemplo, por qué sus relaciones siguen ciertos patrones, y puede recordar cosas que ocurrieron en el pasado y verlas más claramente. Eso está bien y puede servir de ayuda, pero no es esencial. Lo que es esencial es su presencia consciente. Eso disuelve el pasado. Ese es el agente transformador. Así pues, no busque entender el pasado, por el contrario sea tan presente como pueda. El pasado no puede sobrevivir en su presencia. Sólo puede sobrevivir en su ausencia.