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Curso de autoestima

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La autoestima es la valoración que tenemos de nosotros mismos, la manera en que nos percibimos y valoramos nuestras capacidades, características y logros. Es fundamental para el bienestar emocional y mental, ya que influye en cómo nos relacionamos con los demás, en nuestra capacidad para enfrentar desafíos y en nuestra autoconfianza.

Algunos aspectos clave de la autoestima incluyen:

  1. Autoconocimiento: Conocer nuestras fortalezas y debilidades nos ayuda a tener una autoestima realista.
  2. Autocompasión: Ser amables con nosotros mismos y evitar la autocrítica excesiva.
  3. Asertividad: Expresar nuestras opiniones y necesidades de manera clara y respetuosa.
  4. Autovaloración: Reconocer nuestros logros y cualidades, sin necesidad de la validación constante de los demás.

La relación entre la felicidad y la autoestima es profunda, ya que ambas influyen mutuamente en el bienestar general de una persona. Aquí te explico cómo se conectan:

1. Autoestima como base para la felicidad:

Una autoestima saludable es un pilar importante para experimentar felicidad. Cuando valoramos quiénes somos, aceptamos nuestras cualidades y defectos, y nos sentimos competentes en nuestras habilidades, es más probable que tengamos una visión positiva de la vida. La confianza en uno mismo permite disfrutar de las experiencias sin miedo constante al fracaso o la desaprobación.

2. La felicidad refuerza la autoestima:

Sentirnos felices, ya sea por logros personales, relaciones positivas o simplemente por disfrutar del presente, alimenta nuestra autoestima. La felicidad nos hace sentir bien con nosotros mismos, lo que fortalece la percepción de que somos valiosos y capaces.

3. Autenticidad y satisfacción:

Cuando nuestra autoestima está alineada con una visión realista de nosotros mismos (no inflada ni disminuida), tendemos a vivir de manera más auténtica, lo que genera una mayor satisfacción y felicidad. Nos aceptamos tal como somos, lo que reduce la presión de intentar ser algo que no somos.

4. Autocompasión y resiliencia:

La autocompasión, que forma parte de una autoestima sana, nos ayuda a afrontar los desafíos de la vida de una manera más equilibrada. Esto, a su vez, contribuye a la felicidad, ya que somos capaces de superar los obstáculos sin caer en la autocrítica destructiva.

En prácticas como el chikung, se fomenta la conexión cuerpo-mente, lo que puede fortalecer tanto la autoestima como la felicidad. Las técnicas de respiración, el enfoque en el presente y el movimiento consciente ayudan a reducir el estrés, aumentar la autoconciencia y promover una sensación de bienestar profundo.

Se conoce como autoestima a un conjunto de percepciones, valoraciones y apreciaciones que un individuo tiene respecto a sí mismo o a las actividades que realiza. Esto puede enfocarse en la totalidad de su persona, en sus labores, o en la apariencia corporal, etc.