012-Curso de autoestima
Para ver en video. https://www.youtube.com/watch?v=BlTjZO4N_zw
12. Ser ó no Ser
https://go.ivoox.com/rf/115351518
Dejemos de filosofar. Que significa ser un Buen nombre. Sélo.
Marco Aurelio
Lo que hoy voy a comentarte es de enorme trascendencia. Sobre todo si es que quieres vivir la magia de crear y lograr lo que tú realmente deseas en tu vida, sin ningún esfuerzo. Sea lo que sea, puedes tener o alcanzar lo que quieras sin el menor esfuerzo. Pero -este es un gran pero–, se requiere de algo esencial para lograrlo, y de esto te voy a hablar.
En toda mi vida de estudio del desarrollo humano me ha sorprendido la historia de la humanidad con los ejemplos de aquellos pocos seres extraordinarios que se atrevieron a ser y a hacer lo que realmente quisieron. Poetas, líderes, científicos, artistas, filósofos, pensadores, religiosos, políticos y un sinfín de seres verdaderamente admirables que se ganaron la distinción de pertenecer a las páginas de un libro de historia universal. A primeras de vista, todos ellos parecen locos. Quizá se trató de la locura necesaria para atreverse a ser diferentes a la mayoría. Como lo muestra la historia, muchos de ellos pagaron con sus vidas la defensa de sus ideas.
A muchos los mataron por como pensaban. Cuando analizo esto con detenimiento no me queda más que quedarme pasmado por la férrea convicción de esos admirables seres, al grado de dar su vida por sus pensamientos. ¿Y por qué te comento esto? Porque ese es un ingrediente fundamental para lograr llegar a un estado de conciencia superior en donde todo lo que deseas llega a ti. Creer en ti a tal magnitud que no te importa todo lo demás. En ese nivel de conciencia hay magia.
En toda la historia del desarrollo humano, en todos los textos habidos y por haber de la superación personal, en todos los ensayos de evolución espiritual, yo creo que no ha habido frase más pequeña y concreta que al mismo tiempo tenga una profundidad conceptual y desafiante más grande que aquella dicha por el genio de Shakespeare en Hamlet: «¿Ser o no ser?». ¡Eso es todo! En eso se podrían resumir miles y miles de libros que nos tratan de ayudar a un verdadero despertar de la conciencia. Esa es la única pregunta que se debe hacer uno en esta vida, para que si se responde «ser», ahí se abren las magnánimas puertas donde toda abundancia, toda salud, todo bienestar y amor, fluye naturalmente hacia uno. Pero, insisto, lo único que se requiere es tener las agallas de ser. Ser. Eso es todo. Ser lo que realmente somos y atreverse a manifestarlo al mundo. Ahí, Dios se hace presente en forma imponente en ese ser. Me consta.
Pero se antoja una pregunta: ¿Por qué es tan difícil ser, simplemente ser? Respuesta: porque mucha gente se ve limitada a expresarse por el temor al qué dirán, por el miedo al rechazo. Hemos sido educados para darle más importancia a la aceptación que a vivir la propia identidad. Y es que la tribu quiere que persista la tribu, y si alguien se atreve a ser diferente, la tribu se desmiembra. Por ello la gente elige «no ser» quien realmente está destinado a ser, con la comodidad de darle gusto a la tribu y así mantenerla como tal, conservar a la sociedad como tal, a la gente que nos marca con las creencias colectivas, pero pagando el precio de sentirse aceptados al tiempo que dejándose matar por la misma sociedad al no lograr ser lo que realmente se quiere y se está destinado a. Hoy me pregunto: ¿Qué sentido tendrá que la sociedad acepte a un muerto? Quizá solo hacer bulto.
Estoy seguro que nuestra sociedad necesita de seres vivos, que se sientan tremendamente vivos, y ello solo se logra siendo lo que realmente se es. No hay otra manera. Este es el desafío para todos nosotros. ¿Ser o no ser? Y «¡Ser!» es la respuesta para quien quiere sentirse vivo en esta vida y así experimentar la magia de manifestar todo aquello que piensa sin el más mínimo esfuerzo, esto es gran fuente de felicidad. En cambio, las personas que eligen la otra opción, no ser, están en esta vida pero no la viven, están pero no son, se transforman en cadáveres danzantes, muertos en vida, aquellos que de todo se quejan porque lo peor les pasa, donde parece siempre irles mal en todos los ámbitos de su vida. Y todo esto es enteramente lógico que les suceda, porque ¿qué más le puede pasar a alguien que elige morir en vida?
De estas reflexiones desprendo la trascendente importancia de amar lo que uno hace y hacer lo que uno ama, porque el Amor es un ingrediente fundamental para lograr Ser verdaderamente. Por eso, quien se atreve a amar, no importándole lo que digan los demás de su amor, son los seres extraordinarios que alcanzan un nivel de conciencia donde lo que piensan sucede casi en automático, atraen abundancia y dicha constantes a sus vidas, son poderosos seres que manifiestan en el plano físico aquello que piensan. Esa es gran parte de la magia que tiene la fuerza del amor. Seres que aman y así logran Ser, son seres que alcanzan lo que se ha llamado «Cristoconciencia» en occidente o «Citiconciencia» en oriente o el mismo Maslow también llamó «Autoactualización». La manera más sencilla de definir esta «Citiconciencia» es: aquel nivel de conciencia donde hay ausencia absoluta de tiempo entre lo que se piensa y su materialización en el plano físico.
No hay lapso de tiempo entre lo que se desea y su aparición en el mundo físico. Sé que esto de primera vez es difícil aceptarlo (y mucho más para aquellos que han elegido «no ser»), pero créeme: sí existe ese estado de conciencia y cualquier humano puede ascender a él. Es cuando las creencias que generó la sociedad son rebasadas por el conocimiento personal de quien se atrevió a ser.
Maslow explicaba que un nivel de autoactualización es cuando alguien se atreve a vivir un estado de conciencia por sobre el ordinario nivel de conciencia de la mayoría, diría yo quien se atreve a vivir una Nueva Autoestima y así logra darse cuenta de que hay algo más de lo que la mayoría cree que hay, quien se atreve a ser lo que está destinado a ser aunque la mayoría lo rechace por atreverse a pensar y actuar diferente a lo que ellos creen como normal. ¡Para mí eso significa «Ser»! Alcanzar tal nivel de conciencia donde eres tú y nada más. Ahí encuentras a Dios dentro de ti y la transformadora manera de encontrarlo es sintiéndolo, experimentando perfectamente Su poder a través de ti mientras te atreves a ser, en ese estado de conciencia lógicamente crees en ti.
Desde hace muchos años cuando estudiaba todo esto y me apasionaba con lo que leía y leía durante días y noches, me hice una promesa en forma de deseo: «Quiero llegar en esta vida a ser alguien autoactualizado», lo que hoy traduzco a lo siguiente: «Quiero llegar a Ser».
Te voy a compartir uno de los conocimientos más valiosos que he estudiado en mi vida, se trata de las tres cualidades que distinguen a los seres autoactualizados, según Maslow, cualidades de aquellas personas que se atreven a ser:
1. Son independientes de la buena opinión de los demás.
2. Son desapegados de los resultados.
3. No invierten tiempo ni espacio en tener poder y controlar a los demás.
Increíble para muchos, pero esas son las tres grandiosas características de quien se atreve a ser, a simple y poderosamente ser. Comentaré brevemente cada una. Son personas que alcanzar un nivel de conciencia donde se dan cuenta que no tiene la más mínima importancia lo que opinen los demás de ellos. Ni para bien ni para mal. Así son libres, libres para ser.
Son personas que se atreven a «salir de la tribu», dejando a su familia o sociedad, pero no físicamente, sino en sus creencias. Esto se debe entender. Son seres que se atreven a pensar diferente, a sentir diferente, que como sus familias creen que debe ser. Por esta razón, y como mera consecuencia, son seres que en ocasiones se suelen alejar físicamente de sus familias o sociedad, y es lógico, ya no se entienden, y con el tiempo la misma familia o sociedad los requiere menos en sus reuniones, y es que con el mismo paso del tiempo, la presencia de alguien que se ha atrevido a Ser, en un grupo de personas que «no son», molesta. Por ello los que «no son» prefieren juntarse con los que «no son» y así no se hace manifiesta su tristeza y amargura, su muerte en vida. La experimentan, pero no la ven, porque están en tribu.
Esa es la aparente ventaja de estar en tribu, no darse cuenta de quién es uno y así no reclamarse a sí mismo. Por algo, ¡por algo!, el concepto de evolución humana que repiten la inmensa mayoría de los filósofos en la historia, es: «Conócete a ti mismo». Y te garantizo que conocerse a sí mismo estando en bola, cuesta más trabajo. Por algo los grandes líderes espirituales del mundo abandonaron a sus seres queridos y se retiraron a pensar hasta por 40 días ellos solos. Por algo. Por encontrar su Ser.
El humano que se atreve a ser, está desapegado de los resultados que logra mientras hace lo que hace, es decir, hace lo que hace porque le genera tremendo placer hacerlo, no por lo que logre al final. Es alguien que trabaja donde trabaja no por lo que le paguen, sino porque le encanta realizar ese trabajo. Es quien no se mueve por ganancias, dinero, fama o prestigio, nada de esos resultados le hacen elegir qué hacer, sino que solo y exclusivamente hace aquello que su corazón le dicta, aquello donde su placer es cotidiano, su gozo constante por hacer aquello que es la consecuencia de su más auténtico ser.
Es quien se siente intensamente vivo mientras hace lo que hace, ¡siendo!, y sin motivarse por lo que logrará o los resultados que alcanzará. Para un ser así, para quien se atreve a vivir una Nueva Conciencia, los resultados de su trabajo meramente los observa como consecuencia, no los busca nunca como objetivo. Son seres que despiertan y se dan cuenta de qué se trata la vida, de gozarla intensamente en el proceso y sin angustia alguna por el resultado. Ahora bien, date cuenta de que saber desapegarse del resultado implica disfrutar con lo que se hace, y solo se puede disfrutar con lo que se hace cuando te diste la oportunidad de conocerte a ti mismo en tal forma que descubres tu vocación. Por ello, pienso que esta segunda cualidad no se logra sin la primera.
Los humanos que se atreven a Ser no invierten tiempo, vida, espacio y pensamientos en querer controlar a los demás. Les tiene sin cuidado ese tipo de poder. Son seres que se han enamorado tanto de la vida, que no la desperdician ni un solo segundo intentando hacer que otro viva como ellos juzgan se debe vivir. Incluso, cuando ven a alguien que lo intenta, lo encuentran absurdo e ilógico. Son seres que logran comprender que para estar espiritualmente despiertos no necesitan controlar nada ni a nadie. Saben, saben perfectamente que todo está bien. Son seres que logran eliminar la necesidad de control porque saben que ellos tienen su propio sentido en la vida y a ello se enfocan, exclusivamente a su misión existencial, dejando de lado todo enjuiciamiento del comportamiento de los demás.
Personas divinas que Son y dejan Ser. Gozan tanto Ser, que automáticamente lo permiten en los demás con el objetivo de favorecer la existencia de más seres felices y así hacer un mundo mejor. Son personas casi divinas que cuando mucho, tan solo se remiten a sugerir o recomendar, pero nunca controlan, e incluso meramente sugiriendo, son desapegados de si sigue alguien sus recomendaciones o no. Recomiendan y sugieren por el único placer de imaginar que alguien más pueda sentir el placer de Ser, pero que si lo siguen o no, ellos no se ven afectados en su Ser.
Personas que eligen vivir con esta Nueva Conciencia, son personas que por atreverse a Ser, las distinguen las tres grandiosas cualidades que te mencioné. Y alguien así, alcanza «Citiconciencia», donde todo lo que les pasa parece sucederles por arte de magia, y sí, es arte y es magia, aquello que piensa se materializa en el mundo físico en un período de tiempo muy breve, a momentos casi instantáneamente, y sin el menor esfuerzo. De esa forma hace de su vida una experiencia fantástica y maravillosa que por donde pasa, los demás sienten perfectamente su influencia positiva, la gente siente su entusiasmo constante, su carisma incomparable, su presencia impone para bien, su ejemplo de vida inspira a muchos. Y ellos, ni se dan cuenta de todo esto.
Alguien que se atreve a Ser, sabe si debe casarse o no, si debe tener hijos o no, sabe si un trabajo determinado es para él o no, sabe a dónde ir y dónde habitar, y todo eso lo sabe porque lo sabe. Y lo sabe porque Es. En cambio, alguien que no se atreve a Ser, alguien que prefiere No Ser, es alguien que vive la casi crónica amargura de hacer lo que los demás creen que está bien y así sentir el bálsamo de sentirse aceptado. Casándose con alguien que nunca quiso, pero que debía hacerlo porque los demás así lo demandaban o las circunstancias así lo imponían; trabajando por el dinero que pueda generar, aunque no le guste lo que hace; conviviendo con quien no quiere, pero que por conveniencia se mantiene con esa gente; en una frase: muriendo en vida. Alguien así, no es.
Ser es alcanzar un nivel de conciencia donde el Amor se funde en ti y tú en Él. Así, siendo así, todo en esta vida es magia, todo llega a ti tan solo con que lo pienses, ahí descubres que lo normal es estar bien, ahí logras creer en ti por sobre cualquier otra creencia; ahí, cuando se elige Ser, se hace contacto consciente con el espíritu, en esta Nueva Conciencia se logra el contacto consciente y ex profeso con Dios, con la Fuente que origina toda materia, ahí se funde uno con esa Fuente, y así es como uno puede manifestar lo que desea para verlo materializado en el plano físico. Esto es verdad.
Te tengo un consejo que juzgo valioso confesarte ahora: ¡Nunca es tarde para atreverse a Ser! Nunca. Sé que mis libros y filosofía atraen a miles de jóvenes cuando me he vuelto un experto en vocación humana, pero también he visto que los adultos vibran al ilusionarse con volver a vivir esa juventud que permite iniciar el apasionante camino del Ser. Se puede ser joven a cualquier edad, tan solo si eliges Ser. Vivir en citiconciencia, autoactualizado, atreviéndose a Ser, con todas las hermosas y divinas consecuencias que esto implica, garantizo que es una fuente inagotable de una constante…
¡Emoción por Existir!